Atención al adulto mayor
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 27 Mayo 2015 - 8:43 am.
Aumenta la esperanza de vida pero, ¿qué espera a los ancianos en Cuba?
Para nadie es un secreto que la población cubana posee un alto índice de
envejecimiento, el cual continuará incrementándose debido al éxodo
masivo de los más jóvenes, el aumento de la esperanza de vida y las
bajas tasas de nuevos nacimientos.
Por las calles y parques de nuestras ciudades y pueblos deambulan
diariamente, con sus bolsas en las manos, andar lento y la mirada
cansada, en busca de productos para la alimentación, nuestros ancianos y
ancianas, quienes han asumido esta tarea de abastecedores en la mayoría
de los hogares.
Los menos afortunados se dedican a la venta callejera de diferentes
artículos, desde bolsas de nylon hasta cigarrillos al menudeo, bolsas de
café mezclado o de leche en polvo, tabacos artesanales, tubos de
pegamento, carreteles de hilo, cuchillas de afeitar, especias, zapatos y
ropa de segunda mano y todo lo que pueda ser vendido y convertido en
dinero. Su procedencia puede ser más o menos legal o ilegal, pero su
razón de ser principal es aumentar sus recursos económicos para poder
sobrevivir, ante las paupérrimas jubilaciones que reciben por las
decenas de años trabajados para el Estado, las cuales no les alcanzan
para cubrir sus gastos personales mínimos.
Ante esta realidad resulta irónico que, precisamente contra ellos, se
realice la persecución y represión, mediante operativos donde participan
los denominados inspectores estatales integrales y fuerzas del orden
público. Al ejecutarse estos en sus lugares de venta se produce una
estampida general, siendo arrestados los menos capacitados físicamente
para escapar, quienes son obligados a montar en ómnibus o camiones
situados al efecto y trasladados a la estación policíaca más cercana,
donde son fichados, se les decomisan sus artículos y se les imponen
multas no inferiores a 1.500 pesos cubanos (CUP), prácticamente el
equivalente de lo que reciben como jubilación en seis o 12 meses.
Además de constituir todo esto un hecho inhumano y bochornoso, ordenado
por quienes dicen atender al adulto mayor, y ejecutado por personas con
salarios muy superiores a la media nacional, no se atacan las raíces del
problema, sino que se reprimen solo sus manifestaciones externas. Para
solucionarlo, bien lo saben las autoridades, serían necesarias
jubilaciones decentes que cubrieran, al menos, los gastos elementales de
cada ciudadano.
Resulta paradójico que, mientras miles de "explotados jubilados" de
países capitalistas, acuden anualmente a nuestras playas y centros
turísticos para disfrutar del trópico, los "afortunados jubilados" del
socialismo cubano no puedan hacerlo y deban conformarse con vegetar todo
el año, pasando trabajos y dificultades, en espera de que les llegue la
muerte.
Estas situaciones hacen que la palabrería y la propaganda gubernamental
sobre "la esmerada y humana atención que reciben en Cuba los adultos
mayores o de la tercera edad", como también se les denomina,
circunscripta en la práctica a unos cuantos ejercicios físicos en
placeres sin condiciones, la asistencia a alguna Casa de los Abuelos,
una excursión de vez en cuando a precios módicos, una deficiente
atención de la salud y un sobre de "chocolatín" a precio subsidiado en
sustitución de leche, resulten cuestionables, aunque sean avaladas por
algún solícito organismo de las Naciones Unidas, una organización cada
vez más alejada de la realidad en sus apreciaciones.
Source: Atención al adulto mayor | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1432676524_14808.html
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