Wednesday, February 11, 2015

Ángel Santiesteban “Soy una mirada social de mi tiempo”

Ángel Santiesteban: "Soy una mirada social de mi tiempo"
Martí Noticias continúa entrevistando a escritores censurados en Cuba.
Ángel Santiesteban Prats -desde prisión- habla de su obra literaria y su
compormiso con la libertad de expresión.
Luis Felipe Rojas/ Martinoticias.com
febrero 11, 2015

Solo unos días después de Ángel Santiesteban Prats enviar esta
entrevista a Martí Noticias fue llevado intempestivamente al cuartel
general de la Seguridad del Estado, Villa Marista, pero ya sus
respuestas estaban a salvo; él también.

El narrador que obtuvo el Premio UNEAC con el conjunto de relatos Sueño
de un día de verano (1995), el Premio César Galeano 1999, el Casa de las
Américas 2006, con Dichosos los que lloran, luego abrió el blog Los
hijos que nadie quiso donde expuso al mundo sus ideas sobre los derechos
humanos en Cuba y no paró hasta la cárcel.

En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta,
convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios
dormía (NeoClub Edciciones, 2014) y hoy responde estas preguntas desde
una celda improvisada en una unidad de Guardafronteras del Ministerio
del Interior, en Jaimanitas, La Habana.

¿En qué momento se fundió el Ángel Santiesteban narrador y el personaje?

Podría asegurar que comenzó desde los inicios, a finales de la década de
los '80, y es que considero que la necesidad de escribir, comunicarme,
trasmitir mis sentimientos, fue una medida de compromiso, precisamente,
por el dolor que sentía dentro de mí.

Recuerda que mi primer pensamiento literario me comenzó a los 17 años
cuando me encontraba preso en la Fortaleza de la Cabaña, por el "delito"
de acompañar hasta la costa a mi familia, con el ánimo de despedirla,
como ocurrió, y fueron luego sorprendidos en altamar, por lo que se me
acusó de "encubrimiento", pero el día del juicio, el tribunal consideró,
según las leyes vigentes, que ese delito no incurría en mi persona,
porque entre padres y hermanos se consideraba lógico.

Me procesaron porque según el fiscal, yo debía haber denunciado a mi
familia por abandonar clandestinamente el país
Es decir, me procesaron porque según el fiscal, yo debía haber
denunciado a mi familia por abandonar clandestinamente el país, lo que
se considera una traición al proceso del régimen totalitario. No
obstante permanecí catorce meses en presidio. Por lo que considero que
antes de ser un escritor ya era uno de mis personajes, lo que aproveché
para compartir mi dolor personal con los personajes que a partir de ese
entonces comencé a construir. En cada personaje creado por mí, está mi
dolor, o el de mi familia, los amigos, los vecinos.

Soy una mirada social de mi tiempo, y ahí está el compromiso conmigo,
con mi madre, la historia y mi tiempo, sin importar las consecuencias
que esa postura me conlleve.

Sufro con cada palabra que escribo, sangro por cada pasaje que
represento. Muero y vivo con mis personajes; pero siempre creo ante
todo, a través del arte genuino y sin compromiso.

¿Hasta dónde tus demonios narratológicos se fundieron en tus ánimos
sociales?

Juro que no fue una meta, tampoco un compromiso y menos la intención de
epatar y llamar la atención, es más creo, que de esa forma no se logra
el arte. Mi semilla creativa surgió a partir de la inconformidad y miedo
social.

Mi semilla creativa surgió a partir de la inconformidad y miedo social
Personas que escondían su animadversión al proceso político y fingían, y
fingen, ser simpatizantes con la dictadura, y ese reflejo de mi tiempo
me convirtió en una voz, una alternativa, y se representó inconsciente,
porque el fundamento de mi visión artística es aquello que me lacera,
golpea o preocupa, y luego intento plasmarlo de la mejor manera, según
mis herramientas literarias.

Cuando descubro un pensamiento de un pasaje personal o escucho una
anécdota sugerente, se dispara un dispositivo en mi interior, y un
pálpito diferente me avisa que debo intentarlo, y casi siempre está
ligado a una consecuencia social.

Has asumido el sentido trágico de la vida. Como Severo Sarduy, Cabrera
Infante o Reinaldo Arenas, has armado una literatura que se vuelve
denuncia. ¿Qué procesa o escribe Ángel Santiesteban Prats desde este
encierro?

Ante todo reconocer que en cualquier arista que se me compare con esos
tres grandes escritores cubanos, -ya para mí es de orgullo, y te
agradezco la noble herejía literaria porque siempre asumiré las
distancias entre ellos y yo- a quienes respeto por su obra y vida, el
sufrimiento que izaron como bandera, a partir de la opción de emigrante,
buscando esos "tres tristes tigres", que fueron ellos, al ser voces
discordantes con el sistema político.

Tengo experiencias semejantes con Reinaldo Arenas, en cuanto al presidio
y a la marginación cultural que sufrió; pero coincido con ellos tres en
la emigración, solo que en sus casos hubieron de desplazarse fuera del
archipiélago, en el mío, vivo esas mismas consecuencias pero desde el
interior, dentro de la isla; por ello hoy escribo sobre la realidad que
me circunda; la injusticia que vivo.

Una vez escribí en un post que el último lugar al que debió enviarme la
dictadura fue a este; donde he tenido que crecerme como ser humano,
artista y disidente. He escrito un libro de cuentos desde el dolor, pero
que a mi consideración y la de mis amigos, aún está muy a flor de piel y
debo distanciarme de la experiencia para retomarlo y restar una
intención política que, inevitablemente, se refleja en ese conjunto de
relatos.

También escribí una novela extraña, con temática carcelaria, que supongo
poder revisar a mi salida. Comencé una novela: Premios y castigos, de
corte más biográfico.

Mi experiencia de vida es trágica. He vivido un guión trágico que afecta
la sociedad, por caprichos políticos de los dictadores. Es conocido que
"los escritores nos alimentamos de carroña humana", y este sistema es
muy dado a ensuciarnos con las sangre de sus víctimas.

Tus personajes aparecen transidos de dolor como si no hubiera nada más
allá en el horizonte. ¿Dónde surge esta elaboración, esas piezas de
cambio en cada relato?

Creo que un escritor si no ayuda a cambiar, a curar esa realidad, al
menos tiene el deber de reflejarlo como espejo de su tiempo
A veces es en una palabra, una imagen, o el reflejo de una angustia.
Cuando percibo que alguien sufre, tengo la necesidad de asistirlo. Creo
fervientemente en que un escritor si no ayuda a cambiar, a curar esa
realidad, al menos tiene el deber de reflejarlo como espejo de su
tiempo, en función social, y, a veces, hasta buscamos alternativas de
respuesta anémicas para esos sufridos, cuando ven en los personajes, su
realidad más inmediata.

Tenemos la posibilidad, como algo propio de la propia creación, de
sustituir, mejorar, brindar, reemplazar, trocar, los destinos e
inventarnos algo mejor. Las variantes pueden ser múltiples, en la medida
de la capacidad de talento del escritor y sus necesidades artísticas.
Siento que soy el reflejo de mi tiempo y de esa manera intento plasmarlo
en mi obra.

Si apelamos a los datos que aportas en El verano en que Dios dormía, tu
novela es la reconstrucción de una época. Describir la vida en el mar,
de seres que no son precisamente pescadores, la circunstancia exacta en
que deciden lanzarse a la vida o la muerte y los desenlaces que se
funden con lo que conocemos hoy como "la crisis de los balseros", nos
pone ante una novela histórica ficcionada ¿Cuáles fueron tus
herramientas, la historiografía, la sociología o el cabal conocimiento
de estas técnicas narratológicas que ostentas hace tiempo?

Cuando abordo un tema que no he vivido, que ni siquiera se encuentra en
libros que se puedan consultar, comienzo un estudio de terreno, en mi
caso, según mis temas, con los soldados que participaron en las guerras
africanas, los balseros que decidieron regresar desde la Base Naval de
Guantánamo, o personajes marginales que sobreviven a través del delito.
Siempre hago grabaciones de sus experiencias.

En algunos casos tuve que apagar el equipo de grabación, a petición del
entrevistado, cuando se comprometían en sus testimonios, y el temor los
obligaba a protegerse, al revelar los hechos delicados sobre, por
ejemplo, pésimas ordenes de un alto militar en Angola, y por la que se
producían víctimas inocentes; o hechos cometidos por ellos mismos y de
los que se avergüenzan.

Tengo la necesidad de cuando comienzo un tema saber cada hecho,
historia, cultura, el color de la tierra, olores, vegetación, detalles
que me ayudan a transportarme y vivir en mi imaginación, recrear, hacer
regresar el tiempo y ver, palpar lo que narro.

La mayoría de los personajes de mi novela El verano…, son familia o
amigos. Manolo es el esposo de mi hermana menor. Es cierto que estuvo en
la conflagración bélica en África, que fue zapador, que se jugó la vida
en el Estrecho de la Florida sobre una balsa con otros familiares, y que
luego cruzó el campo minado para regresar con su familia en La Habana.

En él, ese personaje, hay agregados muchos personajes; entrevisté a
cuanto balsero he conocido, cientos de horas en casetes, que era lo que
se utilizaba a mediados de los noventa, y en cada uno recogí el dolor
que afloraba en sus palabras, gestos y silencios.

"Cada cubano participante en los procesos políticos, no solo desde 1959,
sino desde antes, son víctimas de los caprichos, ambiciones y malas
entrañas de esos mandatarios que han arribado al poder de la nación"

Estoy convencido que cada cubano, participante en los procesos
políticos, no solo desde 1959, sino desde antes, son víctimas de los
caprichos, ambiciones y malas entrañas de esos mandatarios que han
arribado al poder de la nación. En lo particular me baso en la
experiencia, el sufrimiento de las generaciones desde la de mis padres
hasta hoy, y los considero víctimas directas del régimen.

No solo las de aquellos que se opusieron, también agrego a los que
fueron engañados, los que como mi tío Pepe, apostaron por un país mejor,
democrático y humanista, hasta que descubrieron que fueron engañados,
pero ya no tenían la edad o el valor para enfrentarlos, y decidieron
quitarse la vida por la vergüenza de ser partícipes de este engendro que
ha gobernado por más de medio siglo, y que para lograrlo han fusilado,
encarcelado, asesinado a través de sus órganos represores y de inteligencia.

Los que emigran, los que permanecen dentro de la isla con temores,
aunque sea uno solo; los que alguna vez han necesitado fingir para no
ser reprendidos ni castigados; los que han mentido o mienten y
traicionan sus verdaderos pensamientos, criterios sobre la realidad que
los circunda, todos son víctimas del sistema.

Siempre repito que la única ambición que he tenido en la vida es
entender a las personas. Entenderlos aunque no comparta su lógica, pero
al menos saber la causa, el sentimiento que los acompañó en el momento
de ejercer un acto, positivo o negativo. No siempre lo logro con los
seres humanos; pero sí con mis personajes. Me tienen que ser
transparentes a la hora de contarlos. Entender sus acciones, pensamiento
y obrar. Soy una víctima de mi tiempo, acompañado por mis personajes que
reflejan ese sufrimiento humano.

Al parecer te ubicas entre las piezas de Carlos Montenegro y las almas
perdidas de Reinaldo Arenas. Los protagonistas de tu novela y relatos se
mueven entre la perdición de la noche y la desilusión de los días en La
Habana. ¿No temes acabar relatando una Habana contada y vuelta a contar?

Como la de Montenegro es mi experiencia personal, y ya sabemos que la
realidad nos supera. Es tan rica en matices, múltiples tonos inagotables
que garantizan la salud de ese abordamiento en la ciudad y sobre la
ciudad. Siempre existe un indicio no abordado, una nueva forma de contar
sobre lo mismo, compartir temáticas inextinguibles.

Ni siquiera una foto repetida ipso facto, puede captar lo mismo porque
sus colores cambian constantemente.

Sí, temo repetir esos paradigmas de la literatura cubana; pero no creo
que se pueda parecer, imitar a esos grandes y especiales escritores,
porque existen múltiples formas de ver, maneras de contar esta Habana,
esta Cuba, por momentos tan querida, o tan odiada.


Ángel. Prisión Unidad de Guardafronteras, Jaimanitas, La Habana.

Source: Ángel Santiesteban: "Soy una mirada social de mi tiempo" -
http://www.martinoticias.com/content/angel-santiesteban-soy-una-mirada-social-de-mi-tiempo-/86459.html

No comments:

Post a Comment