¿Cómo sabían en La Habana los números de una elección cuando aún no se
habían publicado?
No, no fue obra de adivinación sino de protagonismo y torpeza lo que
llevó a Mariela Castro (homónima de Platero) a publicar en su twitter
elementos fetichistas como quien actúa con euforia después de cumplir
con un taimado plan.
Juan Juan Almeida
octubre 08, 2012
Venezuela amanece triste; pero cumplió su deber. Después de una intensa,
estresante y extenuante campaña por la presidencia; cerca de la media
noche del domingo 7 de octubre, Tibisai Lucena, Presidenta del Consejo
Nacional Electoral, anunció lo que para muchos fue una sorpresa
esperada, y para otros, no deseada.
Todos los caminos conducían a Henrique Capriles como favorito, sin
embargo el escrutinio de los votos señaló como Ganador a Chávez,
obstinado presidente adicto al poder, autor de la célebre frase "…el
que tenga hambre, que robe".
No pretendo divagar escribiendo sobre fallas de máquinas, ni de los
miles de venezolanos, radicados en la Florida que viajaron, en estos
tiempos de crisis, a otro estado para votar, o la incidencia que pudo
tener el voto nulo a favor o en contra de un candidato, o del otro. Sí
quiero y deseo resaltar el ejemplo que dieron los venezolanos con su
representación de participación popular. Las imágenes mostraron la
cortesía de un país que, aunque bastante desunido, mantuvo tolerancia
ante cualquier opinión divergente.
Fue la complicidad ciudadana quien marcó esta vez el cambio; el pueblo
habló con respeto, con total seguridad, y mostró la voluntad de resolver
sus diferencias a través del sufragio. Los venezolanos acudieron
masivamente a las urnas para elegir un presidente para los próximos seis
años. Fue una jornada marcada por la tranquilidad y la expectación.
Llamé a La Habana y conversé con algunos amigos porque sin importar
quienes sean del gobierno, y quienes de la oposición, hay tareas que
resolver y problemas que solucionar. Percibí duda y ansiedad en círculos
de relativo poder. En un principio, líneas resistentes parecían
borrosas; pero en cuestión de una hora, tuve nuevos interlocutores, con
voz de festividad precipitada. No había motivos de celebración, el CNE
no había dado los datos del voto secreto.
¿Cómo sabían en La Habana los números de una elección cuando aún no se
habían publicado, ni siquiera en Venezuela? No, no fue obra de
adivinación sino de protagonismo y torpeza lo que llevó a Mariela Castro
(homónima de Platero) a publicar en su twitter elementos fetichistas
como quien actúa con euforia después de cumplir con un taimado plan. Mi
sueño también es votar, yo quiero un día decidir El Cómo y Quién
dirigirá el destino de mi país.
No tengo dudas, se cometió fraude en el Registro Electoral. Debería
servirnos de lección, los comicios por computadora son tendentes a
resultados deseados, y pueden ser manejados desde un lejano lugar.
Lo que no logro explicarme, es por qué todo el fin de semana el General
Raúl Castro, decidió mantener en alerta de guerra a la base aérea
militar de San Antonio de los Baños.
En Venezuela ganó un hombre, perdió un país.
http://www.martinoticias.com/content/article/15525.html
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