La visa D-6, verdadera espada de Damocles
Los periodistas extranjeros van a Cuba están conscientes de que harán un
periodismo entre amenazas
lunes, junio 15, 2015 | Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba. – Desde que ponen un pie en el Aeropuerto habanero de
Rancho Boyeros, los periodistas extranjeros que vienen a Cuba como
corresponsales de sus medios de prensa, saben que la visa D-6 que poseen
es una verdadera espada de Damocles.
No vienen engañados.
Están conscientes de que harán un periodismo entre amenazas, bombas y
bazucas de los agentes de la policía política de la Seguridad del
Estado, que los tendrán vigilados y controlados mañana, tarde y noche.
A través de la Resolución 44-97, perteneciente al Ministerio de
Relaciones Exteriores, un reglamento nada fácil de cumplir, está
implícito que el periodista que la acepta y la firma, debe respetar las
reglas de juego del régimen.
¿Cuáles son? En primer lugar, no escribir contra los máximos líderes
políticos, principalmente del gobernante fracasado Fidel Castro. En
segundo lugar, basarse en las estadísticas hechas por el Estado y en
tercer lugar y lo más importante: hacer oídos sordos a cualquier tipo de
información que les suministren los opositores miembros del Movimiento
de Derechos Humanos.
Como lo más prohibido es lo que llama más la atención al ser humano, de
alguna manera los periodistas extranjeros han acudido, unos de manera
muy discreta, otros de forma abierta, más osados, a las fuentes que
emanan de organizaciones y partidos políticos clandestinos.
A muchos les costó caro entrevistarse con dirigentes opositores. Bajo el
pretexto de que su visa no puede ser renovada por equis motivos, el
gobierno los pone de patitas en la calle y sin posibilidad de visitar
Cuba de nuevo.
Ejemplos hay muchos. Los corresponsales de BBC de Londres, The Chicago
Tribune y El Universal de México, fueron expulsados del país en 2006 y
2007 respectivamente. Una prueba evidente del totalitarismo castrista,
que expone como pretexto en el papel, la ¨falta de objetividad¨ de los
trabajos que publicaban dichos periodistas.
Los periodistas independientes cubanos que vivimos en Cuba, y que sí
podemos reportar al mundo la clara verdad de Cuba, nos imaginamos cuán
difícil será para los órganos represivos del Ministerio del Interior y
su Seguridad del Estado, tener bajo control a casi 200 periodistas
extranjeros que laboran actualmente en el país.
Solamente en octubre 2013, según cifras oficiales, estaban acreditados
en La Habana 159 periodistas permanentes, pertenecientes a 83 medios de
prensa de 27 países, además de doce ¨free lancer¨ que reportan para
medios norteamericanos.
En estos momentos puede que sean más.
Es de suponer entonces el gran batallón de agentes-espías que necesita
la dictadura a través del Ministerio del Interior y su Seguridad del
Estado y el costo que esto representa, para intentar diariamente
mantener fuera de toda información comprometedora a los laborosos e
inquietos colegas extranjeros, información que, por suerte, podrán
utilizar en sus países libres, para escribir la realidad de lo que
ocurre en Cuba.
La experiencia que han obtenido muchos de los periodistas extranjeros
que han vivido un tiempo en la isla, les ha servido incluso para
publicar importantes libros sobre la dictadura castrista. Algunos son
Fin de siglo en La Habana, de B. Rosenthal y J.F. Fogel, de 1993, La
Isla del doctor Castro, de los periodistas Denis Rousseau y Corinne
Cumerlato, de 2001 y Raúl Castro: La pulga que cabalgó al tigre, de
Vicente Botín, 2010.
Estos libros están prohibidos en Cuba. Retratan a todas luces cuanto
ocurre detrás de la cortina de humo del socialismo cubano, algo que sólo
un lector sagaz descubre entre líneas en la prensa oficial y que los
periodistas independientes, decenas de hombres y mujeres en la isla, lo
escriben bien claro.
Source: La visa D-6, verdadera espada de Damocles | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/visa-d-6-una-verdadera-espada-de-damocles/
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