Tuesday, June 17, 2014

Represión en la Aduana del aeropuerto

Represión en la Aduana del aeropuerto
A Regina la habían introducido en una habitación. A Carlos Ríos lo
cachearon en otra, conminándolo a que se bajara el pantalón. Buscaban un
teléfono celular que no existía.
martes, junio 17, 2014 | Juan Carlos Linares Balmaseda y Carlos Ríos

LA HABANA, Cuba -Presentíamos que bajando del avión iban a
interceptarnos. En efecto, en los controles de aduana, una funcionaria
me aborda:

– Where do you from?. Le manifiesto que soy cubano, y que acabo de
llegar de Lima, Perú.

– ¿Qué hacías allá?, fue la pregunta inmediata.

Le respondí que venía de cursar un seminario sobre Periodismo y
Tecnologías de la Información y Comunicación.

– ¿Quién impartió el seminario?, fue la tercera interrogante.

– ¿Cuál es el motivo suyo de tanto interés en mí?, le respondo. Alega
que es simplemente una encuesta rutinaria, y se marcha.

A Carlos Ríos, compañero del curso, le ordenan salir de la fila. A
Regina Coyula la señala otro funcionario, que acto seguido balbucea:
"son tres los objetivos especiales".

Unos minutos después, a la vista pública y en tres mesas diferentes,
abrieron nuestros equipajes. Sacaron todo. Revisaron cada objeto
personal. Su interés eran las computadoras, memorias flash, y hasta el
libro "Yo quiero ser presidente", del periodista y escritor Alfonso
Baella Herrera, y que está basado en las primeras elecciones de Barack
Obama. Nos retuvieron nuestras pertenencias.

A Regina la habían introducido en una habitación. A Carlos lo cachearon
en otra, conminándolo a que se bajara el pantalón. Buscaban un teléfono
celular que no existía.

Los oficiales retuvieron nuestros ordenadores, cámaras y teléfonos móviles.

Estábamos decididos a recuperarlos. Nos plantamos en un rincón donde no
obstruimos en espera de que nos devuelvan nuestras pertenencias.

Una oficial nos asegura que el trámite de reclamación y entrega puede
extenderse un mes.

"Pues un mes estaremos aquí", le impugnamos Carlos Ríos y yo.

Le revelábamos nuestra situación a cuanto empleado se nos acercaba.
Quien dijo ser jefe de sala nos espetó que no permitiría "graciecitas",
y que cuando terminara su turno llamaría a la policía para que nos
condujera.

Le echamos en cara que precisamente eso es lo que queríamos, que nos
apresaran. Y que si nos liberaban sin devolvernos nuestras pertenencias,
regresaríamos.

Regina decidió irse a su casa. Su red de amigos calentó las redes
sociales conque nos habían retenido nuestras cosas.

Carlos y yo permanecimos sentados en las carretillas de transportar
equipajes, hasta casi la medianoche, en que nos llamaron para
devolvernos las propiedades. A mí me cobraron 60 pesos en moneda
nacional por traer un disco duro externo de 1 MG, y 10 pesos por cada
una de las tres memorias. Con el descuento se quedó en 42 pesos. Una
absoluta violación, que me di el gusto de pagar y poseer por escrito,
porque la ley permite importar hasta 5 discos duros y 10 memorias. A
Regina aun no le han devueltos sus pertenencias.

Source: Represión en la Aduana del aeropuerto | Cubanet -
http://www.cubanet.org/mas-noticias/represion-en-la-aduana-del-aeropuerto/

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