Tuesday, June 17, 2014

Renunciar o ser destituido. ¿Dónde está la diferencia?

Renunciar o ser destituido. ¿Dónde está la diferencia?
MIAMI, Florida. — El sorpresivo anuncio de la sustitución de los
editores de la revista Espacio laical da paso a varias interrogantes en
torno al futuro de la publicación católica cubana y lo que puede haber
detrás de este inusitado cambio. Por igual surgen suspicacias y
especulaciones sobre lo que para algunos resulta una acción…
lunes, junio 16, 2014 | Miguel Saludes

MIAMI, Florida. — El sorpresivo anuncio de la sustitución de los
editores de la revista Espacio laical da paso a varias interrogantes en
torno al futuro de la publicación católica cubana y lo que puede haber
detrás de este inusitado cambio. Por igual surgen suspicacias y
especulaciones sobre lo que para algunos resulta una acción
inexplicable, generadas a partir del cruce de notas explicativas entre
los directivos salientes y la dirección entrante.

El escrito hecho público por Roberto Veiga y Lenier González anunciando
la retirada, incluía en uno de sus párrafos la clave que generó la
polémica. Poner que habían sido liberados de sus obligaciones resultó el
equivalente de una fórmula muy común en el lenguaje oficioso de la Isla
para anunciar destituciones en la cúpula. Es lo que en Cuba se conoce
popularmente como el aviso del truene. Posteriormente los ex directivos
de Espacio laical aclararon que sus palabras habían sido mal
interpretadas por medios externos que habían manipulado un correo en el
que ellos se despedían de un pequeño grupo de colaboradores. Una
explicación poco creíble cuando la hacen dos personas que saben el
alcance de las modernas redes de comunicación y el giro que en ellas
pueden tomar textos y expresiones.

A lo anterior siguió la nota hecha por Gustavo Andújar, ahora al frente
de la revista católica laical, la cual provocó la reacción aireada de
los implicados. Andújar acusó de "gravemente inexacta" la formulación de
liberación referida por sus antecesores dejando claro que ellos habían
renunciado por decisión propia y que en definitiva nadie es
imprescindible. Las palabras de Andújar fueron calificadas de agresivas
en una nueva respuesta dada a conocer por Veiga y González.

Más allá del intercambio de notas, anuncios y aclaraciones vale destacar
algunos detalles del hecho. El primero corrobora la idea sobre aquella
ruptura que provocó el cierre momentáneo de la revista Espacios, que
parece haber quedado en el olvido sin derecho a ser considerada
reconocida precursora de la actual. Espacio laical que ahora se presenta
como una revista creada en el 2005 por el Cardenal Jaime Ortega no fue
sino la recreación con el nombre truncado de aquella primera revista,
para acallar el revuelo causado por el inexplicable cierre en enero del
aquel año. Con menos realce que su antecesora la nueva propuesta comenzó
a circular con los espacios más reducidos y con un aire menos laical.

Vale recordar que la Espacios inaugurada con Eduardo Mesa, a quienes
siguieron Andrés Rodríguez y Fabio Hurtado, llegó a competir en
popularidad con Vitral, a pesar de que su tirada era mucho menor. Tanto
por los temas que tocaba, como por el abanico de ideas tratadas en la
revista y en el ambiente creado en su entorno en la Casa laical. Aún así
aquella sufrió varios toques de atención y silencio cuando intentó
llevar temas considerados poco prudentes tratar. Uno de ellos fue la
negativa tajante que recibió la propuesta de publicar un artículo con
biografía incluida sobre Oswaldo Payá, cuando aquel obtuvo el premio
Sajarov. La revista, sus editores entonces, se vieron limitados a poner
solamente la nota de salutación del cardenal al líder del MCL Y punto.
Lo mismo ocurrió con el artículo sobre el Mariel que nunca vio la luz.

Decir que Espacio laical estaba tomando un impulso y connotaciones
propias es algo para poner en dudas cuando lo que en verdad estaba en
juego eran guiños al gobierno y a una proyectada movida de acercamientos
entre este, una parte del exilio dispuesto a dialogar y una llamada
oposición fiel que produjo una de las mayores controversias en la que se
vieran envueltos los gestores de la revista con el sonado artículo sobre
la oposición leal, para muchos el detonante que provocó la renuncia de
sus editores pero que no parece ser el motivo real.

Conferencias, escritos, entrevistas y numerosas actividades celebradas
al calor de la revista laical parecían indicar que la publicación y sus
redactores contaban con una posición segura sobre los posibles cambios y
movimientos que se vislumbran sobre Cuba y su realidad. Muchas de estas
acciones y gestiones tenían que contar con cierto espaldarazo oficial de
las dos instituciones: La Iglesia y el Estado.

Por ello existe una gran contradicción en la afirmación hecha por Veiga
y González sobre la solicitud de su renuncia al menos tres veces en los
últimos dos años para evitar tensiones que se habían proyectado sobre
ellos y particularmente sobre la persona del Cardenal debido a la
polémica generada por el perfil socio político de la publicación. La
contradicción estriba en la activa acción de los dos editores en
escritos, actividades desarrolladas en salidas al extranjero mediante
declaraciones así como organización de reuniones en La Habana, ante la
vista y conocimiento de las autoridades máximas de la Iglesia y del
propio gobierno cubano, incluso hasta la cercana fecha de marzo.

Las más recientes de esas apariciones fue en una entrevista concedida al
diario ABC el pasado febrero donde ambos expresaban el deseo de que las
relaciones con Cuba (sobre entendido con el gobierno) pasaran de la
confrontación a la concordia para afrontar los cambios necesarios que
habrán de producirse en la Isla. Por otra parte quienes una vez acusaron
al exilio de anexionista ahora ponían sus buenos oficios para llegar a
un dialogo respetuoso de reencuentro desde el respeto y la tolerancia
entre esa parte de Cuba y la del régimen que la gobierna.

El giro brusco de la situación puede estar vinculado al retiro de
Monseñor Jaime Ortega y la incógnita sobre el nuevo arzobispo que le
sustituirá en la sede de la Archidiócesis habanera. Igualmente es
sugerente que esto ocurra después de la desaparición física de los
presbíteros Fernando de la Vega y Monseñor Carlos Manuel de Céspedes,
sacerdotes que tuvieron fuerte presencia en las cuestiones culturales de
la Iglesia, entre las que estaban precisamente esta revista en cuestión.
Todo hace pensar en una posible revaluación del interés que ocuparán
proyectos como el de Espacio Laical en las nuevas autoridades
eclesiásticas de la diócesis.

De todas maneras no hay que esperar mucho de la nueva propuesta
editorial en Espacio Laical si la revista continuara existiendo. Más
eclesiástica, menos laical y sin arriesgar mucho en sus posturas hacia
el poder vigente. Tal vez con las miras en un fututo que se presenta
abierto en el que la Institución jugará un papel importante pero sin dar
mucho crédito a las propuestas que a pesar de sus carencias y defectos,
siguen moviéndose dentro de la sociedad cubana, a la que nunca debe ser
ajeno el laicado.

Y precisamente una de las constantes que ha lastrado la labor política
del laicado cubano llevándolo desde la frustración hasta la más completa
desidia es la posición que se hace evidente sigue prevaleciendo en una
Iglesia dividida entre quienes piensan que no hay que inmiscuirse en
política y quienes asumen que el laicado tiene que confrontar el
compromiso coherente con la Doctrina Social de la Iglesia. Una carencia
que resaltó cuando el Proyecto Varela, del que se ausentaron muchas
figuras de la llamada casta laical, los conocidos súper laicos, que ante
ponían la justificación de que la Iglesia no debe meterse en política.
Una actitud que puede cambiar de manera oportunista cuando intereses y
poder avala la participación.

Finalmente la apuesta por lo que Oswaldo Payá calificó acertadamente del
cambio fraude para algunos no ha rendido sus beneficios. Pero de la
misma manera alguno ya puede haber encontrado su sitio idóneo en esta
maquinaria que ha sido puesta en marcha irremisiblemente aunque no
queramos darnos cuenta o finjamos desconocer. Aquí también puede estar
otra de las claves donde renunciar o ser destituido resulta por igual un
eufemismo.

Source: Renunciar o ser destituido. ¿Dónde está la diferencia? | Cubanet
-
http://www.cubanet.org/colaboradores/renunciar-o-ser-destituido-donde-esta-la-diferencia/

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