Tuesday, March 8, 2011 | Por Laritza Diversent
LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -El caso del contratista
norteamericano, Alan Gross, juzgado en la Habana este 4 de marzo, por
un delito contra la seguridad del estado cubano, motiva recelos e
interrogantes. No son poco los que se preguntan si se respetaron sus
derechos como acusado o si el tribunal que lo enjuició es independiente.
En este último aspecto, la Constitución cubana se contradice. Consigna
que los jueces, "en su función de impartir justicia, son independientes
y no deben obediencia más que a la ley", pero a la vez los subordina a
las decisiones de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado.
De hecho, el último de estos dos órganos político, constitucionalmente
tiene la atribución de interpretar la ley y de impartir instrucciones a
la Fiscalía y a los tribunales. El caso del contratista tiene
dimensiones políticas y su encarcelamiento se convirtió en un obstáculo
para la normalización de las relaciones, deterioradas hace más de 50
años, entre Cuba y Estados Unidos.
La probabilidad de que la política haya predispuesto a los jueces, es
alta. Por otra parte, despierta duda la dilación en las investigaciones
y la decisión de las autoridades de solicitar a Gross 20 años de cárcel,
debido a la supuesta comisión de "actos contra la independencia del
estado o la integridad de su territorio", uno de los preceptos más
imprecisos y severos de la legislación penal cubana.
Su detención sin cargos, desde diciembre de 2009, fue excesivamente
prolongada. Luego de 14 meses de encierro, la fiscalía presentó la
acusación ante el Tribunal de la Habana. Todo indica que a las
autoridades se les dificultó el trabajo de investigación.
La Ley de Procedimiento Penal prevé que entre la detención y el ejerció
de la acción penal pública, transcurran no más de 100 días. Sin embargo,
la propia ley concede al Fiscal General de la República, la facultad de
prorrogar este término indefinidamente, a solicitud del jefe del
Ministerio del Interior o de la fiscalía.
Tal vez pueda ser cierta la sospecha, de que el enjuiciamiento de Alan
Gross tenga la finalidad, de convertirlo en moneda de cambio. Se
especula acerca de la posibilidad de que el gobierno cubano, para
cumplir su promesa de regresar a sus "cinco héroes", intente
intercambiar al norteamericano por estos.
Raúl Castro, presidente de los Consejo de Estado y de Ministro,
fallidamente intentó esta acción, con los 52 disidentes del grupo de los
75 enjuiciados en la Primavera Negra. Es demasiada coincidencia que la
defensa de Gross, la abogada cubana Nuris Piñero Sierra, de 61 años,
también represente a los cinco agentes de la inteligencia cubana, presos
en Estados Unidos.
Todo parece indicar que al subcontratista norteamericano le tocó un
tribunal y una defensa parcializada.
Documento relacionado:
Ley N 88 PROTECCION DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL Y LA ECONOMIA
http://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2011/03/Ley-N-88-PROTECCION-DE-LA-INDEPENDENCIA-NACIONAL-Y-LA-ECONOMIA.pdf
http://www.cubanet.org/articulos/gross-juzgado-por-tribunal-y-defensa-parcializados/
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