Cuba, otra temporada beisbolera en decadencia
Las figuras de calidad en el béisbol cubano se escurren cada año, como
el agua entre los dedos, y resulta imperioso reducir el número de
equipos en la primera categoría.
Raúl Arce
abril 17, 2014
Pinar del Río derrotó a Matanzas y se coronó este miércoles campeón
cubano de la Serie Nacional de béisbol, la número 53 desde que el
gobierno de Fidel Castro aboliese las temporadas profesionales.
Un enésimo cambio de estructura --quienes manejan los hilos del deporte
criollo por excelencia no han encontrado, en más de medio siglo, la
fórmula triunfadora -- impidió que en 2014 se vieran las caras los
ganadores de las zonas oriental y occidental, respectivamente.
El Schedule de round robin (o todos contra todos, como se conoce en la
Isla) decantó esta vez a un equipo tras otro, hasta que los pinareños se
ciñeron la corona en el duelo decisivo, cuatro juegos por dos; a la zaga
del subtitular Matanzas quedaron otros 14 clubes que disputaron no menos
de 87 pleitos.
La clausura del torneo tuvo como escenario al parque principal de
Matanzas, donde los anfitriones estaban obligados a imponerse para
forzar la celebración de un séptimo y definitivo desafío.
Pinar del Río, sin embargo, tomó por asalto a la Atenas de Cuba, y al
mismo tiempo prolongó la frustración del manager matancero --y de las
selecciones nacionales--, Víctor Mesa, que tampoco logró coronarse
cuando ocupaba el puesto de mando en la escuadra de su natal provincia
de Villa Clara.
UN CAMPEONATO DISMINUIDO
Las figuras de calidad en el béisbol cubano se escurren cada año, como
el agua entre los dedos, y resulta imperioso reducir el número de
equipos en la primera categoría. Las Grandes Ligas de EE. UU., una
nación que a sus 300 millones de habitantes suma la libre contratación
de estrellas del mundo entero, disputa su temporada con 30 clubes; sin
guardar proporción alguna, la pequeña nación cubana se aferra hasta hoy
a un campeonato de 16 conjuntos.
Veamos un botón de muestra de la decadencia de este deporte en Cuba: a
un paso de conquistar el cetro, Alfonso Urquiola, director de Pinar del
Río, le entregó la pelota, como abridor, a Yosvany Torres, un lanzador
derecho de 33 años.
Torres, que fue proclamado MVP en el calendario de 87 juegos --ganó 17
juegos y perdió cuatro-- no sobrepasó este miércoles las 90 millas de
velocidad en sus lanzamientos rectos; a la misma hora, en Miami, un
cubanito emigrado, José Fernández, disparaba sin mucho esfuerzo pelotas
de 93-97 millas durante el encuentro Marlins-Nacionales de Washington,
en el estadio de La Pequeña Habana.
Cuba, que arrasaba en las competencias internacionales en aquellos
tiempos de falso amateurismo, hace años que no cuenta con una selección
de respeto. Su temprana eliminación en el III Clásico Mundial, en 2013;
la estrepitosa caída en los cinco desafíos ante los universitarios de
Estados Unidos, y el penoso papel del campeón Villa Clara en la Serie
del Caribe de enero pasado han convertido al elenco de la Isla en una
caricatura de sí mismo.
Si se marcharon Yoenis Céspedes, Yasiel Puig y José Dariel Abreu; si
dejaron el montículo Chapman y Fernández (este último solo jugó en las
categorías escolares criollas), el talento hay que hacerlo crecer ahora
de entre lo más tierno.
Como ese Vladimir Gutiérrez, un pinareño de 18 años que pide a gritos no
menos de 30 libras de peso corporal, pero que en la clausura del torneo
de Cuba, hace unas horas, mostró su buena curva y envíos de hasta 92
millas por hora. Muchachos como él son la savia de un árbol que solo
encontrará tierra fértil en los campos de las ligas profesionales.
Source: Cuba, otra temporada beisbolera en decadencia -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-otra-temporada-beisbolera-en-decadencia/34170.html
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