Friday, September 18, 2015

Alicia Alonso bailó para Batista, para Castro y ahora quiere bailar en Miami

Alicia Alonso bailó para Batista, para Castro y ahora quiere bailar en Miami
Lo tiene todo: poder, prensa y un séquito que rinde seguridad. Próxima a
cumplir 95 años, le han puesto su nombre al Gran Teatro de La Habana.
Jorge Ignacio Pérez
septiembre 16, 2015

La anciana está pletórica. A punto de cumplir 95 años toma aviones
trasatlánticos, ofrece entrevistas y disfruta de que, en vida, pongan su
nombre a un teatro, al Gran Teatro de La Habana. Que le concedan ese
deseo en vida ha sido lo más grande para ella, según comentó al diario
madrileño ABC. No es usual esos honores antes del deceso.

Alicia Alonso, no obstante, se lo ha ganado. Su labor como embajadora
cultural y política de la llamada "revolución" no ha sido poca cosa. La
dama de hierro de la gran compañía danzaria ha esquivado, a su manera,
el tema de la deserción, que se produce desde tiempos tan lejanos como
cuando se exilió su pareja en la escena, Jorge Esquivel.

Cuentan que la prima ballerina assoluta enfureció pero, como lápida,
esos temas quedaron sepultados en los ambientes del Ballet Nacional de
Cuba de cara a la prensa. También fue escandaloso el freno a figuras
sobresalientes como las cuatro joyas (Loipa Araujo, Aurora Bosh, Mirta
Pla y Josefina Méndez) y otras talentosas que vinieron después. La
única, la absoluta, tendría que ser ella, hasta retirarse de los
escenarios siendo una anciana.

El orden interior de la compañía nunca fue tela de juicio de las
autoridades máximas de la isla. Mientras una figura de talla mundial
como ella siguiera al lado de la "revolución", dentro podía ocurrir
cualquier cosa, incluyendo el acoso profesional.

La casona de la calle Calzada, en El Vedado, de estilo colonial y patio
interior cálido, es una de las pocas de esa época que quedan en pie y,
además, bien conservadas. Con excepción de las que el historiador
Eusebio Leal señalara con un dedo para la conservación, esta sede del
Ballet Nacional está ubicada, "casualmente", al lado del antiguo
Auditorium (hoy Teatro Amadeo Roldán), el gran coliseo donde Alicia
Alonso bailó para Batista como homenaje a la toma de posesión del
presidente, el 25 de febrero de 1955. Luego, ya en la "revolución", el
teatro fue incendiado –estuvo años en ruinas– pero la sede del ballet se
salvó.

Todo un símbolo que esto haya ocurrido con una persona intocable. Como
también es simbólico que el antiguo Teatro Tacón (por donde pasaron
figuras de la talla de Caruso y Sarah Bernhardt) finalmente se nombre
Alicia Alonso.

Nadie pone en duda su talento sobre el escenario, así como el amplio
poder creativo y técnico de una de las mejores Giselle que ha tenido el
mundo. Sin embargo, su mano de hierro, su tiranía aupada por Fidel
Castro ha sido el peor lado de la artista. La prensa española, encantada
con su presencia en la península, es dada a reseñar la entereza de esta
mujer que también puso nombre a una cátedra en la Universidad
Complutense de Madrid. Allí la respetan y no la presionan demasiado
cuando pierde la memoria hablando de Miami, como si fuera un destino
más. Todo el mundo sabe que en esa ciudad del sur de la Florida está
resumido el dolor de tantos años de exilio, entre los que se cuentan
bailarines que, en su día, se vieron obligados a escapar.

Aunque el Ballet Nacional de Cuba ofrece la ventaja de viajar, los pagos
son miserables y nada de acuerdo con el talento. La "revolución", no
obstante, se siente acreedora de ese talento. Craso error. El talento
tiene alas.

Alicia Alonso disfruta del poder como el camaleón que se ajusta,
convenientemente, a la superficie. Si llega a los 100 años es muy
posible que quiera bailar en su propio teatro. ¡Cualquiera se interpone
en su camino!

Source: Alicia Alonso bailó para Batista, para Castro y ahora quiere
bailar en Miami -
http://www.martinoticias.com/content/alicia-alonso-bailo-para-batista-castro-y-miami/104494.html

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