Ángel Santiesteban: juicio después del juicio
Antonio José Ponte | Madrid | 10 Mar 2013 - 5:54 am.
La cuestión es castigarlo por las sospechas despertadas por su
sentencia, desbaratarlo para que no alcance a ser bandera del enemigo.
Hace dos días, en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y
con la intención de denunciar la violencia machista, ocho escritoras
hacen un llamamiento público a propósito del caso del escritor Ángel
Santiesteban, acusado de violencia de género, condenado a cinco años de
prisión y recién encarcelado.
Se solidarizan con la exesposa del escritor, ya que han circulado notas
de apoyo a Santiesteban que rebajan los hechos a simples riñas
domésticas y le achacan a ella invenciones o demencia.
Esas notas ponen en entredicho un procedimiento judicial que las
firmantes del llamamiento defienden en toda su pureza: el acusado fue
juzgado por lo ocurrido entre él y su exesposa, sin intromisión de matiz
político alguno.
Ellas, sin embargo, equivocan la fecha de despegue de la campaña que
hacen. Habilitan una dirección electrónica, reclaman adhesiones al
llamamiento, y no es el Día Internacional de la Mujer lo que en verdad
celebran, sino, en todo caso, el Día del Trabajador Jurídico.
Dicen defender la suerte de la exesposa de Ángel Santiesteban (a la que
nunca llaman por su nombre), hablan por las mujeres que sufren violencia
machista, pero su mayor preocupación es lo inobjetable del aparato de
justicia. No es extraño entonces que vengan a indignarse cuando ha
pasado el juicio y han dictado sentencia. Y es que, antes que a lo
ocurrido entre acusado y acusadora, reaccionan a las críticas hechas al
proceso judicial. Su indignación va contra esas notas que apoyan a
Santiesteban. Su objetivo es exorcizar el peligro de que esas notas se
conviertan en campaña política contra el régimen.
La efemérides, el detalle de que todas las firmantes sean mujeres:
trucos en pro de verosimilitud o de sensiblería. Los derechos de la
mujer, el mejor de los pretextos. Convocan a ese ejemplo cercano, el de
Santiesteban, no por hacer visible lo extendido de un fenómeno, sino
para que toda la violencia machista incida en su caso. Y entonces poder
exigir, después de una sentencia judicial, todavía más intervenciones:
"Las instituciones y organizaciones cubanas deben pronunciarse sobre
este caso en particular y también acerca de la violencia contra la mujer
en nuestra sociedad".
La cuestión es abrirle otro juicio a Ángel Santiesteban. Castigarlo por
las sospechas despertadas por su sentencia. Desbaratarlo, para que no
alcance a ser bandera del enemigo.
Sandra Álvarez, Marilyn Bobes, Luisa Campuzano, Zaida Capote Cruz, Danae
Diéguez, Laidi Fernández de Juan, Lirian Gordillo Piña y Helen Hernández
Hormilla, firmantes del llamamiento y convocantes de más firmas, cumplen
así lo que tanto negaran: la intromisión de la política en el caso.
Creen más allá de toda crítica al sistema judicial cubano y, sin
embargo, se atreven a discutirle la decisión final y el turno último de
castigo.
Uno lee los nombres de estas ocho escritoras y se pregunta qué habrán
podido sacar de ciertos libros tremendos sobre la justicia. Kafka, por
ejemplo. Dostoievski. Job. Los habrán leído para hacerse peores
personas, para no entenderlos.
http://www.diariodecuba.com/cuba/1362891297_1117.html
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