Wednesday, June 4, 2014

Cavilaciones sobre los Dictadores

Cavilaciones sobre los Dictadores
[04-06-2014 11:08:49]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Es posible que muchos se pregunten, ¿qué
es un dictador, que factores definen a un gobernante con un calificativo
que deshonra y por qué hay pueblos que soportan dictaduras cuando otros
nunca las han padecidos?
También es razonable averiguar por qué un dictador disfruta de apoyo
popular y lo que es más alarmante todavía, qué motiva que un mandatario
que accedió al poder violentando la institucionalidad, pueda acceder de
nuevo al mando con el apoyo electoral de una mayoría ciudadana.

Son preguntas complejas que probablemente no tengan respuestas precisas,
pero si es evidente que hay culturas que tienen una fuerte propensión al
gobierno fuerte, el liderazgo indiscutido, a la aceptación de una
autoridad que asuma responsabilidades qué aparentemente la mayoría
ciudadana prefiere evadir.

No todos los dictadores son iguales en proyectos y métodos pero si hay
factores comunes que les identifican sin que importe época, cultura,
geografía, educación, ciudadanía o ideología, si es que el dictador en
cuestión se considera abanderado de alguna.

El poder que el Dictador detenta no está en discusión ni es sujeto de
debate. El dictador es figura y genio de su propósito de gobierno
cualquiera que este sea.

No admiten retos a su autoridad, pero no todos responden a los desafíos
con igual brutalidad ni soportan con igual entereza las presiones de que
son objetos por parte de la oposición.

El dictador se identifica más por sus acciones que por detentar un poder
político, religioso o económico. Siempre muestra un profundo desprecio
por la opinión ajena. Ignora el derecho a disentir. Es intolerante,
sectario, y hasta puede llegar a ser paternalista en sus abusos.

El dictador gusta del elogio, la adulación y la sumisión a su voluntad.
Disfruta de la historia y por lo regular está convencido que sus
veredictos serán trascendentales.

Estos déspotas consideran que envilecer a sus partidarios, a la
oposición, y a los indiferentes, es un mandato que garantiza su
perpetuidad en el poder. Corromper a la ciudadanía es su carta de
triunfo y lo logra con los premios y castigos que dispensa a caprichos
de su voluntad.

Los dictadores son taimados, inescrupulosos, vendedores de promesas y
hacedores de castillos en el aire pero muy en particular, desconfiados,
porque para ellos la lealtad es proporcional a los privilegios que otorga.

Son mentirosos con talento. Conocen a la gente que gobierna, saben de
sus debilidades y grandezas. Les distingue un aguzado sentido del que
hacer en los momentos de crisis.

El dictador no es cobarde por naturaleza como algunos gustan calificar.
Puede ser un miserable, pero su valor personal está por encima del
promedio del de sus conciudadanos. No es prudente confundir en un
dictador la cobardía con su sentido de la prudencia o la perdida de la
motivación para gobernar. Son victimarios por naturaleza, pero eso no
prueba que sean pusilánimes ni cobardes.

Las motivaciones que sostienen e impulsan a los dictadores pueden ser
múltiples, complejas y responden a varios patrones, por lo que a pesar
de posibles semejanzas con otros de su calaña en la manera que dispensan
su poder y ejercen el liderazgo, las diferencias entre ellos son
fácilmente apreciables por un observador aplicado.

Hay dictadores carismáticos. Verdaderos seductores de masas e
individuos. Personajes que poseen una capacidad excepcional para
atribuirse éxitos y distribuir las culpas.

Este tipo de dictador es extremadamente peligroso porque su mesianismo
es contagioso, y su afán de redención afecta la roca más insignificante
de su reino. Dividen las sociedades y las conducen a puntos de
confrontación tan agudos que la comunidad puede llegar a resentir sus
valores más trascendentes y abarcadores.

Bajo estos líderes los pueblos sufren metamorfosis alienantes. El rebaño
es objeto de la voluntad de su conductor pero se cree sujeto en la
personalidad de este. El individuo se hace infinitesimal en la voluntad
de quien maneja sus miedos, frustraciones, aberraciones y quimeras.

También los hay que a través de instituciones del estado ejercen un
férreo control sobre las actividades públicas. Ellos controlan las
asambleas legislativas y los poderes judiciales por medio de sinecuras y
violencias de terceros si las condiciones lo demandan.

Este tipo de dictador gusta de elecciones y hasta concede ciertas
libertades de expresión, pero su afán por el poder a pesar de que lo
renueva con el voto popular, permite ver su cola de cercenador de
libertades.

También, y es posible que olvidemos alguna especie de estos vertebrados
que causan tanto daño a la humanidad, existe el dictador capaz de
sintetizar todos los atributos antes mencionados, y son los que no solo
hacen historia para sus pueblos si no que como supernovas aberradas
esparcen la oscuridad en la historia universal.

Source: Cavilaciones sobre los Dictadores - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/538ee2213a682e113c130451#.U48aJvmSwx4

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