Mitos del socialismo cubano (Parte II)
Las mentiras de la "revolución proletaria" de 1959 y el actual sistema
educativo en Cuba
Antón Toursinov octubre 30, 2014 a las 14:10
En la entrega anterior de este artículo hemos presentado varios mitos y
mentiras creados por el castrismo con el objetivo de manipular la
opinión pública internacional en torno a la "Revolución cubana". Esta ha
mantenido en la pobreza e ignominia total a la población de la isla
durante los últimos 55 años y, a la vez, se ha convertido en un negocio
bastante lucrativo de la nomenclatura del Gobierno y de la propia
familia Castro.
Hasta el propio término "revolución", al referirse a un movimiento
guerrillero –tan burdo y sangriento como cualquier movimiento
guerrillero latinoamericano– que llegó a cometer un golpe de Estado, es
pura manipulación.
En realidad –y los Castro lo saben mejor que nadie– no hubo ninguna
revolución en 1959 en Cuba. Este movimiento "revolucionario", en el que
participaron, entre otros, el criminal internacional Ernesto Guevara
(quien, por cierto, finalmente huyó de la isla con el rabo entre las
patas) no tuvo el apoyo general de la población y no perseguía el cambio
social del Estado, como ya sabemos ahora.
En realidad –y los Castro lo saben mejor que nadie– no hubo ninguna
revolución en 1959 en Cuba.
Revolución proletaria
De una dictadura y violaciones a los derechos humanos, Cuba cayó en
otra. Fue la misma mentira de la "revolución proletaria" rusa
aprovechada por Lenin, sus secuaces y los desarrapados, que en realidad
fue puramente burguesa –¡no existía el proletariado en Rusia!
Hasta en esto los Castro siguen el mismo patrón del comportamiento
político y antisocial de la URSS. Y no en vano lo primero que se creó en
Cuba, al mejor estilo socialista, fueron los famosos comités de defensa
de la Revolución: reductos de soplones desarrapados al servicio del
régimen, para defender al Gobierno de sus propios súbditos. ¡Vaya isla
de "la libertad"!
Hay que recordar que la Cuba antes de Castro no era un país tan atrasado
como lo pintan los castristas. Y los datos tanto de la ONU, como de la
UNESCO y demás organismos internacionales son bastante elocuentes en
este sentido. Nunca fue país de extrema pobreza. Siempre fue uno de los
países más alfabetizados, con mayor cantidad de médicos que la mayoría
de los países europeos (y de mejor calidad); la Universidad de La Habana
en aquel entonces era un referente mundial en las investigaciones.
Ni hablar de la tecnología de la época (ferrocarril, aviación, radio,
telefonía, televisión) que primero llegaba a Cuba (después de EE.UU.) y
luego, a veces al pasar varios años, a los demás países del hemisferio.
¿Educación o adoctrinamiento?
Sin embargo, la flamante e insignia educación "socialista" de la que se
jacta el castrismo en Cuba se ha convertido en un adoctrinamiento al
estilo más vulgar. Ya varias generaciones de cubanos –y extranjeros–
están seguras de que antes de la "revolución" en "Cuba no existía nada,
sino la obscuridad" (cito a un profesor cubano castrista que trabaja en
una universidad mexicana, pero que bajo ningún concepto quiere volver a
su "paraíso del socialismo").
Haciendo la referencia a la educación –adoctrinamiento– cubano y sus
famosos "índices de alfabetismo" y "nivel educativo", no se puede
olvidar de que estos índices y estos estudios son enviados a los
organismos internacionales por el propio Gobierno castrista. Cuba es uno
de los poco países del mundo –pero típico país con un régimen
totalitario– que no admite a los evaluadores de las ONG internacionales
a realizar los estudios en su territorio.
El caso más grosero y grotesco es el de "los derechos de la infancia"
que tanto se jacta de proteger el régimen castrista. Pero la realidad es
totalmente diferente. A todos los que hemos ido a Cuba nos sorprende la
cantidad de los jóvenes (adolescentes y niños) trabajando en las calles
de La Habana, Santiago, Pinar del Río y otras ciudades.
Al pasar por la carretera –mejor dicho, una parodia de carretera– en
áreas rurales es impresionante ver a los niños y adolescentes trabajar
en la zafra, en la recolección de piña y otras labores agrícolas. Y ni
qué hablar de las mundialmente conocidas prostitutas habaneras, por las
que muchos pervertidos viajan a Cuba y dejan su dinero allá. La mayoría
de estas chicas no tiene ni 18 años de edad.
Tanta alharaca castrista sobre "la infancia feliz", pero el mundo no ve
que la mayoría de edad en Cuba inicia a los 16 años, por lo que, además,
a esta edad los adolescentes ya pueden ser penalmente perseguidos como
adultos.
No se ve que la "educación laboral" en el sistema de adoctrinamiento se
ha convertido en una forma de esclavitud infantil. Los niños deben
dedicar parte de sus estudios y de su infancia a trabajar sin recibir
paga alguna en las empresas estatales o en el campo. Varias
organizaciones internacionales han exigido al Gobierno castrista que
eleve la mayoría de edad a los 18 años y que dejen de explotar a los
niños y adolescentes. Pero es como hablarle a un sordo.
Otro aspecto mítico y mentiroso es la medicina cubana, que trataremos en
la siguiente entrega…
Source: Mitos del socialismo cubano (Parte II) -
http://esblog.panampost.com/anton-toursinov/2014/10/30/mitos-del-socialismo-cubano-parte-ii/
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