16-06-2011.
René Gómez Manzano
Abogado y Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- En días recientes, la prensa cubana se ha
hecho eco de la represión ejercida por agentes policiales en el Viejo
Continente, en particular contra los grupos que expresan su
inconformidad con el statu quo mediante grandes sentadas, cuyos
participantes han recibido la curiosa denominación de "indignados".
Los colegas oficialistas no se molestan en explicar que la violencia se
ha desatado cuando los manifestantes, tras advertírseles que se
mantuviesen dentro de determinados límites de espacio, los han
quebrantado de manera deliberada, acción que ha merecido la respuesta
contundente de la fuerza pública.
Las imágenes más difundidas en los últimos días son las de los agentes
blandiendo sus porras frente a los "indignados" y descargándolas sobre
los cuerpos de los más díscolos. Lo que más nos llama la atención a los
cubanos de hoy es que, en esas fotos y videos, los gendarmes actúan —si
se me permite la expresión— "a uniforme descubierto".
Esa actuación abierta nos resulta curiosa porque en nuestra Cubita bella
no suele suceder lo mismo. La liturgia comunista prefiere que la policía
no intervenga en la represión de los descontentos con el sistema; los
castristas han optado por dejar esa ingrata tarea a "las masas
indignadas", herederas de la tristemente célebre "porra" machadista.
Con ese fin organizan en los centros de trabajo las llamadas "brigadas
de respuesta rápida", movilizan con rapidez a los gobiernistas que se
encuentren cerca del lugar de los hechos o, llegado el caso, asignan
ómnibus especiales para trasladar a esa tropa de choque allí donde se
necesitan sus repudiables servicios.
Todos —desde luego— van vestidos de civil, aunque entre ellos no faltan
los jefes que pertenecen inevitablemente a la policía política, quienes
imparten las órdenes pertinentes y canalizan de diversos modos la
supuesta "indignación ciudadana" que, lejos de ser espontánea, comienza,
se exacerba y termina al conjuro de consignas.
Según informaciones recientes, otros de los llamados "actos de repudio"
se preparan ahora contra grupos de opositores villaclareños que se
aprestan a concurrir ante las autoridades provinciales para reclamar el
esclarecimiento de la muerte de Juan Wilfredo Soto García a raíz de una
feroz golpiza policial en el Parque Vidal de Santa Clara.
Seguramente las demandas de ese género se intensificarán ahora que,
felizmente, el denodado líder disidente Guillermo (Coco) Fariñas, a
instancias de un grupo de destacados presos políticos recién liberados,
ha decidido cesar la huelga de hambre y sed que inició para reclamar la
investigación de la muerte de Juan Wilfredo.
Me comentaba jocosamente el fraterno Coco, Premio Sájarov de 2010
otorgado por el Parlamento Europeo, que los hermanos del Grupo de los 75
lo habían hecho objeto de "un chantaje". Éste consistió en el anuncio de
que, si él no cesaba la protesta, sus emplazadores —muchos de ellos
seriamente enfermos— se unirían a ella.
¡Mis felicitaciones a estos valerosos compatriotas que lograron que
Fariñas desistiese de su huelga! ¡Mi congratulación también al destacado
psicólogo y ex preso político por haber escuchado los ruegos de esos y
otros hermanos de empeños!
La lucha por el esclarecimiento de la cruel muerte de Soto García acaba
de empezar. Ella necesita del concurso de todos sus hermanos de lucha,
comenzando por el mismo Coco, que no sólo era jefe del occiso en el
Frente Antitotalitario Unido (FANTU), sino también su amigo personal de
toda la vida. ¡Que no piensen sus asesinos que quedarán impunes!
La Habana, 13 de junio de 2011.
René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32628
No comments:
Post a Comment