Publicado el sábado, 03.09.13
El mismo perro con diferente collar
Roland J. Behar
El Departamento de Estado de Estados Unidos prescribe que un país es
designado como un estado patrocinador del terrorismo, cuando el
secretario de Estado determina que el gobierno de ese país ha
proporcionado apoyo, reiteradamente, a episodios de terrorismo
internacional. Dicha designación conlleva la aplicación de sanciones
entre las cuales están la prohibición de la venta y exportación de
armas, el control sobre la exportación de productos, bienes o servicios
de doble uso, con posibilidades de mejorar, significativamente, la
capacidad militar de un país terrorista, o su capacidad para apoyar el
terrorismo. Dichos bienes, productos o servicios requieren que una
notificación sea enviada al Congreso 30 días antes de que estos sean
exportados, la prohibición de todo tipo de asistencia económica, además
de la imposición de diversas restricciones financieras y de otro tipo.
Hace meses que el gobierno de Cuba, a través de sus simpatizantes,
agentes cubiertos y encubiertos locales se encuentra enfrascado en una
vigorosa y costosa campaña para aniquilar la potestad de la legislatura
norteamericana y poner en manos del presidente, a través de órdenes
ejecutivas, la política respecto al gobierno de Cuba. Entre ellas que se
le elimine de la lista de países que patrocinan, promueven y apoyan el
terrorismo. La reciente muerte de Chávez sin duda hará que estos
esfuerzos se multipliquen.
El gobierno de Cuba fue finalmente designado como un estado patrocinador
del terrorismo en 1982 luego de haber entrenado, financiado y apoyado
logística y mediáticamente a cuanto movimiento terrorista surgió en
Asia, África, América Latina y el Oriente Medio.
Quizás a instancias del gobierno español fue que se produjo la
designación al comprobarse que miembros del grupo terrorista Patria
Vasca y Libertad (ETA) residían en Cuba bajo la protección del gobierno.
Otro evento relacionado fue el arresto de tres presuntos miembros de ETA
procedentes de Cuba, quienes fueron detenidos en Venezuela y deportados
a Cuba en septiembre de 2011. José Ignacio Echarte, uno de los
deportados, es un fugitivo de la ley española y se cree que también
tiene estrechos vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC). Al parecer, el gobierno cubano estaba tratando de dar
una impresión de distanciamiento de los etarras que viven en la isla.
Por otra parte se ha comprobado que el gobierno cubano ofrece atención
médica y asistencia política a las FARC, además de continuar permitiendo
que fugitivos buscados en Estados Unidos residan en Cuba con apoyo
gubernamental de vivienda, manutención y atención médica.
Por lo demás, se asume que la no cooperación del gobierno de Cuba con el
Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) se debe a su
participación en el lavado de dinero de las narcoguerrillas colombianas
y otras entidades criminales y terroristas internacionales a través de
su sistema bancario en poder absoluto del Estado cubano.
Es de conocimiento general la vocación internacionalista del gobierno
cubano, que expresa abiertamente y con insistencia que no ha renunciado
ni renunciará a ella. Esto se hace evidente hoy cuando apoyan al
gobierno terrorista sirio, a pesar de sus más de 70,000 víctimas civiles
copartícipe, junto a Irán, del respaldo a grupos terroristas como Hamas
y Hezbolá. Bajo ese mismo principio, no hace tanto, también respaldaron
a Gadafi y a Saddam Hussein a pesar de sus atrocidades de terrorismo de
Estado.
De acuerdo a informaciones de primera mano, al menos hasta finales de
los 90 operaron campos de entrenamiento dirigidos por militares
vietnamitas y tropas especiales cubanas de expertos en lucha guerrillera
en Camagüey, Las Villas (Topes de Collantes), Pinar del Río (El Cacho,
escondido en la Sierra de los Órganos entre Los Palacios y San Cristóbal
y cerca de Soroa) y la Habana (El Cacahual) donde se entrenaba a
terroristas palestinos, yemenitas, sirios, libios, libaneses, iraníes,
somalíes, etíopes, angolanos, namibios, salvadoreños, guatemaltecos,
subsaharianos polisarios, iraquíes y sarawitas en topografía, armamentos
logística y supervivencia.
El objetivo es claro. Ante la incógnita de un futuro sin la generosa
dádiva de Chávez, la economía de una isla que ni siquiera produce sus
alimentos está obligada a buscar "otras fuentes de financiamiento" o
sucumbir. El poco hábito de pago que durante los últimos 53 años ha
demostrado la dictadura ha traído como consecuencia que el mundo les
preste para sostener su maltrecha dictadura militar, sin recurrir a los
cuantiosos fondos personales que durante años le han robado al erario
público impunemente y sin supervisión de nadie. Ahora quieren que los
gringos le paguen el invento. ¿A Ud. no le parece? A mí sí.
rjbehar1050@hotmail.com
http://www.elnuevoherald.com/2013/03/09/1426121/roland-j-behar-el-mismo-perro.html
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