Transparencia, credibilidad y atractivo sectorial en la Ley de
inversiones extranjeras castrista
[23-04-2014 11:53:55]
Elías Amor
Economista
(www.miscelaneasdecuba.net).- Los economistas saben que la política de
atracción de inversiones extranjeras es una de las más complejas que
puede abordar cualquier economía. Forman parte de las denominadas
políticas estructurales, porque sus efectos suelen producirse y, por
tanto, evaluarse a medio y largo plazo.
En el contexto de globalización de la economía mundial, que integra
mercancías, servicios, capitales y tecnologías, las inversiones
extranjeras se convierten en un agente activo que estimula los procesos
descritos. Aquellos que piensan que en el siglo XXI es posible recurrir
a la vía autárquica para superar las cadenas del subdesarrollo, están
completamente equivocados.
La inversión extranjera puede dirigirse a un país por numerosos
factores, entre los cuáles, la existencia de un marco jurídico estable y
predecible, es condición necesaria, pero no suficiente. El capital
privado recela de los entornos de incertidumbre y riesgo, desconfía de
quiénes no pagan sus deudas en los plazos estipulados, y no ofrecen
garantías jurídicas objetivas para el desempeño eficiente de los negocios.
Además, ¿qué sentido tiene mantener un sistema económico controlado
centralmente por el gobierno, en el que más del 90% de los trabajadores
están ocupados en el estado y dónde la iniciativa privada es residual?
¿Con quién deben relacionarse los inversores extranjeros que quieran
situar sus capitales en el país? ¿Tal vez con el estado y sus
organismos? En el caso cubano, el régimen ya ha ideado una solución al
crear un organismo del estado encargado de contratar los trabajadores
que, posteriormente, son cedidos a las empresas extranjeras que
invierten en el país.
Tal vez , la Organización Internacional del Trabajo debería abrir un
expediente informativo al régimen castrista por prácticas absolutamente
contrarias a los derechos de los trabajadores a la contratación
efectiva. Nada más y nada menos que en un país que se ha autoproclamado
históricamente como el paraíso de los desprotegidos.
Básicamente, los economistas identifican tres factores determinantes
como ejes de la captación de inversiones extranjeras: transparencia,
credibilidad y atractivo sectorial. En cierto modo, los tres se
encuentran estrechamente relacionados y tienden a alimentarse unos con
otros. Las políticas de atracción de las inversiones extranjeras deben
lidiar con estas cuestiones, y despejar las incertidumbres para
facilitar el acceso de los capitales. Otra cosa es que lo consigan. El
caso del régimen castrista, con su reciente Ley de inversiones
extranjeras, puede ser una referencia de interés para este análisis.
Transparencia. No hace mucho tiempo que las autoridades del régimen
entraban en un agrio conflicto con los estadísticos de Naciones Unidas,
al intentar imponer una medición del valor de sus cuentas nacionales,
que en absoluto se correspondía con los estándares internacionales. Es
un asunto antiguo, al que no vale la pena dedicar mucho tiempo ya que
finalizó, de forma incomprensible, con la aceptación por Naciones Unidas
de la información macroeconómica ofrecida por el régimen castrista. Más
propaganda que otra cosa. El tiempo ha situado las cosas en su sitio. La
economía lleva años creciendo por debajo de sus tasas planeadas.
Credibilidad. Cabe afirmar otro tanto. ¿Qué se puede esperar de un
sistema económico dirigido por gestores que mantienen una dualidad
monetaria que genera no pocos problemas en la medición contable de la
actividad económica? Los agregados principales son cuestionables, y por
ello, la economía pierde credibilidad. No es posible realizar contrastes
con las magnitudes de otros países, y se debe recurrir a los indicadores
que el régimen utiliza como instrumentos de propaganda, como el índice
de desarrollo humano, por ejemplo.
Atractivo sectorial. El inversor extranjero que accede al catálogo que
recoge la Ley de inversiones extranjeras castrista lo primero que
encuentra son prohibiciones. Educación, sanidad o industria militar se
encuentran vedados al capital extranjero. No es un buen comienzo. En
principio, una política de atracción de inversiones extranjeras no
debería condicionar de ese modo las preferencias de los inversores. Y
luego, ¿qué se ofrece? El principal sector de la economía, el azúcar, se
encuentra completamente hundido. La minería ya está controlada por
empresas de capital extranjero desde hace décadas. Otro tanto sucede con
el parque de instalaciones hoteleras que se gestiona por empresas
internacionales. ¿Qué es lo que queda para invertir?
Los medios se han hecho eco que el régimen castrista ha iniciado
negociaciones con el Club de París, para poner el contador de su deuda a
cero, o tratar de reducirla al máximo posible. No es una mala noticia.
No le queda más remedio que hacerlo, si quiere atraer inversores
extranjeros de confianza. De hecho, desde hace tiempo intenta que los
rusos de Putin le perdonen las deudas de la época soviética. Una tarea
harto difícil porque es imposible trasladar aquellos importes a las
condiciones financieras actuales. Otros países han sido más favorables a
ceder.
Pero el Club de París es una organización seria y respetable, y aquellos
que acuden a su sede en demanda de financiación tienen que aceptar las
reglas del juego. Fidel Castro, durante décadas, creyó que se podía
vivir sin pagar. Su hermano se ha encontrado con el efecto de la dura
realidad, y ya está en la cola de los deudores. Es un paso necesario
para reducir el alto riesgo asociado a la inversión en una economía cuya
"constitución" insiste en la propiedad estatal de los medios de
producción. Una letra muy mal escrita, con una música absolutamente
desafinada en los tiempos que corren.
Source: Transparencia, credibilidad y atractivo sectorial en la Ley de
inversiones extranjeras castrista - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/53578db33a682e0594be9be8#.U1ea7PmSwx4
No comments:
Post a Comment