Existe la amenza de que el gobierno cubano cambie a sus propietarios los
viejos coches estadounidenses que circulan en la isla por autos de uso
de fabricación rusa.
martinoticias.com 11 de junio de 2011
"Esto me pasó a mí. Es real. Oficial. Me pasó a mí". Relató el filólogo
y periodista independiente Juan González Febles. Me monté en un
almendrón (coche estadounidense de entre 1940 y 1960). Había un calor
insoportable. Fue hace unos días. El botero (chofer por cuenta propia y
dueño del almendrón): gordo y joven: cuadro del Sagrado Corazón de Jesús
colgando del espejo retrovisor, un pedazo de toalla para secarse el
sudor, mano de Orula (pulsera religiosa compuesta por cuentas de color
verde que entregan los sacerdotes yorubas a sus creyentes) en la muñeca
para protegerse en la calle -la calle está mala-, me contó, amargamente,
que puede perder su auto".
-Me lo quieren cambiar por uno ruso, asere (amigo, hermano, en lengua
yoruba). Ruso y con más de nueve mil kilómetros recorridos, le ronca el
mango. Este carro (automóvil) es mi familia, la historia de mi familia,
soy yo mismo, ¿entiendes?
Por supuesto, Juan González Febles, con su sensibilidad de poeta y su
agudeza de periodista, lo entendió perfectamente y reflexionó sobre el
asunto con martinoticias.com.
La gente sufre mucho con el transporte, dijo González Febles. Una
gestión, por ejemplo, que demoraría 15 minutos, puede convertirse en una
hora, dos horas, tres, o puedes optar por caminar.
Los antiguos "camellos" salieron de La Habana, se están utilizando en el
interior. Los ómnibus articulados, chinos y bielorrusos están siendo
retirados por el deterioro. No hay piezas de repuestos para ellos y el
estado de las calles, el maltrato y el excesivo uso, los desbarata por
decenas.
Entonces, quedamos en manos de los boteros, señaló el periodista
independiente cubano. Cobran diez pesos por el trayecto -lo cual es ya
una agresión fuerte para el bolsillo- pero resuelven, se llega.
Puede ocurrir -aclara González Febles- que de repente el botero se baje,
abra el capó, mire; vaya al portamaletas, saque un martillo, venga y le
dé dos o tres golpes a alguna parte del motor, y el carro sigue andando.
Esos motores son una joya tecnológica, aseguró Febles. Caminan con
cualquier cosa. Si hay problemas con el combustible, mezclan un poco de
kerosene con tres escupidas y un poco de alcohol de reverbero y ya está.
Si se detienen, amarran cualquier pieza con un pedazo de alambre de
perchero, y adelante otra vez, son una maravilla.
Pero existe la amenaza de que desaparezcan, aseguró Febles. El gobierno
los quiere cambiar por automóviles rusos y los boteros están renuentes a
entregarlos, Vamos a ver que pasa.
Martinoticias.com no quiso quedarse sólo con la versión de Juan González
Febles. Conversó también con el poeta y periodista Luis Cino quien contó
que luego de la compra masiva de ómnibus chinos, hace más o menos un
año, el transporte en La Habana mejoró sensiblemente, pero que eso duró
apenas unos meses. Los ómnibus se deterioraron vertiginosamente, y los
boteros volvieron a ser la salvación de los pasajeros.
Coincidió Luis Cino con González Febles en que se rumorea que el
gobierno pretende sustituir los viejos almendrones por automóviles rusos.
Ambos compararon el hecho con los cambios obligatorios a que las
autoridades sometieron a la población cuando la llamada "revolución
energética", con la que se despojó a los ciudadanos de viejos y
eficientes artículos electrodomésticos, bajo el supuesto de que
consumían mucha energía eléctrica, para venderles otros que han
resultado muy deficientes.
http://www.martinoticias.com/noticias/Almendrones-en-peligro--123690949.html
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