Tuesday, August 14, 2012

Una travesía infernal

Una travesía infernal
Martes, 14 de Agosto de 2012 00:27
Escrito por Amarilis C. Rey

Cuba actualidad, Managua, La Habana, (PD). En el perseverante afán de
salir de su país, los cubanos han enfrentado por varios decenios las
peligrosas aguas del Estrecho de la Florida. Pero ahora muchos tienen un
nuevo reto: La selva de Darién, una jungla tropical de 135 kilómetros
que demarca la frontera entre Colombia y Panamá, poblada de animales
feroces, insectos venenosos, bandas dedicadas al tráfico de drogas y
grupos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

"Todo era de miedo", dijo Jorge Alvarado Manzano, de 46 años, quien hace
pocos días recorrió este peligroso camino. Hoy desde Costa Rica, vía
Internet, pudo relatar algunas de sus vivencias después de que saliera
de Ecuador, país en el que vivió desde el año 2008.

"Éramos un grupo de veinte cubanos, entre ellos mujeres, hombres y una
niña de un año. Quizás algún día personalmente pueda contarte todo lo
que pasamos y vas a quedar horrorizada.

"Al inicio de la travesía nos guiaba un coyote -así es como le llaman a
estas personas que por dinero te cruzan la trocha- pero casi en la
frontera con Colombia nos abandonó.

"Tuvimos que deshacernos de todas nuestras pertenencias, pues cuando
llevas varios días caminando, todo pesa. Hasta mi Biblia tuve que dejar
abandonada. Después supe que fue encontrada por otro grupo, también de
cubanos, que venía detrás y gracias a eso se guiaron y pudieron alcanzarnos.

"Una madrugada comenzó a llover y debimos tapar la hoguera con una
sombrilla para que no se apagara, pues el fuego nos protegía de los
animales salvajes.

"En dos ocasiones nos interceptó la policía colombiana, nos pedían
prendas, dinero; tuvimos que dejarle el poco que traíamos y hasta
nuestros teléfonos celulares. Milagrosamente salvamos la vida."

Después de esta travesía infernal, Alvarado logró ingresar a territorio
panameño y viajar luego a Costa Rica, donde se encuentra actualmente.
Consiguió trabajo gracias a la buena voluntad de un cubano que ha
formado un club para ayudar a sus compatriotas.

"Ahora estoy en Guachipelín de Escazú, como a 20 kilómetros de San José.
Es un lugar de tránsito, tenemos una comida al día, y dormimos en
colchones en el piso. Somos treinta paisanos, pero eso puede cambiar en
próximos días, en la medida que algunos sigan viaje hacia Estados Unidos
y lleguen otros provenientes de Ecuador.

"Aquí me siento bien, trabajo en una brigada de mantenimiento, trato de
reunir algún dinero para ayudar a mi familia en Cuba y espero poder
legalizar mi estatus migratorio gracias a la buena voluntad del gobierno
de este país."

Sus dos hijos y su esposa quedaron en la isla.

Alvarado perdió su empleo cuando quiso cumplimentar una invitación a
Canadá realizada por un hermano de fe de la iglesia evangélica,
denominación a la que pertenece. Laboraba como dependiente en uno de los
comercios recaudadores de divisa (TRD), de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR) y perdió la idoneidad laboral, tras la solicitud
de su pasaporte.

"La pequeña Amy y el joven Jorge David han sufrido mucho esta
separación, y han debido ser atendidos por psicólogos y psiquiatras.
Sobre todo Jorge David. En la escuela se ha sentido marginado por
algunos maestros, dado que profesamos una fe cristiana. Pero confiamos
en Dios que pronto estaremos todos juntos", comentó la esposa.

En el año 2007 el presidente ecuatoriano Rafael Correa liberó el trámite
de solicitud de visado a los cubanos. Según cifras oficiales
ecuatorianas, 106 371 cubanos ingresaron a ese país sudamericano entre
el año 2007 y febrero de 2012.

Para Cuba actualidad: amarilisrey@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/121-sociedad/4910-una-travesia-infernal.html

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