El poder frío y el pacifismo
MARTES, 22 DE ABRIL DE 2014 00:31 ESCRITO POR KARYON KUMA
Cuba actualidad, Barcelona, España, (PD) La frase lapidaria que resume
la táctica de poder de los arquitectos del control que alimenta el poder
totalitario y sus franquicias actuales la escuché recientemente en la
voz de los anónimos opositores lanzados a la calle en Venezuela y es
ésta: "Hablan como Marx, gobiernan como Stalin y viven como Rockefeller".
Estrategias como la empleada por los arquitectos del control, entre los
que son campeones los dictadores que someten nuestro país, consisten en
algo nada difícil de percibir, pero en lo que a pesar de todo, la gente
cae y se deja arrastrar. Como aventajados arquitectos del control sacan
cuenta de dónde poder absorber algún valor, hacen un estudio de campo,
ejecutan programas y maniobras, riegan unas promesas fundamentales
acompañadas del marketing marxista variopinto, y así, esclavizando a
unos y robando a otros, ofrecen dádivas a grupos socialmente más débiles
que mojan sus labios con mieles de un futuro prometedor; la gente se
esperanza, los sujetos bajan la guardia, confían.
Como sujetos sociales tenemos una capacidad de alerta limitada, diría
baja, diría nula; precisamos de una evasión constante, sucumbimos ante
la necesidad de desconexión que se convierte en vital para la supervivencia.
Un adulto tiene que cubrir muchos escollos de la realidad, tiene que
ocuparse en repartir la noción, atención y dominio de la realidad en
múltiples pedazos, atender y defender muchos frentes en el orden
personal, comenzando por las primeras necesidades físicas y emocionales,
traducidas en lo que va desde lo más pequeño hasta lo más grande.
Por ejemplo, un sujeto de a pie – son la mayoría de este planeta- emplea
muchas horas del día ocupado en garantizar el pan que tiene que llevar a
la familia; familia que hay que vestir, calzar, educar, dar un techo,
ofrecer seguridad, o en planos más alejados, cubrir la escala de segunda
necesidad: viajar, distraerse, destacar en un oficio, hasta incluso dar
respuesta a las abstracciones existenciales -a veces sofisticadas- como
son entender la vida y la muerte.
Está claro, asimilar todo esto es complejo, muy complejo, lo cual
consume unas cuantas neuronas más de las que creemos.
Conociendo todo el andamiaje interno de la mente de los sujetos,
partiendo desde sus miedos, pasando por sus responsabilidades y
alcanzando hasta sus sueños, se lanzan los arquitectos del control a
atacar la yugular de la masa y se pasean a sus anchas manipulando su
destino.
Tal es el caso del caballo de Troya cubano que penetró en territorio
venezolano. Profesionales de ramas diversas han estado goteando en
Venezuela, introduciéndose en la sociedad venezolana. Fueron enviados
con supuesto propósito de solidaridad, hermandad y desarrollo, pero en
realidad ha sido una invasión de guante blanco y camuflajes varios.
El caballo de Troya ha abierto definitivamente la escotilla ante los
ojos asombrados de medio mundo que en parte calla y mira para otro lado
por impotencia o porque en el petróleo de Venezuela --que dentro del
país es más barato, dicen, que el agua-, hay mucha gente que quiere
meter la mano (garra), y el gigante petrolero a voz en cuello hoy
reclama el cese de la intervención en sus asuntos.
Tres generales de la aviación de Venezuela en días recientes fueron
apresados; supuestamente planeaban dar un golpe de estado al Madurato, y
ésta es al parecer la única salida a la crisis, la de que el ejército se
ponga del lado del pueblo
¿Es el pacifismo un camino sin salida? Hacemos una digresión. Por
increíble que parezca, en el ciclo de opresión actual, todo indica que,
a falta de apoyo externo, son los propios ejércitos de los países la
primera y última esperanza para poner fin a las tiranías, ya que ser
pacífico es al parecer un dulce que alimenta al monstruo del control en
lugar de aniquilarlo.
No puede un pueblo solo liberarse por las buenas hoy en día -¡ya me
gustaría decir lo contrario!. Sucede que se ha introducido la docilidad
a través de la ley, y esa ley significa que el pueblo o el sujeto no
puede enfrentarse a un criminal de estado y mucho menos agredir a un
criminal de estado quien sí cuenta con instrumentos para hacerlo.
Visto desde el lado en desventaja (el del pueblo o sujeto oprimido), se
acepta y reconoce que el criminal que impone la ley es un semejante y
por despeje, es entonces el pueblo que se opone a su ley el que pasa a
ser considerado criminal, con lo cual estamos atrapados entre nuestra
moral por un lado y el abuso de poder por el otro, lo que significa que
debemos dejarnos machacar para no caer en el inmoral, inhumano e incivil
acto de neutralizar al criminal de estado que es en todo caso molesto,
pero semejante.
Por extensión, beneficiamos al cuerpo que representa directamente,
digamos, cualquier tiranía con un sistema violento que desde el gobierno
hace uso vertical arbitrario de su fuerza.
Visto lo visto, observo que sobre todo en Occidente la corriente de
manitos atrás es la políticamente correcta; una cortina separa el glamur
de las fuerzas represivas y el salvaje oeste considerado como la
"chusma" inconforme, a la que no se le permite rebelarse contra la
guardia supuestamente encargada del ¿orden?
A los millones que forman una comunidad, que con sólo soplar
-literalmente- se llevan de en medio a una autoridad arbitraria, se le
establece que deben ser pacíficos y respetar la autoridad, recurrir a
diálogos y demandas pacíficas. Se supone que deben dejarse atropellar y
no levantar la mano sobre el amo que los aplasta para no ser
¡castigados! y -¡por Dios!- mal mirados y catalogados de violentos.
Surge la cuestión: ¿Dinamitar desde adentro, penetrando como una
bacteria o un caballo de Troya es y será la clave puesta en práctica en
un laboratorio de poder frío que continúa expandiéndose a escala
regional y mundial? ¿Así se irá extendiendo sometimiento y control por
todos los rincones donde se presuma de haber leyes y derechos a día de
hoy y en lo adelante?
Los grandes poderes copian y hacen híbridos de nuevas tácticas
encubiertas, como es el caso que describimos, y se crean nuevas formas
de vida de un organismo que muta constantemente sin variar su esencia y
como una bacteria se regenera y enmascara de mil formas, algo similar a
lo que la ciencia llama explosión cámbrica que tuvo lugar al inicio de
la vida y que consistió en la formación de nuevas alianzas de otras vidas.
¿Será el futuro inmediato un mosaico de esclavos, hedonistas y tiranos?
Escoger el camino más corto para alcanzar el bienestar pasando por
encima unos sobre otros a través de la indiferencia, la desunión, en una
época relativista como la que vivimos, puede explotarnos en las manos y
cuando nos demos cuenta llevamos un par de grilletes en los tobillos.
El hombre, al dejar de ser agresivo porque se supone que ha dejado de
ser un salvaje y se ha educado dentro de una ética elemental, entrega su
defensa a las instituciones del estado, debe respetar supuestas leyes
humanistas y relativas al orden creadas por el pensamiento ilustrado y
progresista desde siglos atrás pero que a merced de la arbitrariedad,
van dejando de funcionar apagándose de prisa pero elegantemente en
lugares tan insospechados incluso como la propia Europa, y mire usted,
estamos en territorio de nadie.
El sujeto está atrapado en la relatividad de unas leyes que promulgan
una cosa y hacen otra, aseguran resguardar unos derechos y ejecutan
justamente lo contrario.
Peligrosamente, los derechos humanos van dejando de ser tales y ceden
paso al sálvese quien pueda; los derechos que funcionan son los del
cash, los de la bolsa, los intereses metálicos, los del petróleo y todos
los entes que tienen un valor de peso que permiten dominar, tener poder.
Sobrepasa el sentido del caos y la desfachatez los casos de ejércitos
que en determinados lugares en vez de dedicarse a defender la seguridad
de un territorio forman parte de mafias internacionales y viran su
potente armamento contra la voluntad de los ciudadanos y determinan
quién vive y quién muere. Son ellos los guardianes de los monopolios,
son ellos quienes compiten, por ejemplo, con narcos callejeros y llevan
el control central de la droga, droga que es necesaria para manipular y
destruir la capacidad de libertad y autonomía del individuo sobre todo
en plena juventud, cuando se tiene gran vitalidad y a la vez se puede
ser deformado y moldeado sin gran esfuerzo apelando a la emotividad que
domina la psique de un individuo en edad temprana.
De continuar adormecidos por medios de "comunicación" masiva, leyes que
nos sujetan e inoculan adicciones, modas, telenovelas, objetos y entes
transitorios -aparatos y cacharros de toda clase que incitan a exagerar
el consumismo, la necesidad desbordada y construida en una realidad
artificial-, estaremos todos, por voluntad inducida, inmersos en este
peligro que ya hace estragos en la mayoría de los ¿pensantes?
Y volvemos al inicio. Los caciques locales de naciones como Cuba y ahora
Venezuela, como arquitectos del control, y sus cómplices, adaptan y
sofistican su estrategia al punto de convertirla en norma lógica.
Colonizan en una posmodernidad con o sin excelencia.
A los cubanos la historia nos ha demostrado que fuerzas y voluntades
terceras están en complicidad con la dictadura que hemos padecido.
A ello se suma esa gran masa en aumento de tontos útiles que se creen de
izquierda progresista, unos inocentes, otros no; una gran parte domina
desde arriba y verticalmente el brazo por conveniencia, porque son
remunerados, por obtener y mantener un nombrecito, un lugarcito en un
partido o departamento, ministerio, institución, en resumen: Poder. Y
van a parar a defender tiranos peores que los ambiciosos capitalistas
confesos contra los que dicen luchar y que son -no me escondo para
decirlo con mayúsculas-, los primeros que originaron la injusticia, la
esclavitud, la insatisfacción, la brutal arbitrariedad y la desigualdad.
Esos creídos izquierdistas contemporáneos se dejan llevar por la falacia
de un trasnochado marxismo y la estrategia de hablar como marxistas, y
resulta que sus posiciones hacen daño, mucho daño a la verdad. No son
capaces de distanciarse de los polos y defender con autonomía, sin
beneficiar a la vieja estructura que aún se hace llamar revolucionaria y
que es un brazo asesino de la democracia, un lobo disfrazado de cordero.
En esta dolorosa situación en la que ha caído Venezuela, situación en la
que cayó a pesar de las advertencias que recibieron de que no creyeran
en las mentiras y promesas que vendía el chavismo y de los mismos
cubanos que aconsejaron alejarse del monstruo, a pesar de ver la
historia, de ver en qué convirtió el castrismo al pueblo de Cuba.
Desoyeron, y están atrapados en una red que aniquila el Estado de
Derecho y empuja a la miseria, a encontrar atada su oposición y ser
víctimas de los sangrientos episodios que todo el mundo ha tenido
fatalmente la oportunidad de presenciar como es la muerte en plena calle
de jóvenes que se escudan con libros y mochilas contra la metralla.
¿Qué es realmente este binomio letal que hace que pese a todos los
esfuerzos y vidas entregadas no sobreviva ni prenda ninguna causa para
poner fin al totalitarismo y que lejos de eso se extienda a otros
territorios? ¿Tiene detrás a un modelo que controla el mercado en un
sitio, sometiendo a la pobreza a otro?
Estos y otros modelos de táctica retorcida donde se une el control
económico y lo traumático de mentes enfermas de ego y poder personal
-que lo son- siguen proliferando.
Está teniendo lugar una tercera guerra mundial de pugna por el poder
global frío, es decir, que no se ve claramente, que no somos capaces de
determinar y ponerlo en perspectiva y asignarle coordenadas.
Hay muchas interrogantes, con seguridad mucho más complejas, que no cabe
la menor duda que necesitan ser respondidas para entender, por ejemplo,
por qué -rencores y delirios colonizadores de la vieja maquinaria
española mediante, y su terror a una posible anexión de Cuba a Estados
Unidos-, nuestro país no ha sido apoyado en su actual demanda de
liberación; sí, apoyado desde todos los frentes, pues está claro que un
pueblo solo no puede en la era actual de armas sofisticadas y
parlamentos vendidos sacudirse de encima al tirano con una florecita en
la mano, ni con los paseítos que se dan por la aldea dos o tres que se
identifican -no pongo las manos en el fuego por nadie- como disidentes.
Una pelea de león contra mono es luchar pacíficamente a día de hoy
¿Contra quién? ¿Contra los intereses de empresarios que mantienen en
tales regiones los negocios que benefician a los mismos gobiernos y
lobos que los integran?
Un núcleo, una pandilla de quienes dirigen los monopolios y el mundo
empresarial y los bancos estabilizan o desestabilizan las regiones según
sus intereses y no van a equilibrar nada, no van a compartir nada con
ningún pueblo.
Si fuera así, Europa no hubiera deslocalizado los talleres y las
fábricas para llevárselas a los distantes pueblos esclavos -China, India
por ejemplo-, sus ciudadanos tuvieran empleos normales y fueran
básicamente equilibrados.
No, de eso nada, ése no es el objetivo.
El objetivo es tener a todo el mundo en un movimiento inestable,
cambiando de sitio y desgastando voluntades, angustiado, atormentado.
Pero el pez se muerde la cola y de sus mismos inventos van surgiendo
potencias esclavistas extremas que nos colonizarán a todos ¡Que la razón
no me asista! Lo que hoy parece paranoico, mañana será considerado una
aberración porque para entonces el monumental atropello será asimilado
como algo normal.
Para Cuba actualidad: cosmovisionsiglo21@gmail.com
Source: El poder frío y el pacifismo | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente. -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/10371-el-poder-frio-y-el-pacifismo.html
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