Opinión
Las dos muertes de Payá
Bertrand de la Grange
Madrid 06-08-2012 - 5:43 pm.
Carromero y Modig: ¿Para esclarecer las circunstancias del accidente era
necesario que contaran los detalles de su misión política?
Como era de esperarse, la dictadura cubana ha logrado sacar provecho de
la trágica muerte del opositor Oswaldo Payá en un accidente de coche, el
22 de julio. Y el instrumento de ese éxito ha sido el español Ángel
Carromero, que conducía el coche y ha eximido a la policía política de
cualquier responsabilidad en el suceso. A su gran pesar, el joven
dirigente del Partido Popular español les ha hecho dos inmensos favores
a los hermanos Castro: les ha quitado de en medio a uno de sus
adversarios más destacados y les ha dado un pretexto inmejorable para
desatar una nueva ola represiva contra la oposición democrática, acusada
de estar al servicio de las potencias extranjeras a cambio de "unas
monedas".
En un video presentado a la prensa y cuidadosamente editado, Carromero
desmiente la versión de los familiares de Payá sobre la presencia de un
"Lada rojo" que pudo haber provocado el accidente, según un testimonio
supuestamente recogido por la policía poco después de los
acontecimientos. "A nosotros no nos dio ningún vehículo por la parte
trasera", dijo Carromero. "Simplemente yo iba conduciendo, me percaté de
un bache […] y entonces accioné el freno, perdí el control del coche
porque habíamos entrado en una zona con grava y perdí la estabilidad y
la dirección ya no funcionaba y no pude mantener el coche y ya no
recuerdo más". La descripción es verosímil pero el tono y el uso de
algunos términos cubanos —era su primer viaje a la Isla y había llegado
apenas tres días antes— hacen sospechar de que se limitó a repetir el
guion redactado por la Seguridad del Estado (en esos casos, la policía
de tránsito no pinta nada).
A cambio de su colaboración, Carromero espera clemencia de parte de las
autoridades y de los tribunales que, según el código penal cubano, lo
pueden condenar a una pena de uno a diez años de cárcel por el doble
homicidio culposo (además de Payá, murió otro opositor, Harold Cepero).
¿Miente porque es el precio que tiene que pagar para salvarse? No sería
sorprendente dada la situación de indefensión en la que ha estado desde
el momento del accidente, sin un abogado de confianza que le pueda
orientar. Pero, para esclarecer las circunstancias del accidente, ¿era
necesario que contara todos los detalles de la misión política que
supuestamente le había encargado un alto dirigente del Partido Popular,
actualmente en el poder en España? Según el extenso comunicado publicado
por el Gobierno cubano en el diario Granma, Carromero había recibido la
orden de "traer financiamiento al minúsculo y contrarrevolucionario
Movimiento Cristiano Liberación, que presidía Oswaldo Payá".
El político sueco Jens Aron Modig, que acompañaba a Carromero en su
viaje a Cuba, se ha encargado de revelar más detalles sobre ese presunto
financiamiento. En el transcurso de una conferencia de prensa en La
Habana, organizada por las autoridades cubanas, Modig dijo que había
dado 4.000 euros (unos 5.000 dólares) a Payá. El dirigente sueco de la
juventud del Partido Demócrata Cristiano contó que era su segundo viaje
a la Isla y que, en 2009, había entregado fondos a varios periodistas y
economistas de la oposición. "Ahora, me doy cuenta de que esas
actividades no eran legales y pido disculpas". En cuanto a las
circunstancias del accidente, Modig no se acordaba de nada porque
"dormitaba" en el asiento del copiloto. "No recuerdo que hubiera otro
coche involucrado", alcanzó a decir.
¡Misión cumplida! Unas horas después de tan excelsa contribución a la
versión oficial, el sueco volaba de regreso a su país, libre pero quizá
con algo de remordimiento por haber enlodado la memoria del opositor más
respetado de la Isla, uno de los pocos que condenaban el embargo de
Washington contra Cuba y rechazaban el financiamiento estadounidense.
Con sus declaraciones irresponsables, los supuestos amigos europeos de
Oswaldo Payá lo acaban de matar una segunda vez.
Costara lo que costara, Carromero y Modig no debían entrar en el juego
del régimen, que ha logrado poner en segundo plano el accidente para
montar una campaña de desprestigio contra la oposición democrática,
denostada bajo los términos de "contrarrevolución" y "mercenarios". Si
la muerte de Payá es atribuible a una imprudencia de Carromero, que
tiene antecedentes por exceso de velocidad en España, Modig está en la
obligación de decirlo. Y lo mismo en caso contrario: si los dos europeos
disponen de pruebas o indicios de que hubo mano negra en el accidente,
tienen que denunciarlo y no dejarse amedrentar por ningún chantaje. Se
necesita valor para plantar cara a una dictadura, es cierto, pero podían
haberlo pensado antes.
http://www.diariodecuba.com/opinion/12416-las-dos-muertes-de-paya
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