El papa Francisco
NICOLÁS PÉREZ
Conversando con el compañero de prisión Feliciano Mohamed surgió el tema
del tema de este artículo.
Nací en el seno de una familia católica, pero he tenido altas y bajas en
cuanto a la fe. Soy un admirador de San Juan Bosco por la influencia de
mi madre, pero hasta ahí.
Hubo una época durante la clandestinidad, gracias a un amigo, que
durante un par de años practicaba la comunión diaria, pero confieso que
por entonces veía la muerte muy cerca, y más por miedo que por fe, me
preparaba para cualquier contingencia inesperada. Añado que fue una de
las épocas más existencialmente felices de mi vida.
Ya en la cárcel di un giro de 180 grados, y por razones que no sé
explicar, sin caer en el ateísmo, tuve una profunda crisis de fe.
En este momento, porque soy divorciado y la Iglesia no me permite
practicar la Santa Comunión estoy muy indiferente, aunque rezo todas las
noches por compañeros de lucha, unas veces por Julio Hernández Rojo, y
otras por Margarita Blanco (pasé este domingo en casa con su hijo, mi
"sobrino" Pedro y su encantadora novia Michelle).
Pero apartándome de dogmas, siento al Vaticano como algo terrenal no
divino y nunca me ha dado ni frío ni calor. Mi comunicación directa es
con Cristo.
Ahora me ha hecho cambiar de opinión el papa Francisco por su fuerte
compromiso con los pobres del mundo.
Hay quienes opinan que es más político que pastor por sus opiniones con
una convicción inusual en un Santo Padre en el caso de Irán, y el enorme
peso que ha tenido para la reanudación de las relaciones de los Estados
Unidos con Cuba.
No solo entiendo que la labor de un Sumo Pontífice es lograr la paz
entre naciones sino que, en desacuerdo con el 90% de este exilio, opino
que su labor para lograr un acercamiento entre Washington y La Habana
fue admirable.
Pero sobre el papel del catolicismo en estas relaciones no tengo ninguna
esperanza. Máxime si quien sigue dirigiendo a la Iglesia cubana es el
cardenal Jaime Ortega Alamino, que ha tenido una actitud oportunista e
incluso cómplice con el castrismo.
Tampoco los Castro van a cambiar y las negociaciones entre los dos
países van a ser lentas, tortuosas y estarán en el pico del aura
constantemente. Con ellos es imposible pedirle que cambien, por mucho
que intervenga en ello la voluntad de Dios.
Sin embargo, el esfuerzo que ha hecho el papa Francisco por lograr una
normalidad entre los Estados Unidos y Cuba lo respeto irrestrictamente.
Una de los más importantes deberes de un Sumo Pontífice es lograr la paz
entre enemigos.
En su reciente viaje a Roma, el dictador Raúl Castro declaró: "Después
de conocer al papa Francisco es posible que rece y regrese a la
Iglesia". La considero la declaración más hipócrita y cínica que haya
hecho Raúl desde que tomó el poder. No me la creí, y sé que aún menos el
Sumo Pontífice, que es un gran conocedor del alma humana.
El Papa visitará a Cuba próximamente, entre el 18 y el 22 de septiembre
de este año; irá a abrirle nuevos espacios entre la Iglesia en Cuba y
sus creyentes, quizás intente programas en la televisión o la radio para
enviarle mensajes al pueblo católico, allí la dictadura de la prensa es
total, quién sabe si plantee con osadía que la Iglesia tenga un espacio
en la educación. Unas cosas se las concederán, y otras no, porque las
oraciones de Raúl llegan al Comité Central del Partido Comunista, jamás
a Dios.
En ese momento, cuando el Papa visite Cuba, brotará en Miami un
estallido de anticatolicismo profundamente equivocado e injusto. Ya
alguien ha dicho por Internet que el papa Francisco es un traidor,
desconociendo que uno de los principales deberes de quien gobierna el
Vaticano es la búsqueda del perdón.
Este exilio exigirá que Mario José Bergoglio tenga entrevistas y una
fuerte relación con la disidencia.
Mis expectativas son menos políticas pero más emotivas.
Sueño que en su visita a la isla el papa Francisco rece un Padrenuestro,
en silencio, cada noche a la hora de dormir mientras que esté en la
isla, con eso estoy conforme, un sencillo Padrenuestro, en recordación,
eso lo viví, lo sufrí, lo escuché, desde la ventana de la galera 10 que
daba al foso de La Cabaña a varios católicos, apostólicos y romanos como
el Papa que fueron asesinados ante el paredón de fusilamiento gritando
¡Viva Cuba libre! y ¡Viva Cristo Rey! Creo que ese Padrenuestro
Francisco lo rezará.
Source: NICOLÁS PÉREZ: El papa Francisco | El Nuevo Herald El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article22352982.html
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