Tuesday, August 7, 2012

El periodista que estuvo preso en Cuba evoca el calvario de Carromero

SABE POR LO QUE ESTÁ PASANDO

El periodista que estuvo preso en Cuba evoca el calvario de Carromero
El Semanal Digital
Sebastián Martínez Ferrate dejó este martes en Onda Cero un
escalofriante testimonio sobre su experiencia y le mandó un mensaje al
joven de NNGG: "Que luche y no pierda la esperanza"
7 de agosto de 2012

Si alguien puede saber el calvario por el que está pasando Ángel
Carromero en una prisión cubana ése es Sebastián Martínez Ferraté, el
periodista y empresario español que fue encarcelado por el régimen de
los hermanos Castro en 2010 acusado de proxenetismo, enriquecimiento
ilícito y trata de personas por osar hacer un reportaje sobre la
prostitución en la isla.

Martínez, que puso fin a su pesadilla en enero de este año gracias a las
gestiones del Ministerio de Asuntos Exteriores, pasó este martes por los
micrófonos de Herrera en la Onda para contar su experiencia y mandarle
un mensaje al joven de Nuevas Generaciones: "Que luche y no pierda la
esperanza".

El periodista se mostró convencido que la famosa declaración en la que
Carromero se autoinculpa del accidente de coche que costó la vida a los
disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepera fue forzada. "Psicológicamente
hay mucha presión en los interrogatorios", contó. "Me pongo en su
situación y sé lo que está pasando y lo que está haciendo, es lo que yo
sufrí día a día, minuto a minuto", afirmó, según recoge la página web de
Onda Cero.

Sobre las cárceles cubanas, Martínez narró que los primeros días se
pasan en un centro de internamiento para extranjeros, donde al menos se
ve la luz. Luego a otro donde ni eso, en celdas de cuatro literas en las
que no queda más remedio que pasar las horas tumbado o sentado. Allí,
cada tres días sacaban a los presos a una "terracita" durante 15 minutos
nada más.

La comida era tan mala que Martínez solía dársela a sus compañeros,
hasta que los carceleros se dieron cuenta y le obligaron a comer en una
sala de interrogatorios para asegurarse de que lo hacía. Tras un par de
semanas entre rejas cogió la sarna.

Además, para hundirle moralmente le decían que las autoridades españoles
le habían abandonado a su suerte, que nadie se preocupaba por él. A los
27 días de estar incomunicado en su celda, recibió visita del cónsul,
que le dijo: "No te hemos abandonado, es que no nos han permitido venir
a verte".

Aún hoy, más de medio año después de salir de ese infierno, el
periodista asegura seguir teniendo pesadillas.

http://www.elsemanaldigital.com/articulo.asp?idarticulo=123473

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