Friday, March 7, 2014

Si no lo veo, no lo creo

Si no lo veo, no lo creo
[06-03-2014 13:07:35]
Ariel Lázaro Fernández González
Corresponsal de Misceláneas de Cuba

(www.miscelaneasdecuba.net).- Quedé estupefacto mientras miraba el video
que un amigo me facilitó y juro que si no lo hubiera visto no lo hubiera
creído, y es que es muy difícil digerir que alguien pueda operar de
cualquier cosa a un semejante sin ser médico y usando nada menos que un
cuchillo como instrumental quirúrgico.
No amigo lector, no estoy divagando, esta persona que es conocida como
El Médico de San Martín, y que vive en el Batey del mismo nombre, en el
municipio de Primero de Enero en la Provincia de Ciego de Ávila se ha
dedicado por más de 38 años al arte de curar a los pacientes que
presentan diferentes patologías excepto el cáncer como el mismo reconoce.

Según sus propias confesiones es santero pero le gusta dedicarse a la
medicina poniendo tratamientos que al decir de los entrevistados los ha
curado de todo tipo de males y ha salvado más de una pierna en peligro
de amputación, pero lo más asombroso de todo es que cuando termina las
incisiones en la piel de las personas y levanta la manta que las cubre
la herida está cicatrizada.

Igualmente confiesa que nunca ha cobrado un centavo a nadie ni acepta
que le lleven nada por lo que hace pues lo tiene prohibido por el muerto
que según él tiene adentro y que es el que le guía durante las
operaciones pues era un doctor haitiano que se encarnó de su persona
incluso antes de que naciera.

Testimonios escalofriantes de personas que los doctores cubanos los
dieron como insolubles él usando anestesia a base de perfume, ron,
alcohol y cebolla morada y un simple cuchillo los ha logrado salvar,
incluso se habla de 18 inválidos que han logrado recuperar la movilidad
de sus extremidades luego de haber realizado el tratamiento indicado.

Según uno de sus ayudantes en el lugar se han operado personas de
Estados Unidos, México y hasta de la lejana Angola sin contar todos los
cubanos que pasan por el lugar y que han llegado a ser tan numerosas que
en ocasiones hay más de 40 vehículos parados en las laderas de la
vivienda de este señor.

Para mi hay dos cosas sorprendentes en todo esto la primera fue cuando
le introdujo el arma por el ojo a una jovencita que luego de terminada
la operación recuperó la visión perdida y la otra cosa fue cuando puso
de pie a un niño minusválido, pero como siempre digo y no es que sea
incrédulo sino lo veo realmente no lo creo.

Source: Si no lo veo, no lo creo - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/531865073a682e0958c0514c#.UxmR3fldUx4

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