Opositores y exiliados merecen nuestro respeto
No es decente atacarlos desde posiciones cómodas y seguras
Eugenio Yáñez, Miami | 15/10/2015 9:16 am
Reiteradamente aparecen personajes en CUBAENCUENTRO pretendiendo
desprestigiar opositores que dentro de Cuba sufren continuamente
represión, golpizas y detenciones, o a exiliados.
La tarea de despotricar contra ellos la inician determinados
articulistas, que de inmediato son secundados por
sabandijas-comentaristas permanentes presentes en todos y cada uno de
los trabajos que se publican, cada cual más empeñando en ganar el
concurso castrista de la infamia y el premio "Los Miserables", y no
precisamente de Víctor Hugo. Resultan esbirros-comentaristas con más
suerte que otros cubanos decentes, que se quejan de ser censurados o
bloqueados aunque no se salgan del tema en cuestión ni utilicen palabras
obscenas o insultos. Cosas de la vida.
Aclaro diáfana e inconfundiblemente que ni estoy de acuerdo con la
actuación de todos los opositores cubanos en la Isla ni necesariamente
comparto sus estrategias, tácticas y comportamientos diarios, ni mucho
menos pretendo avalar, apoyar o defender conductas reprobables que no
pueden justificarse bajo ningún pretexto. Como tampoco las apoyo,
defiendo o justifico en personajes del exilio que dejan demasiado que
desear y piensan que el anticastrismo es un medio de vida y no una
convicción ideológica contra las tiranías, abusos y represión brutal.
Sin embargo, no hay por que respetar en lo más mínimo a renacuajos
morales que, igual que los castristas y sus alabarderos, generalizan
conductas o palabras de determinados individuos para presentarlas como
comportamientos típicos de "los opositores" o "el exilio".
A pesar de todo lo que pudiera reprobarles, y no serían pocas cosas,
respeto mucho más a quienes salen a las calles cubanas a enfrentar la
represión, golpizas y bestialidad del régimen, que a los que se dedican
a desprestigiarlos, desmoralizarlos o ningunearlos. ¿Cuántos de esos
detractores de aquellos cubanos valientes ingresó a este país como
refugiado político, tras haberse enfrentado al régimen? Y ahora atacan y
vilipendian sin misericordia ni moral a quienes tienen más coraje que el
que tuvieron ellos.
¿Cuántos de los que denigran a exiliados le lanzaron un hollejo a un
chino cuando vivían en Cuba? ¿Que algunos o muchos exiliados se reúnen
en el Versailles, hablan simplezas, o utilizan aplanadoras para expresar
opiniones intransigentes? Cierto. ¿Es lo mejor que podrían hacer? No lo
creo. ¿Pero acaso los castristas, en Cuba o aquí, son ejemplos de
coherencia verbal, conducta impoluta o liderazgo moral? ¿Cuándo quienes
denigran a opositores y exiliados en estas páginas arañan aunque sea con
el pétalo de una rosa a la dictadura y sus secuaces?
Algunos analistas que nos gastamos por aquí, a partir de lo que diga en
Miami un siempre despistado y políticamente fracasado (supuesto)
especialista en temas cubanos, pretenden generalizar sus opiniones como
las de todo el exilio cubano, en el mejor estilo de Granma o Cubadebate.
Deberían actualizar su estrategia ―y su ética― contra cubanos decentes,
para no parecerse tanto a sus viles colegas oficialistas en La Habana,
que al parecer les resultan más cercanos que los exiliados de a pie o
los dirigentes de la oposición.
Cuando quienes combaten el castrismo en la Isla, y cuestionan la
dictadura en las calles de Cuba, expresan sus puntos de vista, aunque
sean cándidos, superficiales o erróneos, merecen mucho más respeto y
consideración profesional que quienes, por las razones que sean,
escriben desde la comodidad de Estados Unidos, sin tener que preocuparse
de la acción de los esbirros, mítines de repudio o campañas de descrédito.
El más elemental opositor en Cuba, aunque reciba "un puñado de dólares"
desde Estados Unidos, porque el régimen pretende matarlo de hambre y
miseria, merece más respeto y consideración que el más vulgar de sus
detractores desde la comodidad de EEUU, aunque tales detractores se
digan periodistas, analistas, comentaristas políticos, o simplemente
vulgares pedantes encaramados en pestilentes torres de marfil.
Quienes desean desprestigiarlos por recibir ayuda de EEUU, llamándolos
"mercenarios", saben que su invicto Comandante recibió dinero a manos
llenas a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado de
cubanos a favor de la democracia que creyeron sus mentiras, tanto en el
exilio como desde dentro de la isla, sin que nadie lo considerara
"mercenario". Y ya en el poder, con dinero de todos los cubanos, y sin
consultarnos para nada, financió guerrillas, terroristas, revoltosos,
asesinos, narcotraficantes y delincuentes en toda América Latina y el
Caribe y en muchas partes del mundo.
El más "cagalitroso" exiliado protestando en el Versailles de la manera
más burda posible y defendiendo un pasado que nunca volverá, amarrado a
su caverna ideológica estancada en 1958, e incapaz de comprender las
nuevas realidades, merece mucho más respeto que todos los sietemesinos
ideológicos que desde Estados Unidos o la Cuba oficialista pretenden
denigrarlos, desprestigiarlos y ridiculizarlos, para ponerse a bien con
los que han destruido la nación cubana, intentando ganarse palmaditas de
aprobación en la espalda, una invitación a la embajada del régimen en
Washington, una "jabita" con productos de aseo, o un certificado de
miserable destacado.
Source: Opositores y exiliados merecen nuestro respeto - Artículos -
Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/opositores-y-exiliados-merecen-nuestro-respeto-323828
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