La Habana, sin control, ni disciplina urbana

La Habana, sin control, ni disciplina urbana
JUEVES, 17 DE ABRIL DE 2014 10:43 ESCRITO POR OSMAR LAFFITA

Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) El orden y la limpieza de la
capital cubana dejan mucho que desear. Prácticamente no se respeta nada,
existe una total desidia con los deberes y naturales obligaciones de los
ciudadanos con las normas elementales de limpieza y cuidado de la
propiedad pública.

No existe una cultura de conservar cuidados los parques. En la mayoría
de ellos, no hay flores, las farolas carecen de luz, a los bancos les
han robado los listones de

madera o las losas de granito que sirven de asiento, para utilizarlas
como meseta de cocina.

Solo en época de lluvia el césped se ve verde. Si transcurre más de un
mes sin que llueva, se ve quemado por el sol, lleno de polvo y basura,
porque nadie se ocupa de regarlo.

La disciplina y la falta de respeto al ornato público es tal que
cualquiera sin importarle el daño que provoca a la higiene, tira los
escombros a la vía pública y a las pocas horas se convierte en un
vertedero de basura donde pululan los roedores e insectos propagadores
de enfermedades.

Los camiones que recogen la basura demoran tres y más días en pasar, por
causas que no son explicadas por los dirigentes de la municipalidad.

Como no existe un horario para estos menesteres, es normal que en pleno
día, en una calle de mucho tránsito, se pongan a recoger la basura y
originen tranques y embotellamientos sin que ninguna autoridad tome
carta en el asunto.

Los residentes de La Habana, muchos de los cuales proceden de las
provincias orientales, parece que sufren una especie de epidemia cuyo
síntoma primario es la falta de cuidado por la limpieza de la ciudad
donde viven. Se han acostumbrado a vivir rodeados de basura.

Resulta realmente deplorable contemplar al personal dedicado a la
limpieza de las calles. Es tal el deterioro de los equipos que emplean
que habría que botarlos junto con la basura que recogen. No tienen
escobillones, palas, escobas, guantes, uniformes. Cualquiera los
confundiría con pordioseros.

Los recogedores de basura y muchos jubilados, como el salario y la
pensión que devengan no les alcanzan, para ganar un poco más dinero, se
dedican a la recogida de latas vacías de refrescos y cervezas que
encuentran botadas en la calle. Esa es la nueva forma de sustento que
han encontrado aquellos que deberían estar en sus hogares, descansando,
después de toda una vida de trabajo.

Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com

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