La difícil tarea de almorzar y comer
En el barracón de los esclavos no faltaba el tasajo o el bacalao, los
plátanos, el boniato o la yuca
viernes, abril 4, 2014 | León Padrón Azcuy
LA HABANA, Cuba. – Imaginar a un nutricionista cubano en un centro de
salud, es empinar un papalote sin aire. Estos especialistas del buen
comer, en su afán de indicar una alimentación adecuada a pacientes con
obesidad, colesterol alto o diabetes, se convierten, dada las escaseces,
en magos de circo.
¿Quién puede orientar qué comer para mejorar la salud, cuando no puede
disponer de alimentos tan esenciales como leche, carne de res, pescado,
mariscos, cuando la malanga llega a veces y la papa se ha vuelto
incapturable.
A Carmen, especialista en nutrición de varios hospitales, la entristece
su trabajo. "Todos sabemos las carencias que padecemos. Me duele ver las
miradas de los ancianos que preguntan qué comer y se quejan de los
inalcanzables precios del pescado, de una piña, de naranjas, de los
alimentos sanos, que debo recomendarles para recobrar su salud" me dijo.
La mayoría de la población –Carmen incluida–, no puede adquirir frutas,
con sus míseros ingresos. Imagine una anciana que el pago de la
seguridad social no le alcanza ni para medicinas o una madre soltera que
no cuente con el apoyo económico del padre de su hijo.
Bazofia alimentaria
La nutrición balanceada es necesaria para controlar ciertos
padecimientos, pero también es vital para preservar la salud. La bazofia
"alimenticia" que ingerimos los cubanos, va más allá de ser una afrenta
al paladar, es responsable de la baja estatura de los jóvenes de estos
tiempos, de la pérdida temprana de la dentadura, del uso de bastón
–entre muchos que no rebasan los 70 años– por desgaste en sus huesos.
Es imposible escapar de contraer alguna enfermedad, alimentándonos con
la ración mensual de "picadillo enriquecido" (cuyos componentes nadie
conoce), del pedacito de pollo que se recibe a cambio de no dar pescado;
y otras "reliquias", nacidas en los años 90, del fatídico período
especial que nunca termina.
Quién diría a los cubanos de la Isla que su alimentación sería muy
inferior a la dieta que, en los siglos XVIII y XIX, los colonos les
ofrecían a sus esclavos. En el barracón de la plantación no faltaban el
tasajo, el bacalao, la carne de res, la leche y otros alimentos de gran
valor proteico
El reglamento de esclavos de 1842, especificaba que a los amos darán a
sus esclavos de dos a tres comidas al día, con ocho onzas (230 g) de
carne, tasajo o bacalao y 4 onzas (1 15 g) de arroz u otras harinas,
acompañadas de seis u ocho plátanos diarios, o su equivalente en
boniatos, ñames, yucas u otras raíces alimenticias (*).
Antes de 1959, la cocinera Nitza Villapol, se hizo popular con sus
recetas televisivas Cocina al minuto. Luego, para subsistir en
revolución, la Villapol (ya militante del partido) adaptó sus recetas a
lánguida libreta de abastecimiento. Y hasta llegó a ofrecer la receta de
bisté de toronja.
El mismísimo Fidel Castro no escapó a la tentación de dar recetas de
cocina. Recomendó a los cubanos beber el chocolatín con leche. Parecía
una burla: "¿qué chocolate y qué leche?" Se preguntaban en los hogares
las desesperadas mamás, que no sabían qué inventar para alimentar a sus
hijos.
Es absurdo, que el régimen no pueda garantizar un vaso de leche a cada
ciudadano, y no permita al cubano crear empresas privadas para el abasto
de leche y carne. Es hipócrita echarle la culpa del bajo rendimiento de
la ganadería al hurto de ganado, que no es más que otro producto de la
miseria.
¿Qué podemos esperar? Los esclavizadores de hoy se niegan a flexibilizar
el monopolio estatal, causante de que los cubanos no puedan tener una
alimentación balanceada. ¿Qué puede responder Carmen, la nutricionista,
ante el anciano falta de vitaminas que le pregunta: ¿qué debo almorzar y
comer?
Leonpadron10@gmail.com
(*) El Ingenio, Manuel Moreno Fraginals
Source: La difícil tarea de almorzar y comer | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/la-dificil-tarea-de-almorzar-y-comer/
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