Con razón opositores cubanos desconfían de Barack Obama

Con razón opositores cubanos desconfían de Barack Obama
febrero 11, 2015 12:04 pm·

Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) Sin cuestionar las buenas
intenciones del presidente estadounidense Barack Obama en relación con
Cuba, un sector de la oposición cubana recibió con suspicacia la
afirmación de que los Estados Unidos de América "no han hecho
concesiones" al gobierno de Raúl Castro, como declaró Roberta Jacobson,
Subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, en una reciente
sesión del Congreso norteamericano.

Tras el inicio de las negociaciones para restablecer las relaciones
diplomáticas entre los gobiernos de ambos países -hecho que en su
primera parte transcurrió a espaldas de los pueblos de las referidas
naciones- hay una gran incertidumbre en relación con los pasos dados y
con los que se darán en el futuro inmediato.

Los cubanos ya estamos acostumbrados a los vaivenes de la política de
los Estados Unidos relacionada con Cuba. Su poca coherencia y la
ausencia de firmeza ante un régimen abusador, que desprecia la vida de
los seres humanos, son históricas.

Recordemos que John F. Kennedy negó el respaldo de su nación a los
cubanos exiliados que en 1961 en Bahía de Cochinos, intentaron liberar a
su país del despotismo comunista.

No olvidemos el empeño, años después, de William Clinton de levantarle
el embargo económico a Castro, sin poner como condición el respeto a los
derechos humanos en Cuba.

No se sentiría bien el pueblo de los Estados Unidos si las naciones
democráticas comenzaran a coquetear con gobiernos autoritarios como los
de Irán y Corea del Norte. El primero, promueve el terrorismo
internacional; el segundo, viola los más elementales derechos de sus
ciudadanos. Sería más que vergonzoso que esto sucediera.

Obama había prometido a la oposición interna cubana que no negociaría
con Castro sin poner como condición el respeto a las libertades del
pueblo cubano. También había comunicado a los familiares de los cuatro
jóvenes de la organización Hermanos al Rescate, asesinados por la fuerza
aérea castrista, en 1996, que uno de los responsables de ese crimen no
sería devuelto a Cuba, hecho que sí ocurrió.

A muchos disidentes cubanos les resulta difícil creer ahora en las
nuevas declaraciones de los funcionarios estadounidenses. Éstos han
incumplido sus compromisos en medio de una desesperada carrera para
acercarse al gobierno dictatorial de La Habana, que no ha dejado de
arrestar y golpear a mujeres, hombres y niños indefensos, por razones
políticas.

Hace muchos años que el pueblo de la Mayor de las Antillas no ve a los
Estados Unidos como su enemigo. En la norteña nación viven cientos de
miles de cubanas y cubanos que consideran significativos los beneficios
del sistema democrático en ese país.

Con gran ingenuidad, el presidente Barack Obama cree que Raúl Castro
aceptará sus anunciadas medidas para respaldar al pueblo de Cuba. Estas
resultan simplistas porque las argucias del mandatario cubano las harán
inviables.

Ha podido observar ya el mundo cómo Castro II comienza a poner
condiciones para frustrar el proceso negociador u obtener ventajas. Ha
dicho en la última Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC) que no se podrán restablecer las relaciones
diplomáticas si Estados Unidos no levanta el embargo económico y si
mantiene ocupada la base Naval de Guantánamo, bla, bla, bla…

El sueño de Barack Obama de ayudar al pueblo de Cuba es hermoso, pero no
deja de ser una utopía. Pensar que los hermanos Castro, sin presiones
internas y externas, van a permitir que una nación democrática
contribuya a empoderar a los cubanos para lograr cambios políticos y
económicos en el país, es una ilusión absurda.

Olvida el presidente estadounidense que negociar con un régimen
intolerante y abusador es un enorme disparate. No se obtienen frutos en
una negociación con políticos inflexibles, arrogantes y ventajistas, a
quienes no les interesa la felicidad de su pueblo.

Sólo con el masivo e inteligente accionar de la oposición interna cubana
y la firme postura del mundo democrático, liderado por los Estados
Unidos, se logrará regresar a Cuba a la comunidad de estados libres. La
historia demuestra que ninguna dictadura ha sido derrocada sin fuertes
presiones internas y externas.

Ojalá que una nueva administración estadounidense –demócrata o
republicana-rectifique esta errónea política, que sólo ayudará a la
dictadura castrista, responsable de múltiples crímenes. De ser así, se
restablecería la confianza en el presidente de la nación que más ha
trabajado para que llegue a Cuba la tan ansiada libertad.

Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com

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