Jueves, 15 de Marzo de 2012 15:57
Leonardo Calvo Cárdenas
Cuba actualidad, Boyeros, La Habana, (PD) La presentación en la Habana
del Libro 2012 del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
dejó al descubierto, una vez más el doble rasero que exhiben los
representantes residentes del sistema de la ONU en Cuba, quienes han
llevado a la máxima expresión el arte de decir lo que el gobierno cubano
necesita escuchar.
En la presentación el Sr. José Juan Ortiz disertó sobre las complejas
condiciones sociales en que viven millones de niños en centros urbanos
alrededor del mundo. El funcionario explicó que las ciudades
proporcionan posibilidades de avance y modernidad, pero también generan
grandes bolsones de miseria, marginalidad y exclusiones de los cuales
los niños y adolescentes son las principales víctimas.
Como es natural no faltaron las loas complacientes a las bondades del
sistema cubano y a la intachable ejecutoria del gobierno de la isla en
la atención de las necesidades de la infancia.
Yo no se si es una estrategia de la ONU para garantizar la presencia de
sus representaciones en Cuba, o una actitud indolente y oportunista de
sus funcionarios en plaza para garantizar su tranquila y privilegiada
permanencia en la Isla.
Sin embargo resulta demasiado lamentable que la máxima organización
mundial, tan preocupada por el bienestar y la integridad de los
individuos, gaste los recursos de que dispone para mantener el estatus
en Cuba de funcionarios que no se percatan de la terrible realidad que
afronta el pueblo cubano y el aciago futuro que le augura la indolencia
hegemonista de los gobernantes de la isla.
En sus respectivas sedes varias agencias de la ONU han hecho
señalamientos críticos al gobierno de La Habana. No han sido pocos los
llamados de atención de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
sobre las recurrentes violaciones de la legislación y los derechos
laborales tan cotidianos en la isla. En su última sesión (febrero-marzo
2011) el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación
Racial (CERD) entregó una amplia lista de recomendaciones para corregir
los retrasos, lagunas y omisiones que en materia de igualdad racial y
social conserva la sociedad cubana.
Todavía las autoridades cubanas hacen oídos sordos a las recomendaciones
de elevar a dieciocho años el rango de mayoría de edad. También llamó
poderosamente la atención la indisimulada incomodidad de los
representantes cubanos mientras se discutía en el Comité de Derechos
Humanos incluir a la Internet en la lista de estos.
Mientras esto sucede los funcionarios y representantes residentes se
muestran incapaces de apreciar la polarización social que vive nuestro
país, donde hay familias que se dan el lujo de pagar muchos dólares por
un perro que va a comer pollo todos los días, en contraste con el
desamparo que sufren los cubanos que cada vez en mayor número pueblan
las calles en calidad de indigentes y menesterosos.
La total estatización y cobertura universal de servicios de tanta
importancia como la salud y la educación no debe bastar a los
observadores internacionales para hacer una valoración distorsionada de
la realidad socio económica del país, sin tomar en cuenta cómo esos
mismos sectores se han debilitado a causa de la depauperación, al
parecer irreversible, de la economía cubana.
Convertir en "disponibles" a la creciente masa de desempleados incapaces
de imaginar cómo van a mantener a sus desamparadas familias, calificar
como "asentamientos" a los numerosos barrios marginales donde se agolpan
las víctimas de la crisis, denominar "deambulantes" a los indigentes que
pululan en la capital y "recolectores de desechos sólidos" a los cubanos
que con desenfadada resignación "bucean" en los contenedores de basura
no puede esconder la tragedia social que nos agobia y puede ser
apreciada desde los suntuosos y refrigerados autos de los representantes
de la ONU, aunque lleven vidrios oscuros.
Temas como la baja productividad, el altísimo costo de la vida, la
crítica situación de la vivienda, las concentraciones marginales urbanas
así como la desolación y desesperanza que empaña la existencia de los
pobladores de las zonas rurales y todas sus consecuencias como
hacinamiento, promiscuidad, malnutrición, baja natalidad o desinterés
por el trabajo, al parecer no pueden ser apreciadas y valoradas por los
representantes de la ONU.
Cuba se empobrece ante la indolencia de las autoridades y el silencio de
sus huéspedes representantes de la ONU, quienes además ni siquiera se
atreven a tomar contacto o brindar información a los miembros de la
sociedad civil independiente.
Más allá de seguir alimentando el discurso autocomplaciente y populista,
las agencias de la ONU en plaza deben promover la asistencia puntual y
concreta a los más desfavorecidos, amén de convalidar la participación
en este cometido de instituciones independientes tanto nacionales como
extranjeras.
Cuba necesita asumir una referencia de índice de pobreza y afrontar las
consecuencias y retos de las desigualdades sembradas por la imperfección
y el fracaso de un sistema que se presenta como justo e igualitario en
sus esencias y diseños.
Hace alrededor de diez años el Censo de Población y Viviendas arrojó muy
preocupantes índices de pobreza, retraso y desigualdad, pero a estas
alturas muchos de esos resultados se mantienen ocultos. Según ha
trascendido se prepara otro Censo, con el cual se gastarán recursos
materiales y humanos sin que sus resultados sirvan para estimular las
transformaciones estructurales destinadas a enfrentar los retrasos que
complican la vida de los cubanos de a pie y comprometen el futuro del país.
El bienestar y la igualdad del pueblo cubano, tantas veces cantada por
el alto liderazgo, sus voceros y sus cómplices, se derrumban como los
edificios de esta ciudad en ruinas donde malviven y sufren sin voz los
pobres que los funcionarios de la ONU no logran ver.
Cada uno de los representantes de la ONU abandonará la isla un día, con
sus intereses intactos y sus conciencias estremecidas por haber
convalidado con silencio indolente el crimen que comete contra el pueblo
cubano la dinastía castrista, solamente para satisfacer su ambición de
poder eterno e incuestionable.
Para Cuba actualidad: elical2004@yahoo.es
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