14 de marzo de 2013•18:28
De Cuba a Venezuela, con Fidel y sin Chávez: dos 'sucesiones'
Dos regímenes socialistas, dos legados, dos líderes máximos,
carismáticos y controvertidos que dejaron el mando, uno por muerte y
otro por enfermedad, con sucesores por ellos designados: Cuba y
Venezuela, dos transiciones con algunas similitudes y grandes diferencias.
Aunque sus gobiernos y seguidores rechazan los paralelismos entre ambos
países atados económica y políticamente, la muerte del presidente Hugo
Chávez, hijo político de Fidel Castro, rememoró esa alianza en
Venezuela, inmersa ya en una dura campaña para designar al nuevo
gobernante en elecciones el 14 de abril.
"Con Cuba seguimos firmes", afirmó esta semana el presidente encargado y
candidato oficialista, Nicolás Maduro, a quien la oposición ha llamado
despectivamente el "candidato de La Habana".
"Esto no es Cuba, el gobierno cubano no va a mandar en Venezuela, aquí
estamos millones de venezolanos que vamos a defender (...) la no
injerencia", criticó el candidato opositor Henrique Capriles.
Chávez, fallecido el 5 de marzo a los 58 años, había designado en
diciembre a Maduro heredero político antes de partir a Cuba para una
cuarta cirugía contra el cáncer, sobre el que no se ha revelado
información clínica. Tampoco en relación a la hemorragia intestinal que
Fidel, de 86, sufrió en 2006 y lo alejó del poder.
Desde la llegada de Chávez al poder en 1999, Venezuela se convirtió en
aliada estratégica de Cuba, a la que suministra más de 130.000 barriles
de petróleo diarios que La Habana paga en parte con el trabajo de unos
40.000 médicos y otros profesionales.
Analistas venezolanos, afines y críticos a Chávez, coinciden en destacar
que, además de tener dos procesos históricos distintos, Maduro debe ser
sometido a elección directa, en tanto que Raúl Castro fue designado
presidente por el parlamento.
"Hay sucesión, pero Cuba es un régimen cerrado, allí la sucesión fue
más controlada, Venezuela se cuida en guardar las formas democráticas",
comentó la analista María Teresa Romero, de la Universidad Central de
Venezuela (UCV).
Para los analistas Nicmer Evans y Farith Fraija, ambos países coinciden
en la voluntad de conservar la revolución, pero son sistemas políticos
diferentes. "En Venezuela no hay sucesión. Aquí hay una designación de
un candidato que va a ir a elecciones, que será refrendado en 30 días",
subrayó Fraija.
El analista Carlos Romero, crítico del gobierno, opinó que "aunque en
ambos casos la sucesión se ha dado sin vacío político", una diferencia
importante es que "la oposición partidista existe en Venezuela, mientras
en Cuba, con partido único, no es permitida".
"El problema de Rául es la burocracia, la oficina. El de Maduro, la
oposición, la calle", estimó.
En ambos países, los líderes dejaron el engranaje listo para que se
siguiera adelante en su ausencia. Tanto Maduro como Raúl han pedido
unidad, para evitar que colapsen los logros de la revolución.
En Cuba el cambio del bastón de mando se dio con el líder vivo, en
Venezuela, luego de la muerte del líder: no es poca cosa, tratándose de
dos hombres que transformaron a sus países, con gobiernos
ultrapersonalizados, el de Fidel de casi medio siglo y el de Chávez de
14 años.
Desde que Raúl tomó el mando, bajo la consigna "¡Ahorro o muerte!",
lleva a cabo un lento proceso de reformas en busca de eficiencia
económica. Retirado ya, Fidel se deja oír cuando es necesario para
mostrar su respaldo.
Aunque levanta como testamento político el programa con el que Chávez
venció a Capriles en octubre pasado para un tercer periodo, Maduro
empezó a dar los primeros pasos con pie propio, prometiendo combatir la
violencia y la corrupción, temas que eludía su mentor.
El sistema económico es también muy diferente. Venezuela tiene las
mayores reservas de crudo mundiales y aunque Chávez nacionalizó e
intervino en sectores económicos clave, no estatizó como lo hizo Cuba
-más del 95% de la economía en manos del Estado- en los años 60, cuando
nacionalizó hasta las ventas de pan con lechón.
Desde que saltó al primer plano con Chávez en lo peor de la enfermedad,
Maduro, con fama de negociador, alzó la voz contra los opositores, a
quienes llama "pandilla oligarca" y "fascistas", interpela con
familiaridad a los seguidores, cuenta anécdotas e incluso adopta
ademanes, al estilo de su mentor.
"No es que yo lo quiera imitar, es que yo lo admiro, lo considero mi
padre, mi maestro, mi guía", expresó el miércoles Maduro, quien ha
reiterado ante las multitudes: "Yo no soy Chávez, soy su hijo".
"Él tendrá que mantener elementos iconográficos importantes y poner los
propios en la inauguración de la nueva etapa. Nicolás no es Chávez.
Tiene que imprimir su sello personal", consideró Evans.
El general Raúl Castro, de 81 años, era poco conocido personalmente por
los cubanos hasta que tomó el mando, pero desde el principio marcó su
propio estilo, discreto, con pocas apariciones en televisión y discursos
cortos. ¡Fidel es Fidel", advirtió.
Maduro, exchofer de autobús y exsindicalista que llegó a ser canciller y
vicepresidente del país, es una presencia continua en televisión en
estos días, incluso mostrando una faceta personal, hablando de su pareja
Cilia Flores, besándola en público, presentando a su hijo o hablando de
su infancia.
http://noticias.terra.es/mundo/latinoamerica/de-cuba-a-venezuela-con-fidel-y-sin-chavez-dos-sucesiones,30f3fd69c456d310VgnCLD2000000dc6eb0aRCRD.html
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