Tuesday, June 10, 2014

La corona de Eugenio George

La corona de Eugenio George
Una ofrenda que no llegó enviada por el caudillo. Dice el periódico de
los Castro que el máximo líder se enteró tarde del deceso
martes, junio 10, 2014 | Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba, – El Nuevo Testamento, en su libro Apocalipsis, nos
muestra cómo será el juicio final en el epílogo de los tiempos: todos
los muertos serán juzgados de acuerdo con sus hechos; los malos van a
ser arrojados a un lago de fuego para su segunda y definitiva muerte,
mientras los buenos vivirán eternamente en la nueva Jerusalén.

Y quién iba a pensar, casi dos milenios después de haberse escrito la
profecía, que en la Cuba de los hermanos Castro asistiríamos a otra
versión del juicio final. Esta vez la disyuntiva no es entre el paraíso
o el purgatorio, sino entre la existencia o no de una ofrenda floral.
Claro, no se trata de una ofrenda floral cualquiera. Nos referimos a las
que envían a los difuntos el General-Presidente y el ex máximo líder.

En los últimos tiempos, cada vez que fallece algún personaje estimado
por el oficialismo, ya sea dirigente, intelectual, músico o deportista,
se hace habitual que los hermanos Fidel y Raúl Castro -o en su defecto,
uno de ellos- envíen sus ofrendas. En esos casos, las cámaras de
televisión enfocan insistentemente las franjas de tela que cubren las
flores, donde aparecen en primer término esos dos nombres, casi siempre
con alguna dedicatoria que refleje la jerarquía del occiso. Entre otros,
así sucedió en los funerales del vanvanero Juan Formell y el declamador
Luis Carbonell.

Este ritual de las ofrendas florales de la cúpula del poder ha cobrado
actualidad a raíz de la muerte de Eugenio George, antiguo entrenador del
equipo femenino de voleibol de Cuba. Al día siguiente de la inhumación
de George, la prensa oficialista informó que había contado con una
ofrenda floral de José Ramón Fernández (el Gallego Fernández), asesor de
Raúl Castro y actual presidente del Comité Olímpico Cubano. No obstante
la altura del remitente, dirigentes del Instituto Nacional de Deportes,
Educación Física y Recreación (INDER), y los federativos del voleibol,
deben de haberse molestado porque George no mereciera una ofrenda de los
jefes supremos.

Veinticuatro horas después de informarse lo anterior, el diario Granma
publicó el mensaje de Fidel Castro, en el que afirma "no haber conocido
a tiempo" la noticia de la muerte de Eugenio George. Mas, al escribir
que "siempre lo admiré mucho", la tranquilidad debe de haber vuelto a
los personeros del deporte. ¡No faltaba más! Era el reconocimiento
tácito de que el gran preparador merecía la ofrenda floral de alguno de
los miembros de la dinastía, e incluso de ambos.

Sin embargo, tal vez no todos conserven la calma. Conversé con un
metodólogo del INDER, y me comentó -por supuesto, con mucha discreción-
que cómo era posible que Christian Jiménez, el presidente de ese
organismo, no hubiese comunicado el hecho directamente a la máxima
dirección del país, y en consecuencia el mayor de los hermanos se
enterara mediante la lectura de la prensa.

A no dudarlo, un desliz de esta naturaleza pudiese ser la gota que colme
la copa de la paciencia gubernamental, y a renglón seguido venga el pase
de cuenta por los tropiezos del deporte cubano, así como las deserciones
que merman las filas de los equipos nacionales en todas las disciplinas.

Es fácil suponer la zozobra que embargue por estos días al señor
Christian Jiménez. "No es justo nadar tanto para venir a ahogarse en la
orilla", diría él. Y que al final, si le toca morirse primero, su
destino sea el lago de fuego, sin la ofrenda floral de ninguno de los
Castro.

Source: La corona de Eugenio George | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-corona-de-eugenio-george/

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