Saturday, February 21, 2015

Un trauma generacional

Voces desde Cuba: un trauma generacional
Alejandro Rodríguez
Especial para BBC Mundo
20 febrero 2015

Por razones que desbordan nuestra idiosincrasia, los cubanos somos
propensos a simplificar el cuadro generacional de la nación. Luego Cuba
y sus cuestiones resultan siempre del antagonismo entre los jóvenes y
los viejos…
El discurso mediático, por ejemplo, ha calado nuestro subconsciente
hasta reducirnos la vista al espectro bidimensional donde solo existen
buenos contra malos, poderosos contra desposeídos, imperios contra
revoluciones, etc.
Las discusiones de política (a nivel de calle) pueden ilustrar el punto:
mucha gente se refiere al gobierno como "estos viejos…", y otros a los
disidentes o ciudadanos críticos como "esos jovencitos…", casi siempre
en tonos tendenciosos, pues el respeto al otro no es justamente nuestra
mejor virtud.
Pero los conflictos generacionales parecen ser más que pura imaginación:
la convivencia forzosa de familias de distintas generaciones bajo el
mismo techo— y ante la precariedad de la vida diaria— es una
característica básica de la sociedad cubana contemporánea.

Por otra parte, algunas de las dinámicas demográficas de los últimos
años amplifican la brecha entre generaciones.
En este sentido las tendencias más evidentes son el envejecimiento
poblacional, el decrecimiento de la tasa de fecundidad, y el incremento
de la emigración juvenil y de fuerza de trabajo calificada.
Son indicadores que invitan a figurarse con cierta inquietud la futura
composición de la ciudadanía.
Cuba tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del
continente, pero esta garantía no ha sido suficiente para animar a las
parejas a procrear: la tasa de fecundidad es igualmente baja.
El problema es reconocido por las autoridades, que lo refieren como una
"tendencia común de sociedades desarrolladas" y un resultado de la
emancipación de la mujer.
Pero las dificultades más mencionadas por la gente no son la superación
profesional o las ganas de disfrutar de una larga juventud, sino la
falta de estabilidad económica y medios de vida para afrontar la maternidad.
El envejecimiento de la población también forma parte de los retos
demográficos del país, y es acaso al que mejor atención se le presta.
Las nuevas construcciones, por ejemplo, respetan más el derecho de los
adultos mayores a circular por ellas, y hasta las postales por el Día
del Amor incluyeron esta vez en sus diseños al amor en la tercera edad.

El 18% de los cubanos tienen hoy más de 60 años, y la esperanza de vida
al nacer ronda los 78 años. Después de Uruguay, Cuba cuenta con la
población más envejecida de la región, y con el mayor número de longevos.
La emigración juvenil y el éxodo de profesionales, en cambio, no gozan
del reconocimiento explícito del gobierno: obviamente no es algo de lo
cual pueda sentir orgullo, acaso porque no es "tendencia común de
sociedades desarrolladas".
En consecuencia no hay políticas públicas dirigidas a frenar la
emigración de los jóvenes.
Para los que deciden permanecer en Cuba, la "fuga de amigos" es
traumática. Tanto que en un contexto futuro de elecciones con pluralidad
de actores, me atrevo a augurarle un buen camino al candidato que
prometa trabajar por el retorno de los jóvenes de aquí que andan regados
en el mundo.
Tampoco existen políticas claras para contener el éxodo de
profesionales. La salud es, de todos, el renglón más doloroso por la
naturaleza del déficit que provoca.
Los medios oficiales se refieren de vez en cuando al "robo de cerebros"
como algo que nos golpea, pero el concepto pierde fortaleza cuando el
ladrón no es ya una potencia económica mundial, sino cualquier país del
planeta capaz de justipreciar el trabajo de un profesional de la salud.
Tras la reforma migratoria que eliminó restricciones para salir del
país, muchos médicos han puesto sus mirillas en las llamadas "misiones
privadas", que consisten en conseguir contratos y visados para laborar
en otros países.
El asunto ha comprometido la calidad de los servicios de salud pública
en la Isla, y mermado el entusiasmo de los médicos a la hora de
enrolarse en las misiones del gobierno.

Alejandro Rodríguez es un joven cubano emprendedor, que dejó el
periodismo para dedicarse a su negocio privado. Vive en Camagüey, una
provincial en el centro de la isla.

Source: Voces desde Cuba: un trauma generacional - BBC Mundo -
http://www.bbc.co.uk/mundo/blogs/2015/02/150220_voces_desde_cuba_alejandro_rodriguez_trauma_generacional

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