¿Debe ir el Papa a Cuba?
ARIEL HIDALGO
La pregunta puede parecer puramente retórica, pues todos sabemos que el
Papa Benedicto XVI va a ir a Cuba independientemente de nuestros deseos,
a menos que se presente un imponderable inesperado. Entonces, ¿por qué
el tema? Porque es preciso librar combates en el plano de las ideas para
que la conciencia colectiva de los cubanos deje de parir cadenas y
comience, finalmente, a parir luces de libertad. En el rechazo a esa
visita y en los ataques a las gestiones de la Iglesia a favor de las
excarcelaciones de prisioneros, se dan la mano tanto la derecha más
furibunda como numerosas figuras de la izquierda. Recientemente una
carta abierta con más de 700 firmas de disidentes le pedía al Papa
reconsiderar ese viaje por los recientes actos represivos del régimen.
No importa si se es católico o no, si se es creyente o ateo. La Iglesia
no sólo es el Cardenal y sus obispos; es también el Padre Conrado y
laicos como Oswaldo y Dagoberto, es toda la feligresía, es gran parte
del pueblo que, al atravesar en gran número los umbrales de las
parroquias, votaron con sus pies a favor del fortalecimiento de la
Iglesia ante los ojos de los poderosos, porque al avanzar en sentido
opuesto a la dirección de la alta cúpula estatal que hasta entonces
discriminaba y hostigaba a los parroquianos, la obligó a rectificar y a
permitir, incluso, a miembros del partido, ser religiosos. Ya lo eran en
realidad hacía mucho. El Partido era oficialmente ateo, pero gran parte
de sus miembros iban a consultarse con el babalao mientras sus esposas
llevaban a sus hijos al cura para que los bautizara. Y la alta
dirigencia sabe que un gobierno que elige un camino mientras el pueblo
elige otro, deja de gobernar y es preciso entonces corregir el rumbo
ante la brutal realidad de la ingobernabilidad. Gracias a ese
fortalecimiento, un obispo puede salir en defensa de mujeres asediadas
por violentas turbas paramilitares y salvaguardarlas, o un cardenal
rescatar a un grupo de activistas cívicos entrampados en un bosque de rejas.
En otra época –en los tiempos en que muchos bajaban de las paredes las
imágenes de Jesús y colocaban en su lugar las del caudillo de turno-,
ese obispo habría sido apaleado por esa turba y luego arrestado y
expulsado del país, y ese cardenal habría recibido, como respuesta a sus
peticiones, una risotada en pleno rostro como respuesta. En realidad, el
pueblo tiene un poder –"el poder de los sin poder" al que se refería
Vaclac Havel-, y es dueño de su destino. Pero no lo sabe, y no ve
relación de causa y efecto entre gritar consignas en una plaza
abarrotada y tener que partir años después al destierro o separarse
indefinidamente de un ser querido. Lo que siembres hoy, lo cosecharás
mañana.
En Polonia la Iglesia fue un gran sostén para Solidaridad, no porque el
clero fuera más osado, sino porque la inmensa mayoría del pueblo lo
apoyaba y por tanto contaba con mucho más poder, lo cual, a su vez,
redundaba en mayor espacio para las fuerzas independientes del cambio.
Adam Michnik, uno de los opositores de izquierda más prominentes de
Polonia, exhortaba a la izquierda a dejar atrás lo que llamaba
"oscurantismo antirreligioso". La Iglesia no era el adversario, sino el
aliado. El verdadero enemigo era el totalitarismo. La Iglesia, dijo
Michnik, es un gran activo para los polacos, no sólo porque sirve como
base para los comités que ayudan a las víctimas de la represión, porque
los capellanes hablan a favor de los que son perseguidos y atacados, o
porque los edificios de la Iglesia resuenan con las palabras de la
literatura libre. Todo lo que contribuya a ampliar los espacios de libre
desenvolvimiento de los ciudadanos y a fortalecer las instituciones
independientes frente al monopolio absoluto del Estado, es loable y debe
ser respaldado. Desde esta óptica, la visita del Papa es positiva.
Podemos tener filosofías opuestas a la de la Iglesia, pero eso no
significa que no podamos convivir juntos, y hoy por hoy, frente a un
Partido-Estado centralizado y todopoderoso que coarta las libertades
fundamentales de los ciudadanos, la única opción es la unidad de todo el
pueblo en la lucha por conquistar y preservar, sobre todo dentro de esa
gran unidad, nuestra diversidad.
Infoburo@AOL.com
http://www.elnuevoherald.com/2012/03/14/1152431/ariel-hidalgo-debe-ir-el-papa.html
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