Friday, February 13, 2015

Pactar no necesariamente implica exclusión y traición

Pactar no necesariamente implica exclusión y traición
febrero 11, 2015 12:02 pm·

Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Una de las carencias de la
oposición cubana durante estos años de lucha pacífica por el
establecimiento de un Estado de Derecho en Cuba, ha sido su falta de
memoria histórica y no sacar las enseñanzas de los errores que
cometieron los que la precedieron.

La muestra más notoria de este fatídico proceder, lo tenemos en los
promotores de proyectos políticos, humanitarios y cívicos que se creen
ungidos de la verdad absoluta.

En 1996 fracasó una iniciativa que resultaba esperanzadora para la
unidad nacional opositora: Concilio Cubano.

La idea de Concilio surgió del abogado Leonel Morejón Almagro, quien
logró aglutinar a decenas de organizaciones opositoras de las más
diversas tendencias y colores políticos, que por primavera vez lograron
hablar un mismo lenguaje.

Fidel Castro, consciente del potencial peligro que significaba la
iniciativa opositora, ni tardo ni perezoso, recurrió a sus métodos
gansteriles para abortar desde dentro el proyecto unitario.

Si se hubiese materializado Concilio, sus resultados hubiesen sido
devastadores para un gobierno cuyo sostén es la fuerza, la represión y
la violación de las normas vigentes en las sociedades democráticas.

Resultan contraproducentes las reacciones encontradas de grupos
opositores y organizaciones en el exilio, así como de legisladores de
los bandos republicanos y demócratas en el Congreso norteamericano ante
el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos
y Cuba anunciado el pasado 17 de diciembre por Raúl Castro y Barak Obama.

Las mentes más sensatas de los que siguen con detenimiento lo que ocurre
en Cuba, están asombradas por la actual dispersión de los grupos
opositores, como consecuencia del accionar de la policía política y las
excluyentes opciones selectivas tomadas.

Este era precisamente el momento de buscar concertaciones y alianzas
entre todos, para responder con una sola voz a los nuevos desafíos que
plantea este inédito escenario, pero ocurrió todo lo contrario. Existe
una fuerte polémica, en la que algunos líderes opositores por su parte
excluyen, mientras los excluidos concertan su más firme rechazo a la
exclusión.

Los opositores agrupados en el denominado "Espacio Abierto de la
Sociedad Civil", en sus cuatro puntos de consenso, dieron a conocer su
apoyo a los acuerdos entre Washington y La Habana. Dicho documento fue
producto de la reflexión de sus integrantes y se puede afirmar, que de
acuerdos previos hechos sin transparencia. Su proceder está en total
sintonía con la actitud asumida por personalidades e instituciones
académicas del exilio partidarios de métodos menos confrontacionales
dirigidos a tender puentes que posibiliten el diálogo con las
autoridades cubanas.

Los representantes más visibles y activos de la llamada oposición leal
son Lenier Gonzalez y Roberto Veiga, antiguos editores de la revista
católica Espacio Laical, en estos momento promotores del proyecto Cuba
Posible, que radica en Cárdenas, Matanzas, en el Centro Cristiano de
Reflexión y Diálogo, que cuenta con el respaldo de una iglesia
protestante, una ONG noruega, el millonario Carlos Saladrigas, radicado
en Miami, e intelectuales como Julio César Guanche, Arturo López Levi,
que reside en Denver, Colorado, los periodistas independientes Dimas
Cecilio Castellanos y Mirian Leyva, entre otros.

No se conoce si Cuba Posible está en sintonía con los cuatros puntos que
promueve Espacio Abierto de la Sociedad Civil.

Para que no haya equivocación alguna acerca de los fundamentos en los
que descansa la Oposición Leal, Lenier González, presente en el evento
celebrado recientemente en Washington, promovido por Cuba Posible y Cuba
Research Center, explicó: "El gobierno cubano tienen el imperativo moral
y político de convertirse en garante de toda la pluralidad política e
ideológica del país".

Para los fundadores de Cuba Posible y quienes lo secundan, la naturaleza
totalitaria del régimen cubano es un elemento circunstancial. Para
llevar a buen puerto las conversaciones con Washington, las violaciones
de los derechos humanos que comete el régimen cubano, pasarán a ser un
asunto poco o nada relevante.

Pero más allá de que se compartan o no los criterios de Lenier González
y Roberto Veiga o los contenidos de los Cuatros Puntos de Espacio
Abierto de la Sociedad Civil, la realidad es una: los gobiernos de
Washington y La Habana, después de 55 años de aislamiento y
hostilidades, decidieron mesa por medio, ventilar civilizadamente sus
desencuentros. Y eso en específico no implica de ninguna manera una
traición.

Si los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, a pesar de sus profundas
diferencias, lograron reunirse, ¿cómo es posible que Espacio Abierto de
la Sociedad Civil, con sus cuatro puntos, y el Foro por los Derecho y
las Libertades, con su hoja de ruta de 7 puntos, no hayan encontrado los
puntos de consenso para materializar un pacto?

Así, se tiraría por la borda la descabellada e insostenible explicación
dada por Elizardo Sánchez de que por "diferencias tácticas" no es
posible encontrar un punto de unión entre ambos proyectos.

Se ha incurrido en un error al atacar al presidente Obama. Por otro
lado, algunos se han atrevido hablar a nombre de la oposición, pero
incurren en la pifia de que al hacerlo, desconocen lo que piensa el
pueblo cubano sobre los pasos dados por la Casa Blanca y La Habana.

Las mentes más lúcidas piensan que no es momento de hablar de falsas
unanimidades, sino todo lo contrario. Se requiere ser autocritico y
reconocer que los proyectos "Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana
y sus cuatro puntos de consenso, así como y el "Foro por los Derecho y
Libertades" y su hoja de Ruta de 7 puntos, pudieran articularse, sin la
tutela de las falsas jerarquizaciones impuestas por terceros.

Esas llamadas "diferencias tácticas" que separan a los opositores son
precisamente las que alimenta el régimen, que se aterra ante la
posibilidad de que pueda surgir un nuevo Concilio.

Ante tal realidad, la oposición y el exilio están obligados a dirigir su
mirada al pueblo cubano, a sus desgracias, penalidades y frustraciones,
y sacar a este pueblo del marasmo en que está hundido.

Se necesita que la oposición y el exilio se empinen y tiren a la
alcantarilla la disociación y las descalificaciones. Urgen nuevas
formulaciones de una verdadera unidad sin exclusiones dentro de las
diferencias y así encontrar un lenguaje legítimamente consensuado.

El único ganador de este impuesto e innecesario conflicto es el
impresentable régimen militar, totalitario y dictatorial.

Para Cuba actualidad: origenesmadibas@gmail.com

Source: Pactar no necesariamente implica exclusión y traición |
Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/pactar-no-necesariamente-implica-exclusion-y-traicion/

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