Wednesday, June 4, 2014

La verdadera historia del Daiquirí

La verdadera historia del Daiquirí
[04-06-2014 12:49:43]
Narciso Sala Mestres

(www.miscelaneasdecuba.net).- En la habanera esquina de Obispo y
Montserrate se encuentra situado un establecimiento de reconocida fama
internacional: el Café Restaurante La Florida, conocido familiarmente
como El Floridita. El edificio, que se encontraba muy deteriorado, fue
reconstruido en 1989 siguiendo los planos de arquitectura originales, y
la conocida barra artesanal de madera de caoba maciza realizada en los
años veinte del siglo pasado, que se encontraba situada a la izquierda
de la entrada principal, fue con este motivo un testigo mudo excepcional
de los acontecimientos ya que, convenientemente protegida, se realizó a
su alrededor la nueva construcción.
A principios del siglo XIX, en el mismo emplazamiento, existía ya La
Piña de Plata un bodegón típico donde se servían bebidas tradicionales.
Tuvo siempre una gran aceptación, debido en parte a su estratégica
situación en la concurrida Plaza de Albear.

Cien años más tarde, una curiosa anécdota transforma la historia del
citado establecimiento. En 1915, Serafín Parera Coll, un emigrante
catalán originario de Lloret de Mar, que había hecho fortuna en México,
regresaba a España en barco desde Yucatán haciendo escala en La Habana.
A su llegada al puerto cubano se sintió enfermo y no pudo continuar el
deseado viaje. Días más tarde fallecía en la capital, siendo el primer
miembro de la familia Sala que recibía sepultura fuera de España.

Al no tener hijos, la herencia del ilustre emigrante pasó a manos de sus
sobrinos, siendo el mayor de ellos, Narciso Sala Parera (1879-1953), a
quien correspondió la administración de la fortuna familiar, de cierta
importancia en aquella época. Dada la inseguridad económica y social que
se vivía en la Península en aquellos años, se pensó que la adquisición
de un negocio era la forma más adecuada de situar el capital familiar
que el azar dispuso que el tío Serafín dejara en La Habana. Así, en
1918, La Piña de Plata pasó a manos de los hermanos Sala Parera
(Narciso, Francisco, Concepción y Mercedes).

Años después, El Café, como se le denominada en la familia Sala al
negocio, pasó a denominarse Café Restaurante La Florida. Entre sus
empleados se encontraba un joven de Lloret de Mar -ciudad natal de los
Sala-Constante Ribalaigua Vert, que pasó del oficio de aprendiz a
ocuparse en exclusiva del bar y, en especial, de la preparación de las
bebidas que se servían a los clientes, que eran cada vez más numerosos.

Entre los visitantes asiduos había un grupo de ingenieros
norteamericanos, entre ellos Jennings Cox, que trabajaban en las minas
situadas en la población de Daiquirí, en la provincia de Oriente. Allí
preparaban, sin fórmula específica alguna, una mezcla de ron, limón,
hielo y azúcar, que requerían se les sirviera en El Floridita en sus
frecuentes viajes a La Habana. A falta de otra identificación, y dada la
procedencia de los visitantes, solía llamarse a este cóctel con el
nombre de Daiquirí.

Con los años la bebida adquirió fama y el nombre se asoció al local.
Quienes acudían al Floridita solicitaban frecuentemente que Constante
les preparara un daiquirí, y su nombrese unió, a su vez, a este cóctel,
otorgándole cada vez más aceptación y prestigio.

Un visitante ilustre, Ernest Hemingway (1889-1961), fue uno de los
clientes habituales del establecimiento y en una época también vecino
del barrio ya que, antes de adquirir una casa en las afueras de la
ciudad, solía alojarse durante largas temporadas en el Hotel Ambos
Mundos, situado en la cercana calle Mercaderes.

En el año 1935 El Floridita cambia de dueños y, hasta su nacionalización
por las autoridades cubanas, en la década de los sesenta, Constante
Ribalaigua Vert y sus herederos fueron los socios mayoritarios. A su
vez, Narciso Sala Parera, que falleció en 1953, dedicó el resto de su
vida a la Administración de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de
Cataluña, de la que había sido nombrado Socio de Honor en 1929. Cabe
destacar en honor a su memoria la abnegada labor que realizó en favor de
los emigrantes catalanes de escasos recursos económicos y su eficaz
colaboración en el estudio previo a la construcción de la nueva Ermita
de Nuestra Señora de Montserrat, situada anteriormente en la denominada
Loma de los Catalanes (actualmente Plaza de la Revolución), y que se
erigió en 1954 en la Carretera de Rancho Boyeros cercana al paraje
denominado Río Cristal.

Volviendo al daiquiri conociendo ya su historia podemos concluir
afirmando que es, sin lugar a dudas, la bebida más catalana de Cuba.

Source: La verdadera historia del Daiquirí - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/538ef9c73a682e113c130457#.U48aKfmSwx4

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