Lunes, Abril 23, 2012 | Por Ernesto Santana Zaldívar
Entrevista con la bloguera Lía Villares
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -"Crear es resistir" resulta una
certeza para Lía Villares, conocida en la blogósfera alternativa cubana
y muy conocedora de ese nuevo mundo. "Grito, luego existo, dijo Reinaldo
Arenas mucho antes de suicidarse. Me lo apropio si es un grito sereno de
resistencia", ha escrito precisamente en uno de sus blogs esta hija de
padres periodistas, criada en una familia donde lo más natural era el
interés por las artes, que escribía desde muy niña canciones, poemas y
cuentos con su hermana Lizabel Mónica y que luego hizo estudios de música.
No fue, sin embargo, hasta 1998 que ambas se interesaron seriamente por
la literatura, tras conocer al escritor Jorge Alberto Aguiar y asistir a
los talleres que él impartía, lo cual llevó en 2007 a una especie de
blog colectivo llamado Proyecto Rizoma(s), en homenaje a la difunta
revista literaria Cacharro(s) que habían editado entre 2003 y 2005 el
propio Jorge Alberto Aguiar (JAAD), Rebeca Duarte (Lizabel Mónica) y Pía
McHabana (Orlando Luis Pardo), y que a su vez había sido un homenaje la
revista Diáspora(s). Varios textos suyos habrían de aparecer también en
una revista posterior, 33 y un Tercio, que se publicó digitalmente hasta
hace poco tiempo, editada, entre otros, por Raúl Flores, y que continuó
de alguna manera el camino iniciado por Diáspora(s) y Cacharro(s).
A través de esta entrevista para Cubanet podemos conocer más detalles
sobre la joven bloguera.
Cubanet – ¿Cómo fue tu descubrimiento y, luego, tu iniciación en el
mundo de internet? ¿Qué significó para ti?
Lía Villares – Aparte de adentrarme en serio en la literatura, a JAAD le
debo un poco también mi "asomada" a la ventanilla virtual, que gota a
gota escurríamos durante madrugadas enteras en Luyanó. Recuerdo a JAAD
aconsejándome sobre las distintas maneras de economizar el tiempo
online, abriendo múltiples ventanas que a su vez no dejaban que se
abriera completamente ni la primera, porque la velocidad de conexión
era, y sigue siendo, vergonzosa: hay cosas que parecen no cambiar nunca…
Al principio, mi blog, personalísimo (lo sigue siendo), estaba
estacionado en MySpace, otra de las redes sociales de entonces. Por
supuesto, para mí era un entretenimiento exhibicionista y juvenil,
aunque la posibilidad de ver publicados mis textos y mis fotos al
momento, listos para la mirada del siguiente visitante internacional,
era un gesto casi impúdico e irreversible que todavía hoy me estremece.
CN – ¿Cómo describirías la blogósfera alternativa cubana? ¿Crees que
puede llegar a tener algún impacto verdadero sobre la sociedad y, en
fin, sobre los cambios profundos a que está obligado el país?
Lía V. – Del boom blogósfero cubano, dentro y fuera de Cuba, se ha
hablado mucho. Es sorprendente que no haya habido un descenso después
del clímax, pues lejos de calmarse, esa ola ha ido sumando fuerzas
dondequiera que hay un cubano con algún acceso a internet, ya sea en
Pinar del Río o en Japón. Lo que al principio era maravilla ahora es
casi lugar común. Tanto, que mi modesta colección de suscripciones por
RSS se ha quedado corta. Los nuevos blogs que salen a diario son tantos
que ya no puedes darte el lujo de conocerlos todos, y mucho menos de
seguirlos. La Academia Blogger, con sede en la sala de la casa de
Reinaldo Escobar y Yoani Sánchez, fue el lugar perfecto para que muchos
de los que ya teníamos un blog, y los que comenzaban a indagar en las
cuestiones más técnicas de wordpress, nos conociéramos y
estableciéramos, la mayoría, una entrañable amistad.
Si no creyera en la importancia que este movimiento alternativo ha
llegado a tener, por convertirse de hecho en el salvavidas del
naufragio total de la información que entra y sale de la isla, en ese
poco de oxígeno que hemos arrebatado en las narices del control total,
al menos en la red —devenida ahora hiperrealidad—, ¡pues no te estuviera
dando esta entrevista! Como dice la artista y colega Ana Olema, hemos
pasado a ser una especie de "resucitadores civiles", que no nos
contentamos con comentar o dar noticia del nuevo atropello, sino que
salimos a embestir lo que venga, como fue el caso del último juicio de
Gorki Ávila y el de Héctor Riscart Mustelier (Ñaño). Nuestro grito
virtual por la carencia total de derechos civiles y humanos pasa a ser
uno muy real con nuestra presencia en el juicio, donde el absurdo llega
a que la ley no reconoce la inocencia del acusado hasta que no se prueba
lo contrario. Eso lo entendería si tuviéramos una situación milenaria
como en Irán, donde hay un fanatismo por un poder superior que ha de
ofenderse casi con cada acción humana.
En nuestro caso es muy triste reconocer cómo en los más de cincuenta
años que lleva este sistema en el poder, nuestros derechos han sido
retirados y pisoteados en demasiadas ocasiones, y aún no encontramos
solución. Al mismo tiempo, una postura así de pesimista no podría
sostenerla un "resucitador", así que quienes nos consideramos activistas
(por los derechos civiles, siempre que reclamemos y nos pronunciemos
ante todo abuso de poder) es porque de verdad queremos, aspiramos y
visualizamos ese cambio posible y no nos quedamos de brazos —o mares—
cruzados. La denuncia sobria y la palabra escrita, o gritada a pulmón,
es por ahora nuestra principal arma, pues si hemos sobrevivido a la gran
desinformación de cuatro generaciones, nos proponemos ahora una prensa
virtual confiable, lo más libre y múltiple posible.
CN – Muchos jóvenes anhelan irse de Cuba porque aquí no creen tener
perspectivas, pero, por otro lado, en los últimos tiempos ha ocurrido
que numerosos jóvenes han expresado abiertamente sus ideas, sus críticas
y desacuerdos con el gobierno, y han decidido, más que reclamar sus
derechos, ejercerlos. Eso no es un fenómeno generalizado; sin embargo,
¿te parece que tiene algún significado más allá de lo simplemente
anecdótico? ¿Y por qué no te seduce la posibilidad de emigrar?
Lía V. – Hay ahora mucha más conciencia de que se puede trabajar en
conjunto por una causa: libertad. No hay nada tan abrumador y
escandaloso como la falta de libertades y muchos jóvenes que habían
abandonado la idea de reaccionar, de actuar, ahora se replantean con más
ánimos la apuesta por la fuerza colectiva desde un amplio espectro de
convicciones políticas y puntos de vista diversos, donde todo el mundo
puede aportar y cada aporte es valiosísimo. Creo que el lugar de los que
así pensamos permanece dentro del territorio nacional, aunque no
descarto las posibilidades de ayuda inminente desde el exilio. Si me
quedo aquí, es porque me siento más necesaria, al menos por el momento.
Creo que la apatía política que caracterizaba a muchos de los jóvenes
cubanos en el exilio se ha convertido ahora en otra cosa, quizás en una
mortificada impaciencia, que no es peor que la anterior impasibilidad.
CN – ¿Te consideras simple ciudadana, opositora, disidente?
Lía V. – Los términos disidente, "gusano", opositor, han terminado en el
imaginario popular cubano casi como "malas palabras", o por lo menos
bastante hirientes, cuando no confusas. Recordemos la ironía en Juan de
los Muertos, nuestra primera película zombi, donde los
muertos-vivientes-atacantes son precisamente disidentes. Sin duda, y por
suerte, son sólo etiquetas y no conceptos que indiquen una posición
política definida, en general inexistente para el cubano medio. En los
medios internos siempre se ha tratado de anular la palabra oposición
para tapar la existencia de cualquier otro partido que no sea el Único,
y con tal estrategia naïve han dormido por medio siglo a muchos cubanos.
A unos porque no tienen perspicacia alguna y a otros porque se
acomodaron mansamente al gusanito que caería en el pico abierto cada
tanto, sin contar los que tienen un interés material mucho mayor en juego.
Pero si tuviera que adoptar alguna de estas palabritas, sin el sentido
peyorativo que se les suele dar, me llamaría sin titubear disidente, por
cuanto disiento profundamente con el régimen totalitario impuesto por
los que son ahora octogenarios. Y pienso, y hasta he podido comprobar,
que es una de las más cruentas dictaduras que aquí se han padecido. La
pintura roja es la que más rápido se destiñe al contacto con la luz, y
en este país, aunque muestren todo el tiempo la apariencia de un
fenómeno a la inversa, la restauración —o maquillaje— es inminente.
CN – El proceso revolucionario encabezado por Fidel Castro es una de las
etapas de mayor peso en la historia de nuestro país. ¿Qué significado ha
tenido particularmente para ti?
Lía V. – Mi respuesta aquí se deduce de lo que ya he dicho. Esta
revolución me es ajena en tanto no fui ni espectadora ni protagonista,
más bien fui su víctima, y a lo largo de los años han ido cayendo frente
a mi mirada —ni más ni menos alerta—, una tras otra, las leyendas
infantiles plasmadas en los libros de historia, cuya revisión y
corrección sería el primer paso a dar en una nueva y moderna sociedad.
Para mí no ha sido más que un mito de principio a fin, aunque el fin no
acaba de llegar. Lo peor que me ha tocado de esa "revolución", que para
nosotros siempre ha sido todo lo contrario: involución, si acaso, es ver
cómo un pueblo se degrada cada vez más en los aborrecibles actos de
repudio, incrementados en los últimos meses, sobre todo en Santiago de
Cuba, y, por tanto, vivir entre ese pueblo degenerado y contaminado por
el sistema.
Por otra parte es bueno, y triste, saber que fuera de Cuba existe una
gran fuente de información sobre la verdad de los hechos relacionados
con esta etapa en la historia del país —todo lo indecible, lo tachado en
el tiempo—, a la cual apenas tiene acceso la mayoría de nosotros. Me
gustaría contar en un futuro inmediato con un archivo bien servido y
testimonial a disposición de los más jóvenes.
CN – ¿Qué piensas sobre la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI? ¿Llenó
tus expectativas? ¿Cómo interpretas la manera en que el gobierno ejerció
la represión durante esta visita?
Lía V. – Si hubiese tenido mayores expectativas con la visita del Papa,
la catalogaría de desalentadora; pero, como particularmente eran pobres
mis esperanzas, no me asombró que ni siquiera accediera a entrevistarse
con las Damas de Blanco por "falta de tiempo". Para nadie era un secreto
que más que a encontrarse con el pueblo cubano, el Papa venía en plan de
Jefe de Estado, y hasta el encuentro fotográfico con Fidel Castro
resultó más patético que otra cosa. Todos hablan del entusiasmo trunco y
la opacidad de esta visita con respecto a la de Juan Pablo II, en la que
sí fueron días "festivos", mientras que en estos días de marzo La Habana
fue más lúgubre y fea que de costumbre.
La parte inadmisible fue la ola represiva a opositores y artistas. Un
modus operandi, muy cínicamente nombrado Voto de Silencio, que en
cualquier momento puede repetirse y ser entonces el doble de efectivo si
no tomamos a tiempo la determinación del PARE y protestamos masivamente:
es hora de levantar más la cabeza. Me consta, y me alivia en cierta
medida, que en las cárceles y unidades policiales resonó con fuerza el
grito de Libertad aunque en la Misa-montaje de la Plaza acordonada no
haya habido más que un mero bullicio sordo. El golpe más bajo fue el
corte de la telefonía móvil y de internet por parte de ETECSA, empresa
telefónica única cuyos servicios con tarifas tan altas deberían
demostrar mayor respeto y confianza en el cliente que los paga. ¿Dónde
está la justa demanda hacia esa empresa por parte de los ciudadanos? La
Seguridad del Estado tomó la ciudad de La Habana y nada pasó, ni ha pasado.
La radicalización de la política de estado hacia el terror sólo estaba
empezando, me inclino a creer. La visita del Papa no solo no logró
cambiar nada con respecto a la violencia y la represión, sino que ajustó
más los lazos de poderío Iglesia-Estado, unión que lejos de brindar
alguna protección a nuestros derechos, los aniquila más, como en el caso
de los que fueron expulsados por la fuerza policial de la Iglesia de la
Caridad, Cardenal mediante.
CN – ¿Puedes describir la Cuba en la que te gustaría vivir?
Lía V. – Creo que todos queremos una Cuba sin miedos, sin prejuicios,
donde el futuro no sea para los hijos de nuestros hijos, sino para que
todos lo disfrutemos en el tiempo que nos toque vivir.
ENLACE AL BLOG DE LIA VILLARES: http://hechizamiento.blogspot.com/
http://www.cubanet.org/articulos/es-hora-de-levantar-mas-la-cabeza/
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