Dengue hemorrágico de 1981, muy malos recuerdos
Las epidemias en Cuba se tratan como Secreto de Estado. Nuestra
oportunidad de protegernos a tiempo es prácticamente nula
miércoles, agosto 20, 2014 | Gladys Linares
LA HABANA, Cuba.- El mosquito Aedes aegypti ha encontrado su hábitat en
Cuba, sobre todo en la capital. Entre las principales causas están la
necesidad de almacenar agua potable y la deficiente higiene ambiental,
que deja mucho que desear. La basura se mantiene varios días en las
calles, supuestamente por falta de transporte. Los contenedores están en
su mayoría rotos y a su alrededor crecen vertederos en los que
proliferan mosquitos, ratas, cucarachas y otros vectores.
Debido al deterioro de las redes hidráulicas, abundan los salideros de
agua potable y albañal, donde casi siempre se encuentran focos de Aedes
aegypti. La fumigación, que debe ser una medida preventiva, es
inconstante, y solo se hace cuando el dengue está en su apogeo (como
ahora que fumigan con avionetas). Con la insalubridad, también está
relacionado el hacinamiento y la falta de recursos económicos de la
población para arreglar salideros y adquirir productos de aseo.
Algunos vecinos comentan sobre reuniones confidenciales que tienen lugar
en el Policlínico de Lawton, en Dolores y Calle 10, entre la directora
municipal de Salud, el secretario municipal del PCC y el presidente del
Poder Popular. Con esto sabemos que estamos en presencia de una nueva
epidemia. Y como ha sucedido otras veces, la escasa información hace que
la crisis epidemiológica tienda a empeorar.
Inspectores municipales emprenden cacerías de brujas. Cuando detectan
salideros, dan un plazo de 24 horas a los propietarios de la vivienda,
con amenaza de multarlos si no se cumple la orden de arreglo, cuando lo
justo y efectivo sería apoyar a los ciudadanos cuyo nivel económico no
les permite reparar.
Según una fuente (anónima por temor a represalias), sabemos que existen
en la capital más de 9 mil casos de dengue, que también hay cólera, y
que los hospitales se están acondicionando para recibir más ingresos.
Pero la prensa oficialista no divulga nada de esta situación. Quizás un
día, dentro de algunos años, algún funcionario frente a las cámaras
hablará de este azote, y buscará un chivo expiatorio, como sucedió con
la epidemia de dengue hemorrágico de 1981, que no fue divulgada hasta 1999.
Y mientras persiste el secreto de Estado, las plagas siguen cobrando
víctimas.
Breve historia del dengue en Cuba
En nuestro país, el dengue fue erradicado en 1940. Las autoridades
sanitarias mantenían el más estricto control para impedir la entrada de
ésta y otras enfermedades.
No es hasta 1977 que reaparece este virus para hacer estragos. Durante
aquella epidemia, el secretismo gubernamental permitió que el dengue
cobrara sus primeras víctimas dentro de la población, que al no estar
informada atribuía el malestar a un fuerte catarro o "andancio", como se
les llamaba por entonces a las epidemias de cualquier cosa que se
pareciera a la gripe. Hoy sabemos que no existe un medicamento
específico para este virus, que en muchas ocasiones es asintomático,
pero un diagnóstico oportuno y el tratamiento clínico adecuado sí pueden
reducir la mortalidad.
De ese "andancio" fui víctima, al igual que mi esposo e hija. Así, con
fiebre, decaimiento y un insoportable dolor en las articulaciones, que
los calmantes no lograban aliviar, nos fuimos él y yo a trabajar. En
aquella época yo era subdirectora de la escuela primaria "Tomás Alba
Edison". Como no podía ocultar mi malestar, la mamá de unos alumnos,
Ofelia López González, que trabajaba en el Hospital Oncológico, me
alertó sobre el peligro que corría. Fue la primera vez que escuché
hablar de dengue.
De inmediato acudimos al cuerpo de guardia del Hospital Clínico
Quirúrgico en Diez de Octubre (La Dependiente). Por la expresión atónita
del doctor, nos bastó para comprender que sí teníamos dengue.
Cuando en 1981 se desató otra gran epidemia del virus, esta vez con
manifestaciones hemorrágicas, el mayor peligro lo corríamos las personas
que en 1977 habíamos sufrido el dengue 1, como lo llamaban los médicos,
ya que nuestro conteo de plaquetas era muy bajo y esta era la causa del
sangrado. A esta variedad la llamaron dengue secundario, hemorrágico, o
dengue 2.
Fue en aquella ocasión cuando el gobierno de los hermanos Castro
aprovechó para culpar a los EEUU y a sus servicios especiales de
introducir la epidemia en Cuba. Los verdaderos responsables eran las
autoridades sanitarias, que no adoptaban (ni adoptan) las medidas
necesarias para el control epidemiológico, como mantener en cuarentena a
las personas procedentes de países donde existen estas enfermedades.
Source: Dengue hemorrágico de 1981, muy malos recuerdos | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/dengue-hemorragico-de-1981-muy-malos-recuerdos/
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