¿Sorpresas en la visita del Papa?
ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES | Los Ángeles | 15 Sep 2015 - 10:38 am.
'No es cierto que un Papa no debe involucrarse en materia política o social'
Cuando el próximo día 19 de septiembre el papa Francisco pise suelo
cubano no tendrá mucho margen de maniobra para complacer a quienes
esperan grandes sorpresas suyas en defensa del derecho de los cubanos a
una vida mejor, o que consiga concesiones importantes del régimen
militar castrista.
Su visita al único país de Occidente con una dictadura comunista ha sido
negociada en detalle por sus principales actores: el Gobierno y el
Partido Comunista de Cuba (PCC), el Vaticano y la alta jerarquía de la
Iglesia Católica de la Isla.
A Cuba no la visita nadie, así sea el Papa, sin que la cúpula
gobernante apruebe antes la agenda de las actividades que va a
desarrollar, con quiénes se va a reunir, etc. Probablemente el propio
Raúl Castro llamó al cardenal Jaime Ortega y le leyó la cartilla, para
que le "sugiriese" al Vaticano qué teclas no podrá tocar el Papa en la
isla caribeña. Tal vez le recordó lo que dijo su hermano en 1961 al
modificar una frase de Mussolini: "Dentro de la Revolución, todo;
contra la Revolución, nada".
No obstante, también es cierto que el papa Francisco se caracteriza por
ser muy franco y por improvisar y no andar con rodeos para expresarse.
El argentino Jorge Mario Bergoglio, con su estilo nada ortodoxo de
trabajo como pontífice, está haciendo historia en el Vaticano.
Por eso alguna sorpresa puede que haya, "inconveniente" para la
dictadura, como sucedió en 1998 cuando Juan Pablo II en una
multitudinaria misa le dijo a los jóvenes camagüeyanos: "No tengan
miedo". El papa polaco había dicho esa frase en Roma al inaugurar su
pontificado, en 1978, y agregó entonces: "abran de par en par las
puertas a Cristo". Pero, pronunciada en una nación comunista, el
significado político era obvio. Juan Pablo II en Cuba también afirmó que
era el deber de los padres y no del Estado el educar a sus hijos.
Pero Juan Pablo II vivió durante 33 años bajo un régimen
marxista-leninista en su natal Polonia y era un antisocialista
convencido. Ese no es el caso del papa Francisco, quien no tiene las
vivencias del totalitarismo que padeció Karol Wojtyła, y se mueve más
a gusto en la izquierda anticapitalista del espectro político actual. El
diario británico The Guardian considera que el papa Francisco es el
nuevo rostro de la izquierda a nivel mundial.
El papa Francisco ha dicho que en su visita a la Isla quiere contribuir
a la reconciliación y la paz entre los cubanos. La tragedia de Cuba no
tiene su origen en una "división" entre los cubanos, sino en la tiranía
comunista que sufre la nación hace casi seis décadas. ¿De qué
reconciliación habla el Papa? ¿Deben los cubanos desistir de ser libres
y reconciliarse con el régimen militar?
El factor Ortega
Hay un factor importante que contribuye a desinformar al Papa con
respecto a la realidad cubana y que apunta a contenerlo —en vez de
alentarlo— para que no sea muy "atrevido" en Cuba: el cardenal Jaime Ortega.
El prelado de más alto rango en la Iglesia Católica cubana ha mostrado
falta de liderazgo, de independencia y de firmeza en su relación con la
dictadura cubana. Es más, podría decirse que hay una actitud
complaciente con el régimen castrista por parte del Cardenal.
Lo más lamentable es que si hay alguien en la Isla que podría decirle al
Gobierno cuatro verdades y reclamarle que respete los derechos básicos
de los ciudadanos ese es el cardenal Ortega, a quien cuesta trabajo
imaginarse siendo torturado en Villa Marista, o como preso político en
el Combinado del Este de La Habana.
Ya no estamos a mediados del siglo XX, cuando otro cardenal de un país
comunista, Hungría, el valeroso cardenal Mindszenty, se enfrentó a la
tiranía en su país y sufrió prisión y torturas. Ya no existe la Unión
Soviética ni el "campo socialista" europeo. El precio político
internacional que tendría que pagar el régimen castrista por tener al
cardenal cubano en la cárcel sería realmente alto.
Ortega y el Vaticano insisten en el carácter estrictamente pastoral de
la visita. ¿Pero debe tener asepsia social y política la visita de un
Papa a un país comunista? ¿Es eso cristiano?
El Papa sí hace política
No es cierto que un Papa no debe involucrarse en materia política o
social. Gaudium et spes, la constitución pastoral aprobada en 1965 por
el Concilio Vaticano II sobre "la Iglesia en el mundo contemporáneo",
expresa: "Hay que superar, como contraria al plan de Dios, toda forma de
discriminación en los derechos fundamentales de la persona…"
Y no hay que remontarse a la milenaria historia del papado, en la que
hay casos extremos de protagonismo político como el del papa Alejandro
VI (Borgia), quien gobernó buena parte de la península italiana y se
involucró en guerras e intrigas de todo tipo, o el del papa Urbano II,
el iniciador de las Cruzadas, sino que basta con echarle un vistazo al
papado de Juan Pablo II.
Lech Walesa eligió el nombre de Solidaridad para el movimiento
anticomunista en Polonia luego de leer la encíclica papal Redemptor
Hominis, de Juan Pablo II, en la que hizo un llamamiento a la "acción
conjunta". El Papa llamaba por teléfono a Walesa constantemente y
quería que el Gobierno de Varsovia supiera que Solidaridad contaba con
un poderoso aliado.
En 1981, cuando Moscú estaba a punto de enviar el ejército soviético a
Polonia, Juan Pablo II le envió una carta al líder soviético Leonid
Brézhnev y le dijo que si Polonia era invadida él renunciaría a su
condición de papa e iría a combatir a los invasores en territorio polaco.
En tanto el papa Benedicto XVI, en el avión que lo llevó a México —para
luego ir a Cuba—, en marzo de 2012, cuando los periodistas le
preguntaron sobre su visita a la isla caribeña dijo: "Es evidente que
hoy día la ideología marxista como era concebida ya no responde a la
realidad y así no se puede construir una sociedad". Pero ya en Cuba no
habló del asunto y, lejos de encontrarse con figuras de la oposición
política, se reunió con Fidel Castro.
Severos controles del régimen
Con respecto a la posibilidad de actos callejeros durante la estancia
del Santo Padre no hay que hacerse demasiadas ilusiones. Debido a que
con el "deshielo" con Estados Unidos la gente tiene menos miedo a
expresar ciertas cosas, la dictadura va a aplicar muy severos controles.
Y amenazará o confinará en sus casas a muchos opositores políticos.
Una buena parte de los asistentes a las masivas actividades del Papa
serán miembros de las Brigadas de Respuesta Rápida, militantes del PCC,
agentes de la Seguridad del Estado y tropas antimotines, todos
disfrazados de devotos feligreses.
Acerca de concesiones al Papa tampoco se puede esperar mucho, salvo que
devuelvan a la Iglesia Católica algunas propiedades confiscadas en los
años 60 u otros gestos desvinculados totalmente de la falta de
libertades y la represión política.
En cambio, en cuanto termine su estancia en la Isla y viaje a Estados
Unidos, Su Santidad probablemente abogará allí porque se levante el
embargo y que se tengan en cuenta otras demandas de Cuba (devolución de
la base naval de Guantánamo, la supresión de Radio y TV Martí,
compensación megamillonaria por los daños causados por el "bloqueo", etc).
O sea, al evaluar un posible saldo de la visita papal a priori se
vislumbra que el régimen castrista será un ganador neto. La visita por
sí sola constituirá un espaldarazo político de alcance mundial —por su
despliegue mediático— y le permitirá a los Castro y su Junta Militar
darse un "baño" de pragmatismo y lavar su fea imagen de intolerancia.
Ojalá esté equivocado y el papa Francisco posibilite acontecimientos no
previstos. Es lo que todos deseamos.
Source: ¿Sorpresas en la visita del Papa? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1442265988_16915.html
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