Thursday, June 16, 2011

Disidentes, expresos e intelectuales exiliados critican las declaraciones de monseñor Céspedes

Religión

Disidentes, expresos e intelectuales exiliados critican las
declaraciones de monseñor Céspedes
DDC
Madrid 16-06-2011 - 11:35 am.

Dagoberto Valdés: La relación Iglesia-Gobierno 'sólo será normal cuando
el pueblo, y dentro de él los creyentes, pueda disfrutar de sus libertades'.
Eduardo Mesa: 'Cualquier error táctico de la Iglesia' a principios de la
revolución 'no justifica la persecución a que fueron sometidos sus fieles'.


Disidentes, expresos de conciencia e intelectuales católicos exiliados
criticaron este jueves las declaraciones de monseñor Carlos Manuel de
Céspedes a la televisión cubana (estatal), en las que dijo que la
relación entre el Gobierno de los Castro y la Iglesia Católica de la
Isla es hoy "completamente normal, como puede ser en cualquier otro
país" e incluso "mejor que en muchos".

"La situación de la Iglesia cubana no es normal, ni mucho menos, porque,
como todo el pueblo, la Iglesia está sometida a un sistema totalitario
que controla a todas las organizaciones de la sociedad", dijo Dagoberto
Valdés, director de la revista digital Convivencia, en declaraciones a
DIARIO DE CUBA.

"Sin dudas, la Iglesia tiene otra relación con el Gobierno, diferente a
la de los años sesenta, pero eso no es normalidad. Sólo será normal
cuando el pueblo, y dentro de él los creyentes, pueda disfrutar de sus
libertades. Si no hay normalidad para el pueblo cubano, ¿cómo puede
haberla para la Iglesia Católica, que forma parte de él?", añadió.

En Miami, el escritor católico Eduardo Mesa se preguntó si la afirmación
de que la Iglesia en Cuba disfruta de una situación de "normalidad"
significa "que desaparecieron los obstáculos para la entrada de
sacerdotes y religiosas; que ya estos no tienen que renovar el 'permiso
de estancia' cada año, que la Iglesia puede construir templos y reparar
los existentes con la misma normalidad que en cualquier país
democrático; que puede entrar a la Isla literatura religiosa sin pasar
por estrictos controles (…) fundar instituciones educativas y
asistenciales, tener una emisora de radio o televisión".

"Y quizás lo más importante: ¿puede la Iglesia, sin temor a represalias,
exigir que se respeten los derechos fundamentales de los cubanos?",
agregó a DIARIO DE CUBA Mesa, quien fue coordinador de la revista
Justicia y Paz, órgano oficial Conferencia de Obispos Católicos de Cuba,
y formó parte del consejo de redacción de la revista Palabra Nueva, de
la Arquidiócesis de La Habana.

Dora Amador, editora en Miami de la web católica Palabra Cubana, acusó a
monseñor Céspedes de mentir y de "complicidad" con el régimen.

"Miente y lo sabe. ¿Por qué? Para no buscarse problemas con el régimen
(…) he ahí la complicidad con el mal", dijo Amador a este diario.

"¿Es normal en un país católico que no hayan escuelas ni universidades
católicas? ¿Es normal que el Cardenal sea copartícipe, por ejemplo, de
la desdicha de los expresos políticos en España, presionando a los
presos y a sus familiares para que se fueran al destierro (…)? ¿Es
normal que un cardenal acepte hacer eso con el Estado, sabiendo que sus
actos son anticristianos?", preguntó la editora.

El cardenal y monseñor Céspedes "son fariseos y letrados, los mismos que
Jesús menciona y condena en los Evangelios", afirmó Amador.

"Decir que la situación de la Iglesia en Cuba es 'normal' y 'mejor que
en muchos' países no debía dar motivo de ira, porque ya sabemos cómo son
los jerarcas católicos cubanos (algunos, debo decir, porque hay muy
buenos curas y religiosos entregados por completo a la obra de Dios, no
del demonio). Pero es inútil intentar desprenderse de esto que sucede en
la Iglesia: su rechazo a toda o todo activista de derechos humanos, de
los opositores, la mayoría cristianos que han buscado a veces palabras
de consuelo, refugio en esa Iglesia que los ha traicionado, como Judas,
son las 30 monedas de los automóviles, las comodidades de que gozan los
que dirigen esa institución lamentable", fustigó.

"Pero el Espíritu de Dios es más fuerte y ya Jaime Ortega se va, y la
generación de monseñor Céspedes también está pasando, es la de los
Castro", añadió la editora y dijo confiar en que "la juventud cubana
católica", renueve "la faz de esa Iglesia".

Sobre la 'responsabilidad compartida'

En sus declaraciones a la televisión oficial monseñor Céspedes consideró
que la Iglesia Católica y el Gobierno comparten responsabilidad en el
enfrentamiento que protagonizaron durante décadas.

"Cuba no fue una excepción entre los gobiernos marxistas. En todos los
países que fueron marxistas, desde el punto de vista ortodoxo, hubo
conflictos con las iglesias", católicas y no católicas, indicó, según
citó la AFP.

La Iglesia Católica criticó el rumbo que tomaba el régimen instaurado
por Fidel Castro y este expulsó de la Isla a principios de los sesenta a
más de un centenar de sacerdotes.

"¿Entonces, la Iglesia comparte responsabilidad con la junta militar por
los templos cerrados y confiscados, por los colegios y centros de
estudios intervenidos, por los cientos de católicos que en los paredones
dieron ante sus verdugos el postrer alegato de Viva Cristo Rey?",
preguntó sobre las afirmaciones de monseñor Céspedes el expreso de
conciencia Regis Iglesias, miembro del Movimiento Cristiano Liberación y
uno de los integrantes de Grupo de los 75 desterrados a España tras el
diálogo entre la Iglesia Católica y Raúl Castro.

"¿Cómo alguien puede distorsionar la justa insumisión de miles de laicos
y cientos de sacerdotes, religiosas, obispos que, por ser fieles a
Cristo, predicaron con sus vidas el Evangelio al coste de prisión,
destierro y muerte física?", cuestionó.

"Me parece una distorsión deliberada el hecho que se quiera compartir
responsabilidades con el salteador solo porque nos hemos resistido en el
camino a entregarle nuestra dignidad. Me parece que no querer dar al
César lo que es de Dios no es compartir responsabilidad con los
opresores sino liberación del miedo paralizante y la sumisión abyecta de
los apostatas", dijo Iglesias a DIARIO DE CUBA.

"¿Cuenta hoy la Iglesia cubana con medios de difusión masivos para su
trabajo pastoral? ¿Cuenta con espacios para su misión humanitaria en
cuba? No, y en esto la realidad de la Iglesia cubana es solo similar a
la de la Iglesia mártir de China, Vietnam, o Norcorea", añadió.

"Si el precio de esporádicas apariciones públicas de algunos ministros
de nuestra Iglesia es marginar, silenciar y perseguir a un sector de la
población cubana que lucha pacíficamente por sus derechos, los derechos
de todos los cubanos y los derechos de todos los creyentes cubanos
católicos o no, pues mal anda nuestra Iglesia", sentenció el expreso de
conciencia.

"Por suerte, todos somos Iglesia, y esos sacerdotes, esas religiosas
esos diáconos y laicos comprometidos en serio con los desposeídos, los
pobres, los perseguidos por causa de la justicia, serán siempre llamados
dichosos", concluyó.

"No creo que los 'choques' entre la Iglesia y el castrismo pertenecieron
a un 'conflicto' en donde las partes tenían más o menos la misma
responsabilidad", dijo sobre este tema Eduardo Mesa. "Cualquier error
táctico de la Iglesia de entonces, no justifica en ninguna medida la
persecución constante a que fueron sometidos sus fieles y el tipo de
régimen que se impuso por la fuerza de las bayonetas: una tiranía que
aún permanece en el poder".

Marcelino Miyares, presidente Partido Demócrata Cristiano de Cuba,
asumió una posición más conciliadora ante las afirmaciones de monseñor
Céspedes, resaltando el fortalecimiento de la Iglesia tras la visita a
la Isla de Juan Pablo II, su papel "facilitador" en la excarcelación de
presos de conciencia y su potencial para ayudar en la solución de los
problemas que afectan a los cubanos.

Las declaraciones del sacerdote "dan una explicación del proceso
Iglesia-Estado en Cuba así como la naturaleza del mismo en la
actualidad", señaló Miyares.

"Explican cómo la visita del papa Juan Pablo II fue el punto del inicio
del proceso de cambio de la Iglesia en Cuba y cómo esta se fue
fortaleciendo hasta que en el 2010 se inicia el proceso de
reconocimiento por parte del Gobierno y, simultáneamente, el papel
facilitador/enlace que tuvo en la liberación de los 75 presos
políticos", añadió.

"Compartimos esta explicación/visión del proceso que significa un salto
cualitativo tanto en la relación Iglesia-Estado así como en la dinámica
del proceso del cambio/cambios necesarios para la resolución de los
problemas reales/cotidianos que afectan a todos los cubanos", dijo.

http://www.ddcuba.com/cuba/5323-disidentes-expresos-e-intelectuales-exiliados-critican-las-declaraciones-de-monsenor-cespe

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