Sunday, December 4, 2011

La habitación del desconcierto: Cuba y el cambio político en España

La habitación del desconcierto: Cuba y el cambio político en España
Última actualización Sunday, 4 December 2011
Por MARTIN GUEVARA*

- Presumiblemente a la disidencia cubana le va más a medida un gobierno
de la derecha en España, que vuelva a presionar a la Unión Europea a
favor de continuar con la posición común frente a la isla, haciendo
hincapié en la defensa de los derechos humanos y previendo punitivas
económicas para el más que probable caso de que no se cumplieran dichas
prerrogativas.

Sin embargo resultan inquietantes los derroteros que toma la realidad.

La historia reciente de las relaciones de España con Cuba insiste en
mostrar un saldo diferente del que cabría suponer.

Ha sido en los gobiernos de Felipe González y de José Luis Rodríguez
Zapatero, cuando a raíz de las diligencias hechas por las cancillerías
españolas, más favorables han resultado ser las condiciones para los
prisioneros por razones políticas, cuando más ayuda humanitaria han
recibido, y aún más relevante, ha sido en estos períodos, cuando los
gobiernos de España han promovido y gestionado la mayor cantidad de
liberación de presos políticos de las cárceles cubanas.

Durante el gobierno de Rodríguez Zapatero, no solo se gestionó la
liberación de los reos, sino también de la invitación a establecerse
como ciudadanos españoles con el rango de exiliados políticos, con las
ayudas que ello comporta. En los casi ocho años que duró el último
gobierno del PSOE, se incrementó la participación de las empresas
españolas, no solo en Cuba, sino en los países latinoamericanos que
detentan gobiernos afines, o que simpatizan en buena parte con el
espíritu trasnochado de la involución cubana.

Variados productos europeos, no solo españoles, pudieron llegar al
mercado popular gracias a la descongestión de la posición común a partir
del año 2008. Y aunque pueda parecer paradójica, la intervención de la
terca realidad nos muestra que a través de una conducta más tolerante ,
dialogante, negociadora, se logró incluso dar un altavoz, por primera
vez a grupos disidentes como las Damas de Blanco, los incómodos
blogueros cubanos, los presos y periodistas comprometidos, o
huelguistas de hambre, cosa que sólo unos pocos años atrás, eran
absolutamente impensables, sin la inmediata encarcelación, o toma de
peores reprimendas según la época.

Entre el rock y La Internacional

Luego de la proclamación del carácter socialista de Cuba, en 1961, y el
establecimiento de las reglas del juego para intelectuales más tarde,
que indicaban expresamente, que "dentro de la revolución todo, y fuera
de ella: nada", hasta empezado el nuevo milenio, quien osara en Cuba
opinar pacíficamente, no ya contra la cúpula del poder, no ya a favor de
la creación de algún otro partido político, sino simplemente discrepando
con la zafra de 1970, la participación cubana en las guerras de África,
los fusilamientos, las limitaciones y prohibiciones de expresión, de
lectura, de viajar, de hacer compras como los extranjeros, quien
intentase simplemente opinar a favor de los reprimidos en
Checoslovaquia, o de la huelga de Gdansk en Polonia, dirigida por Lech
Walessa, o a favor de la caída del muro de Berlín.

Incluso quienes quisiesen opinar que los pantalones Levi's eran más
cómodos que los soviéticos, o simplemente que el rock norteamericano o
el inglés resultaba más ameno de escuchar que la internacional, sería
tomado como mínimo por un desafecto a la revolución, y recibiría acorde
al grado de rebeldía, a su actividad subversiva, un castigo que podía ir
desde la defenestración pública en caso de cargos directivos, el exilio
forzoso, a la privación de libertad por los años que estimasen
conveniente, hasta incluso las peores consecuencias.

En estos últimos ocho años por primera vez se puede observar a través de
los medios de comunicación, a disidentes cubanos viviendo en semi
cautiverio, en una libertad que no es tal en comparación a cómo deberían
vivir, pero que es un enorme logro respecto de lo que existía.

Hoy se conoce en el momento la suerte de los represaliados, y aunque
nada de esto constituya una garantía, hasta el día que de una vez por
todas, se permita a los cubanos de todos los signos manifestarse,
moverse libremente y participar de los destinos de su país, tan suyas
como del que más, es un avance que todo el que conoció aquella realidad
no puede dejar de apreciar en una gran medida.

Las fieras se calman con la música, no con rugidos amenazantes.

El mandatario español ni siquiera conoció personalmente a Fidel, ni
participó con él en un intercambio personal de enseres destinados a
satisfacer hábitos onerosos, como los puros habanos o el buen vino.

Un embargo muy útil

Cosa que sí ocurrió en el período del presidente José María Aznar.
Momento en el cual la realidad nos indica que el recrudecimiento de
las medidas adoptadas por Europa y propuestas por él, alentado por la
comunidad cubana en el exterior, no sólo no contribuyó a cambios en la
isla sino al recrudecimiento de la represión, del silencio informativo,
de la escasez generalizada, a merced de un obtuso principio de que antes
presentaría rendición , si antes se le ahogaba económicamente.

A semejanza del embargo económico norteamericano que ya padece desde
hace casi 50 años, y que ha tenido una utilidad capital en la
victimización del régimen, contando con la mejor excusa para estar
unidos: la amenaza del enemigo exterior.

Fue durante una de las legislaturas del presidente Aznar que Fidel
visitó España, más precisamente Galicia, por expreso deseo de Manuel de
Fraga, histórico ministro del dictador Francisco Franco, quien dicho sea
de paso, nunca tuvo una frase altisonante para con Fidel ni contra Cuba,
actitud que encontró reciprocidad de parte de la dirigencia cubana. En
el mismo período los reyes de España pasearon por La Habana, y aunque
ambas visitas fueron no oficiales, lo cierto es que ello no aportó gran
ayuda a los disidentes de la isla.

La situación actual es bien distinta.

Mariano Rajoy necesita concentrarse en sacar a España de una gran crisis
económica, y también en aparentar que fundamentalmente está dedicado a
esa tarea, si no de modo exclusivo.

Los gobiernos de los países de mayor peso en América Latina con los que
será menester mantener unas buenas relaciones institucionales,
manifiestan abiertamente simpatía y puntos de acercamiento con lo que
quiera que sea que se entienda por una Cuba revolucionaria de la que ya
no queda más que la auto denominación, y las huellas dactilares de
algunos de los dirigentes que la encabezaron en su momento.

Los empresarios piden discreción

Y sobre todo existe una fuerte presencia de empresas de capital español
en el área, que ante todo piden discreción y buenas relaciones para
continuar, hoy más que nunca, haciendo caja en el único mercado de alta
rentabilidad que les queda, dada la coyuntura económica europea actual.

Cada vez que un gobierno norteamericano acercó sus posiciones políticas
a La Habana e intentó un acercamiento, encontró en la realidad, que no
siempre va acompañada del discurso, una férrea oposición de dos bandos,
a saber: los lobbies cubanos en el exterior, más interesados en sus
ganancias y sus proyectos en la próspera nueva patria que las urgencias
de sus paisanos dentro de la isla, y la inconveniencia para el discurso
de trincheras, de posición de alerta usado por el oficialismo cubano
frente a un cuco que bajo ningún concepto debía dejar de ser tal.

Lo que más desubica a los autoritarios es la disposición a escuchar, a
entender, a negociar. Yo percibo como más emparentada con la dirigencia
cubana, no en la ideología declarada, sino en los procedimientos, a la
derecha española que a la socialdemocracia europea, a la que el PSOE
español arribó con nota hace ya tiempo, y de la cual el PP cuando parece
que se acerca se aleja más.

Ni a la Unión Soviética, ni a Viet Nam, ni a la RDA, se les persuadió
de abandonar sus rígidos sistemas a través de los tanques, ni de los
bloqueos, se desintegraron con el desembarco de las hamburguesas de Mc
Donald's, los vaqueros Levi's y la alucinógena ilusión de poder
experimentar la metamorfosis desde el ser social, desde el elemento
componente de masas, hacia el individuo, el homos consumidor.

Para terminar ratifico aquella frase casi axiomática que decían los
alemanes del Este, una vez transcurrido el entusiasmo inicial del
derribo del proverbial muro: "Hemos descubierto que todo lo que nos
decían del comunismo era una burda mentira, mientras que lo que nos
advertían del capitalismo, sin embargo, era todo cierto".

* Martín Guevara es sobrino del Che Guevara. Vivió como refugiado en
Cuba por 15 años y permaneció en La Habana hasta 1988. Actualmente
reside en España y escribe un libro testimonial sobre su experiencia
cubana y el peso del mito que rodea a su célebre tío guerrillero.

http://cafefuerte.com/2011/12/04/la-habitacion-del-desconcierto-cuba-y-el-cambio-politico-en-espana/

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