Thursday, August 9, 2012

El cuentapropismo contra la pared

El cuentapropismo contra la pared
Jueves, Agosto 9, 2012 | Por Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El emparedado "San Jacobo",
preparado en la cafetería particular Don Jacobo, a base de jamón
empanado, queso y verduras frescas, ha ganado fama en el barrio habanero
Parcelación Moderna, en el municipio Arroyo Naranjo. Su precio es
asequible (unos 55 centavos de dólar), y el cliente tiene la opción de
llevárselo a casa, con papas o boniato frito, todo acompañado de un
excelente servicio y la más estricta higiene.

Igual de cuidadosos con el servicio y la higiene son los propietarios de
la cafetería particular "La Grotte", a unos cien metros de la Terminal
de Ómnibus Interprovinciales de La Habana. En ambos casos –no por prever
la visita sorpresa de algún inspector gubernamental-, priman la buena
atención, el prestigio y la limpieza.

Mientras los servicios gastronómicos estatales languidecen, debido al
desabastecimiento, el maltrato, la mala calidad e higiene, y los precios
prohibitivos, la competencia en el sector privado tiene exponentes como
el Don Jacobo, La Grotte, El Trébol, Los Pepes, La Tropical y otras
cafeterías capitalinas con excelentes servicios. Esto es imperdonable
para la gastronomía estatal.

Las autoridades de Salud, en Cuba, aplicarán a partir de septiembre
próximo un nuevo código de higiene para la elaboración y venta de
alimentos. Sin embargo, la medida, que ahora se dirige al sector
privado, tiene como legendario incumplidor al mismo Estado que la dicta.

La venta de alimentos en la vía pública, tanto en el servicio estatal
como particular, deberá realizarse lejos de basurales o salideros de
agua albañales. Los elaboradores de alimentos y dependientes tendrán
obligatoriamente que trabajar con agua las 24 horas, guantes y tenazas
para manipular los productos, una vestimenta adecuada y, en el caso de
las mujeres, deben cubrirse el pelo con gorros o pañuelos. Es
obligatorio también que todo vendedor ambulante empaque sus productos
comestibles o agrícolas.

Según el Director Nacional de Normalización, René A. Fernández,
entrevistado, el pasado 4 de agosto, por el Sistema Informativo de la
Televisión Cubana, las personas que venden alimentos "no deben estar
enfermas, deben tener su carnet de salud actualizado y proteger sus pies
con un calzado adecuado…"

Como es de esperar, quienes incumplan tales normas de higiene, estarán
sujetos a multas y al retiro temporal o definitivo de la licencia. En el
caso de los expendios de alimentos estatales, las administraciones
deberán responder por las violaciones sanitarias, es decir, que nada
pasará, como siempre.

La historia se repite y es el sector cuentapropista el que está en el
centro de la diana. Las autoridades de Salud, en Cuba, saben que la
disfuncionalidad del sistema es lo que genera insalubridad,
contaminación y mala manipulación de los alimentos, así como maltratos a
los clientes.

¿Se implementará con rigor esta medida en la gastronomía estatal?
¿Retornarán después de veinte años los envases, bolsas de papel, u otras
coberturas en la venta de productos normados de la canasta básica?
¿Tendrán los cuentapropistas que asumir la reparación de salideros o la
recogida de basura en los perímetros de sus negocios?

El sector privado supera los 300 mil 900 afiliados, y más de 50% de
ellos trabaja en labores de producción y ventas de alimentos y bebidas.
Entonces, ¿se trata de asfixiar al cuentapropista con normas y
regulaciones que la gran mayoría de las veces no pueden cumplirse por
responsabilidad del Estado?

¿Garantizará el Estado la venta de los guantes, el "calzado adecuado", u
otros utensilios en la red minorista? ¿Acaso ofrece el Estado un
servicio estable y de calidad en el drenaje y suministro de agua potable
a la población?

La cafetería Don Jacobo, recibe servicio de agua apenas seis horas cada
cuatro días. El resto del tiempo trabaja con agua almacenada en tanques.
A menos de veinte metros de este lugar, existe un basural que la empresa
de comunales suele recoger cada siete o quince días. Así y todo, Don
Jacobo apuesta por la excelencia en el servicio, algo que no hacen
precisamente esos que dictan las normas en Cuba.

odelinalfonso@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/el-cuentapropismo-contra-la-pared/

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