Para blanquearse, editan libro crítico del Che
18-06-12 | Opinion
Por Martín Guevara
Martín Guevara es argentino, pero se crió en Cuba, donde su familia se
refugió huyendo de la dictadura (1976-1983). Desilusionado por el
castrismo, que dejó un país arrasado, hoy vive en España. Tiene un blog
y está escribiendo un libro sobre la situación en la isla y sobre su
célebre tío, Ernesto Guevara
Por estos días, cuando se cumplen 84 años del nacimiento de Ernesto
Guevara de la Serna en Rosario, me enteré de que sale un libro echando
algo de luz sobre su pensamiento crítico con el marxismo ortodoxo y sus
dogmatismos, sus observaciones agudas nada condescendientes que le
agenciaron más de un problema con los poderes soviéticos y cubanos,
además de diversos apuntes sobre obras de filosofía que hizo a lo largo
de su vida (*).
Mi sorpresa fue enorme cuando supe que la compilación de dichos escritos
la publicaron justamente los verdugos de ese modo crítico de pensar del
Che y completamente prohibido por el establishment de entonces, el mismo
de hoy pero con otro collar. Los detractores de su coraje y de su visión
discordante con el poder de entonces son quienes hoy lo adulan y se
prestan como altavoz de sus acotaciones, cuando ya parece ser un poco
tarde, por Ernesto obviamente, pero también por Cuba, con tal
desfachatez y escaso apego por el pudor, que casi da vergüenza ajena;
un camión de pundonor no sería suficiente para aprovisionar la cantidad
básica a estos espíritus.
El trabajo no hace referencia a las más que múltiples manifestaciones de
profundos enfados y desencuentros con los que imponían estas ideas, y
aunque no hace mención de modo especial a los inconvenientes que ello le
acarreó con la dirección del Partido de los Soviets y por consiguiente
con la propia dirección de la Revolución Cubana (una cosa es coquetear
con el cambio y otra bien diferente es hacer una verdadera autocrítica),
sí que permite diversas interpretaciones en ese sentido.
Más allá de utilizarlo para comenzar su andadura hacia las excusas a que
asistiremos por parte de quienes ostentaron el poder estas décadas y la
exoneración de la imagen para una eventual sociedad pos dictatorial, los
motivos oficiales parecen pasar por intentar un acercamiento al marxismo
crítico, ahora que Cuba lo precisa más que nunca según dice su
compiladora, y para encarnar tal tarea nada mejor que el espíritu de
Guevara que fue la dialéctica misma, el anti enmohecimiento y hermetismo
de cualquier teoría, la encarnación del cambio, del aporte; pero sobre
todo el coraje para hacerlo cuando se precisaba más allá de lo afín que
se pueda estar con sus ideas.
Este libro y el esclarecimiento de las mentes de sus precursores parecen
haber llegado con un poco de retraso.
Dificilmente se pueda encontrar a alguien en toda la isla no ligado de
algún modo al gobierno ni al Partido, que muestre algún tipo de interés
por la continuación del modelo socioeconómico impuesto por la
Revolución; es tal el rechazo a la jerga politica, que la gente por no
escuchar el sufijo "ismo" recibido en estos años en dosis
desporporcionadas, no desea siquiera oír la palabra capitalismo.
Resulta asombroso que entre los que apadrinan este trabajo se encuentre
Armando Hart, tantos años ministro de Cultura, quien escribió Cambiar
las reglas del juego donde se esboza una adulación obsecuente del
espíritu de una frase de Fidel que fue adoptada como dogma respecto del
arte y la cultura, a saber: "Dentro de la Revolución todo; fuera de la
Revolución nada" , con la que se justificó la genuina manera de entender
la revolución cultural cubana, con su amplísimo espectro de
prohibiciones, censuras, purgas y podas, en la cual de las primeras
cosas que se prohibió y con muchísimo rigor, fue la obra de León Trotsky
propuesta precisamente en este trabajo del Che, como ejemplo de lo que
Cuba debería publicar desobedeciendo los rígidos dictámenes del PCUS
(Partido Comunista Soviético).
¿Recibirán las correspondientes excusas todas aquellas personas que
dentro de Cuba tuvieron el desafortunado arrojo de apoyar las ínfulas
rebeldes e independientes del inconforme Ernesto y que fueron
defenestradas, o como se decía eufemística y coloquialmente "tronadas",
por osar llevar la contra a las indicaciones de las máximas instancias?
Todo puede ser, y nunca es demasiado tarde para hacerse con una cuota de
razón, está bien incluso cuando la adopción de ésta es lo más acorde con
los tiempos y resulta altamente recomendable para permanecer sobre la
cresta de la ola. Pero hacerse con un ramo de dignidad es algo muy
diferente, a ello no se accede por medio de la conveniencia.
No daba crédito cuando vi quienes publicaban el trabajo (**), porque
creo que era un trabajo necesario, pero que lo debían protagonizar
quienes siempre creyeron en esas posiciones críticas, quienes defendían
que la obsecuencia con la dirigencia del PCUS era la perdición de la
Revolución, por quienes defendían el debate, la polémica y la
innovación, no justamente sus detractores, de ellos espero que defiendan
sus posiciones herméticas, cerradas, que continuen justificando el
servilismo y la opacidad.
Pero claro, si pretendiese asistir a la defensa de los valores y los
criterios que respaldaron durante medio siglo quienes se creían eternos,
si esperase verlos caer abrazando sus convicciones, mejor sería que
fuese reservando cómodos asientos con refrescos y palomitas de maíz, en
cualquier sala más o menos clásica de cine de barrio donde proyecten
alguna de "cowboys".
(*) Apuntes filosóficos, fue editado por el Centro de Estudios Che
Guevara y la Editorial Ocean Press.
(**) N. del E.: La compiladora de estos trabajos de Ernesto Guevara,
María del Carmen Ariet, trabajó con los archivos personales del
guerrillero argentino que le fueron facilitados por su hija, Aleida
Guevara, ardiente defensora de Fidel Castro y del statu quo cubano.
No comments:
Post a Comment