Monday, February 20, 2012

La revolución ciega

La revolución ciega
Lunes, Febrero 20, 2012 | Por Alejandro Tur Valladares

CIENFUEGOS, Cuba, febrero, www.cubanet.org -"Los niños son los ojos de
la revolución", se le escuchó decir, hace algún tiempo, al ex gobernante
cubano Fidel Castro. De ser verdad, y teniendo en cuenta la experiencia
sufrida por la ciudadana Midalys Villalpando Pérez, se podría asegurar
que la revolución no se cuida lo suficiente ante el peligro de quedar ciega.

Midalys es madre de una niña que, para su desdicha nació con graves
problemas de salud: discapacidad severa, retraso mental moderado y
afección cardiaca. Luego, para el colmo de sus preocupaciones, enfrenta
muy serias dificultades con su vivienda.

Durante más de diez años, ha estado solicitando a funcionarios
gubernamentales, de todos los niveles, que le faciliten una permuta,
para ver si mejoran las condiciones de vida de la pequeña enferma.

El más cercano de los hospitales que la niña debe frecuentar se
encuentra a unos 2 kilómetros de la casa donde reside, la cual, además,
está ubicada junto a una zanja de pestilentes y oscuras aguas albañales,
reservorio de gérmenes y bacterias. Cuando llueve, esas aguas penetran a
la casa y la inundan.

En el año 2002, cuando hicieron el censo de la vivienda, Midalys explicó
su delicada situación en una planilla. Desde entonces viene librando una
batalla incesante en dos frentes, el de la salud y el de la vivienda.

En 2003 parecía que la solución de la vivienda se acercaba. Hubo un
nuevo censo, esta vez dirigido a los discapacitados, que sacó su caso
del anonimato y le puso identidad en un expediente, con el número 321/2003.

Una recaída en la salud de la niña llevó a Midalys a desatender esas
gestiones.

Pero siete años después, ya era toda una especialista en detectar a
funcionarios corruptos, con invalidez moral e insensibilidad crónica.
Nada le habían resuelto. Así que decidió subir la parada.

Un día de julio de 2010, cuando los vecinos del barrio La Barrera se
levantaron para ir al trabajo, quedaron asombrados al ver, en la fachada
de la casa de Midalys, un cartel que decía: "Atención, Revolución, niña
discapacitada".

Las reacciones no se hicieron esperar. De inmediato, obtuvo la
solidaridad de los vecinos, que le alentaban con palabras como "Sigue
luchando". Sin embargo, a quienes iba dirigido el mensaje pareció no
importarles. Como éste no contenía alusiones claramente políticas, que
es lo único que les preocupa, pasaron el cartel por alto.

Una carta enviada por Midalys al periódico local (precisamente con el
título "La revolución ciega"), motivó la presencia en su casa de una
destacada periodista de ese medio, quien, con sentidas palabras,
describió el cuadro de la familia, aunque olvidando identificar a los
culpables. No obstante, su crónica sirvió para poner el caso en el radar
de quienes tienen en sus manos la solución del problema.

Midalys fue citada a una reunión con todos los "factores", entiéndase
funcionarios de entidades como La vivienda, UJC, PCC, FMC, etc… En vez
de ofrecerle la esperada solución, o al menos esperanzas, los
funcionarios intentaron acorralarla. Le recordaron su condición racial,
y le aseguraron que, siendo negra, fuera de Cuba no sería más que un
objeto sexual y una esclava.

En los años siguientes, a Midalys le formularían dos propuestas,
supuestamente dirigidas a resolver su problema. La primera propuesta
resultó ser un engaño, y la segunda fue inadecuada.

El tiempo ha pasado, pero la niña de Midalys, ya casi una adolescente,
continúa esperando que alguien haga algo para que la revolución no
continúe quedándose ciega.

http://www.cubanet.org/articulos/la-revolucion-ciega/

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