Cuba y el camino de ladrillos amarillos

GINA MONTANER: Cuba y el camino de ladrillos amarillos

Continúa inmigración de cubanos a Ecuador para llegar a EEUU
Los jóvenes se apresuran a escapar por el posible fin de la Ley de
Ajuste Cubano
Mientras el régimen se mantenga, los cubanos seguirán tratando de irse
de la isla

Aprovechando que no necesitan visa, cada vez más cubanos llegan a
Ecuador con la intención de emprender una ruta cuyo destino final es
Estados Unidos, o la Yuma, como se dice popularmente en la isla. Se
trata de un peregrinaje accidentado, y muchas veces peligroso, que en
las últimas semanas ha alcanzado cifras récord.

Según informan organizaciones humanitarias que operan en la frontera sur
de México, una oleada de cubanos está llegando al estado de Chiapas,
donde se aglomeran a las puertas de la Estación Migratoria Siglo XXI en
Tapachula. Los activistas que prestan asistencia afirman que están
desbordados.

Su preocupación corrobora las cifras que el Servicio de Aduanas y
Protección Fronteriza de Estados Unidos ha dado a conocer: de octubre de
2014 a junio de 2015 entraron en el país 27,296 cubanos. Este número
supone un incremento del 78 por ciento respecto al mismo periodo del año
pasado, cuando ingresaron a territorio estadounidense 15,341 cubanos.

MIENTRAS OBAMA Y RAÚL CASTRO DECLARAN QUE LA "NORMALIZACIÓN" AVANZA,
ENTRE LA JUVENTUD CUBANA SE ESPARCE EL RUMOR DE QUE LA LEY DE AJUSTE
CUBANO PODRÍA TENER LOS DÍAS CONTADOS

Desde que se instauró el castrismo hace ya 56 años, los cubanos se las
han ingeniado para huir de una forma u otra, y en la memoria de todos
perviven las terribles imágenes del éxodo del Mariel en 1980 y la crisis
de los balseros en el verano de 1994. Ahora lo que ha disparado este
éxodo silencioso pero constante ha sido, paradójicamente, el
acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos.

Mientras Obama y Raúl Castro declaran que la "normalización" avanza,
entre la juventud cubana se esparce el rumor de que la Ley de Ajuste
Cubano podría tener los días contados. A pesar de que desde Washington
se asegura que seguirá en pie esta medida que se estableció en 1966 y
que favorece la regularización de los cubanos una vez en territorio
estadounidense, en la isla se propaga el temor a perder una de las pocas
posibilidades de aspirar a un futuro mejor.

La administración Obama insiste en que el eventual levantamiento del
embargo acabará con la mayor parte de los males que se padecen en Cuba,
pero la mayoría de los cubanos tiene la certeza de que dichas
dificultades persistirán mientras siga en pie un modelo político que ha
fracasado en el orden social y económico.

Al cabo de más de medio siglo bajo una dictadura que ha castrado el
espíritu individual, es posible que muchos de estos jóvenes dispuestos a
atravesar fronteras lo hagan por motivos principalmente económicos y no
por ansias de libertad, pero en el camino de su azaroso viaje se van
despojando de las ataduras. De algún modo, adentrarse en las selvas y
sortear peligros los enfrenta a la aventura de ser libres.

En un momento en el que el tema de la inmigración se ha convertido en
arma electoral en la campaña hacia la presidencia en Estados Unidos, hay
quienes proponen modificar, o incluso revocar, la Ley de Ajuste Cubano.
Una ley promulgada en su día por la negativa del gobierno a recibir a
los cubanos que habían arribado ilegalmente a los Estados Unidos.
Gracias a esta legislación, en gran medida se ha podido forjar al otro
lado del estrecho de la Florida un exilio próspero sin pasar las
penurias de tantos inmigrantes condenados a vivir a la sombra.

Mientras el destino de Cuba esté en manos de las arbitrariedades de un
régimen esclerotizado, los cubanos que puedan (y que cuenten con la
ayuda económica de familiares en el exterior dispuestos a sufragar el
periplo) se aventurarán a buscar el camino de ladrillos amarillos, pero
no para volver a casa como Dorita en El Mago de Oz, sino para escapar.
Tantos años bajo la consigna de Yankees go home para seguir soñando con
la Yuma.

©FIRMAS PRESS

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Source: GINA MONTANER: Cuba y el camino de ladrillos amarillos | El
Nuevo Herald -
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