Tuesday, August 7, 2012

El deporte cubano y la política migratoria

El deporte cubano y la política migratoria
Martes, Agosto 7, 2012 | Por Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Para casi nadie es un secreto
que el deporte cubano no atraviesa por un buen momento. Ya hace cuatro
años, en la olimpiada de Beijing 2008, los deportistas de la isla
archivaron la peor actuación en esas citas mundiales durante los últimos
40 años. Y ahora en los juegos de Londres el panorama tampoco se
presenta muy alentador: ningún deporte colectivo clasificó para esa
competencia, y en las justas individuales los cubanos enfrentarán a
rivales que, en general, han logrado mejores actuaciones que ellos en la
etapa preolímpica.

El béisbol, nuestro deporte nacional, no forma parte ya del calendario
olímpico, mas no por ello sus deficiencias dejan de inquietar a las
autoridades deportivas. Con independencia de que nuestros peloteros
ganen o pierdan los torneos internacionales que celebran, es innegable
que ya no muestran la supremacía de antes, e incluso en muchas ocasiones
parecen inferiores a sus adversarios. Los pitchers cubanos son bateados
cada vez con más facilidad, mientras que nuestros bateadores no producen
lo suficiente al enfrentarse a lanzadores foráneos con más recursos en
sus envíos.

Ante semejantes insuficiencias de los deportistas cubanos se esgrimen
las más disímiles justificaciones. Que si nuestros atletas no entrenan
adecuadamente; que si se ven afectados por la falta de topes
internacionales; o que si la carencia de presupuesto ha obligado a
cancelar competencias nacionales que les servirían de preparación. En el
caso específico del béisbol, las culpas casi siempre apuntan a
equivocaciones del manager; a la mala selección de los jugadores para el
equipo nacional; o a la no existencia de un campeonato interno más
selectivo, que cuente con menos equipos, y por tanto eleve la calidad de
los peloteros que logren participar en el certamen. Sin desconocer los
argumentos anteriores, un análisis objetivo no puede desvincular los
descalabros que afronta el deporte cubano de la obsoleta política
migratoria que aplican los gobernantes de la isla.

Me refiero, en particular, a la vigencia del anacrónico concepto de
"salida definitiva del país", el cual prácticamente priva de los
derechos de ciudadanía a aquellas personas que se radiquen de un modo
permanente en otro país, violándose así la prerrogativa que debe de
asistirle a todos los nacidos en una nación: entrar y salir libremente
de ella. Resulta incalculable la cantidad de talentos, en todas las
esferas de la actividad humana, que ha perdido Cuba por esa arbitraria y
errónea política. Porque son personas que, tras brillar en el exterior,
podrían regresar a la isla y contribuir al progreso de nuestra patria.

En lo concerniente al deporte, la modificación de la política migratoria
posibilitaría además que los mejores deportistas cubanos puedan
desempeñarse en el exterior, y después, en las grandes competencias
internacionales, representar los colores nacionales. Eso hacen, en otros
contextos, los Messi, Ronaldo, y otros estelares del fútbol mundial.
Otro ejemplo reciente: el equipo puertorriqueño que enfrentó a los
cubanos en la última semana beisbolera de Haarlem, en Holanda, contó con
varios peloteros que habían jugado en las ligas menores del béisbol
profesional de Estados Unidos, y ahora tributaban sus experiencias a la
selección nacional de la isla caribeña.

Los gobernantes cubanos, en cambio, intentan resolver el problema con
una terquedad proverbial, ajena por completo a los tiempos que corren.
Vigilan a los deportistas; en ocasiones no llevan al exterior a los que
consideran candidatos a la deserción, e ignoran las actuaciones exitosas
de los atletas cubanos que, contra viento y marea, deciden labrarse por
sí solos su futuro en otras tierras. Sin embargo, todo ha sido en vano:
cada vez es mayor el flujo unidireccional que desangra al deporte cubano.

Entonces una nueva política migratoria, de la que tanto se habla y no
acaba de llegar, podría también sentar las bases para una paulatina
recuperación de nuestro deporte.

http://www.cubanet.org/articulos/el-deporte-cubano-y-la-politica-migratoria/

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