El fabulador de Birán: Historias no contadas de la familia Castro Ruz
Posted on 18 agosto, 2014
Por Nancy Pérez-Crespo
Un día como hoy hace 69 años, el 18 de agosto de 1945, un rayo fulminó a
uno de los mejores hombres de mi pueblo natal.
Luis Beltrán García era periodista y director del periódico Ecos de
Cueto y un extraordinario ser humano. Murió justo frente a la
casa-tienda del español Ángel Castro Argís, en la finca Manacas del
poblado de Birán.
Además de dedicarse al periodismo, Luis Beltrán ejercía por esa fecha
como inspector del Departamento de la Policía Provincial, bajo las
órdenes de su tío, Ramón Corona García, a la sazón gobernador de la
Provincia de Oriente.
Y ese día de su muerte lo había llevado a la finca Manacas una
encomienda muy importante. Él era el portador de una citación para Ángel
Castro porque debía comparecer ante una Tribunal de Santiago de Cuba
para responder por una grave acusación. Ángel Castro, que era fanático
del franquismo, estaba acusado de fascista.
Tres meses antes había finalizado la Segunda Guerra Mundial y Cuba era
firmante de la Junta Interamericana de Defensa. El Congreso había
aprobado el Programa de Guerra y todo ciudadano que se sospechara con
vínculos con el nazismo o el fascismo era investigado.
El rayo que no cesa
Ese fatídico día, un rayo evitó la vergüenza al padre de Fidel Castro,
pero sumió en la orfandad a una familia ejemplar de Cueto. La viuda,
República Escobales de Beltrán, supo afrontar con arrojo la pérdida del
marido y no solo educó a sus cuatro hijos, sino que además continuó
editando el periódico. La familia Beltrán salió al exilio en 1963.
Quizás la trágica muerte de Luis Beltrán fue una advertencia, un
augurio, un presagio de la maldición que emanaba de ese lugar e
impelería a Cuba toda.
Cuento esta historia porque en estos días de estridentes celebraciones
cumpleañeras del anciano dictador he cavilado en todas las historias que
se oían en Cueto, una villa a muy pocas millas de Birán y como pueblo
chiquito, todos se conocían y convivían en perfecta armonía: los
pobladores nativos con los españoles y sus hijos, los criollos, los
sirios y libaneses, haitianos y jamaiquinos y hasta algunos americanos y
franceses.
Pero también se sabían los secretos de la familia Castro Ruz que Antonio
López, el titulado historiador del «Sitio Histórico Finca Manacas»
convenientemente ha olvidado repasar, sumándose a la alharaca por el 88
cumpleaños de Fidel Castro.
El nombrado «historiador» de Birán es un fabulador que hace malabarismos
para esconder datos, embarajar, inventar, tratando de que cuadre el
número con el billete.
Malabarismos y escamoteos
En su afán por ocultar los orígenes de "su Comandante", el malabarista
López no menciona que esa casa-tienda fue construida en 1917 y que allí
vivía Ángel Castro con su primera esposa, Maria Luisa Argota, y los dos
hijos del matrimonio, Pedro Emilio Castro Argota (1914), el primogénito,
y María Lila Perfidia, conocida como «Lydia» Castro Argota (1913).
Tampoco menciona que Lydia Castro estuvo casada con el hijo de Don Fidel
Pino Santos, un rico comerciante de la zona de Banes, de origen canario.
Don Fidel Pino Santos ayudó en varias ocasiones a Castro Argíz cuando
este enfrentó descalabros económicos. Eran muy amigos y fue escogido
para bautizar a Fidel Castro. El bautizo nunca se concretó, pero del
padrino escogido heredó el nombre. Aunque se conoce que fue bautizado en
1935 con como Fidel Hipólito y con los dos apellidos de su madre: Ruz
González. En el Juzgado de Cueto, Fidel Castro aparece inscrito tres
veces. La última vez fue cuando Ángel Castro les dio el apellido a sus
siete hijos tras haber concluido el divorcio con la señora Argota, en
1941, y contraer matrimonio con Lina Ruz, en abril de 1943.
El intrépido fabulador López se refiere a «la Casa Natal, una hermosa
obra de Ángel Castro, y lugar donde nacieron los siete hijos de su unión
con Lina Ruz», pero está faltando a la verdad histórica. Esa no es la
casa natal. Según cuentan pobladores de Cueto que conocían los detalles,
cuando Ángel Castro comenzó la relación extramarital con Lina Ruz, mandó
a construir un bohío en un lindero de la finca y allí nacieron los
primeros cuatro hijos: Ángela, Ramón, Fidel y Raúl.
De los tribunales a la radio
Fue así que llegó a oídos de Maria Luisa Argota la existencia de la otra
mujer y los cuatro hijos. De inmediato pidió el divorcio y se mudó para
Santiago de Cuba. Es allí, en Santiago de Cuba, donde, apoyada por su
hijo Pedro Emilio (que ya es un joven aspirante a la Cámara de
Representantes y activista del Partido Ortodoxo), presentó una demanda
contra Ángel Castro, acusándolo de haberle ha hecho trampa en la
repartición de los bienes gananciales.
El divorcio escaló los tribunales santiagueros en medio de un gran
escándalo, al punto que todos los hechos de la disputa familiar fueron
narrados en una serie radial dramatizada por la Cadena Oriental, bajo el
título de «Cosas que pasan amigos».
Siempre se ha sabido que la Historia la escriben los que ganan, pero
incluso los que la edulcoran a su conveniencia tienen algún pudor para
no hacer el ridículo. Sin embargo, el fabulador López no parece tener
límites para poner en ridículo a la propia prensa oficial y llega al
delirio cuando narra que el niñito Fidel, con solo tres años, regalaba
su ropita a los hijitos de los trabajadores. Y dice tener los
testimonios de los «amiguitos». ¿Puede realmente un niño de tres años
recordar a quién regaló los zapaticos o la marinera?
Contaré más de estas historias olvidadas o sepultadas, porque los
cubanos tienen derecho a conocer la verdad. Creo firmemente que el rayo
fatal que mató al periodista Luis Beltrán, frente a esa casa, un día
como hoy, fue un presagio de desgracia.
Source: El fabulador de Birán: Historias no contadas de la familia
Castro Ruz | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/16981-el-fabulador-de-biran-historias-no-contadas-de-la-familia-castro-ruz/
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