Delirios bien publicitados
Jueves, Julio 4, 2013 | Por René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org - Acabo de terminar la lectura
de un libro interesantísimo: Fidel y Raúl: Delirios y fantasías. Se
trata de un trabajo del prestigioso periodista Pablo Alfonso, publicado
en abril del presente año por la Editorial Hispano Cubana, de Madrid, en
su colección Ensayo.
Aunque algo se plantea en esa obra sobre el actual General-Presidente,
en realidad los pasajes consagrados a su persona son escasos y
secundarios. Por ejemplo, el capítulo "Raúl no es Fidel, pero es igual",
está dedicado a las similitudes de los hermanos en el empleo de la mano
dura; no a hipotéticas quimeras del menor, de quien el autor no cita ni
una sola. Los delirios y las fantasías parecen ser monopolio del Hermano
Mayor.
Pienso que Don Pablo bien habría podido prescindir de esos fragmentos
consagrados a Raúl Castro, aunque resulta evidente que, en ese caso, el
libro y su título, al versar sólo sobre el hombre que cesó en el
desempeño del mando supremo hace ya más de un lustro, habría perdido
buena parte de actualidad.
No obstante, el defecto no es grave. Aunque se tocan algunos temas de la
política cubana de hoy, el plato fuerte del colega lo constituyen las
ocurrencias del Máximo Líder, que éste puso en práctica durante los
decenios en que ejerció facultades omnímodas al frente del Estado
Cubano, el Partido Único y las Fuerzas Armadas.
Es probable que esas situaciones resulten sorprendentes para nuestros
compatriotas jóvenes, pero quienes peinamos canas las experimentamos
durante la mayor parte de nuestras vidas de adultos. A los más viejos
nos correspondió sufrir, en nuestros propios pellejos, las peregrinas
invenciones que recapitula el libro.
Por sus páginas desfilan el experimento comunista en San Andrés de
Caiguanabo, los planes de siembra de frutas europeas, la fiebre de la
inseminación artificial (¡hasta a los manjuaríes!), la Brigada Invasora
Che Guevara, el Cordón de La Habana, la Zafra de los Diez Millones y la
actuación de bestias epónimas como Ubre Blanca y Rosafé Signet.
También se recuerdan la paulatina extinción del dinero, la fabricación
de tierra, el debate de Castro con un genetista británico sobre los
cruces de vacunos, la Desecación de la Ciénaga de Zapata, la conversión
de la Bahía de Nipe en un gran lago de agua dulce. El clásico cierre con
broche de oro es una nota actual: la moringa.
El gran mérito de la obra radica en que no sólo menciona todos aquellos
empeños frustrados, sino que lo hace en forma harto documentada. Las
páginas del periódico oficialista Granma, en las que se entonan loas a
cada campaña de turno del Compañero Fidel o se publican sus discursos,
desfilan a todo lo largo del trabajo. De cada pronunciamiento se señala
el día, mes y año en que fue publicado.
Alfonso emplea en sus comentarios un tono —distendido y socarrón— que se
ajusta de maravillas a la índole del tema abordado. Un botón de muestra
son las líneas consagradas al toro Rosafé Signet, comprado ya vejancón
en Canadá por 27 mil dólares, y "que fue sometido luego a tantas
masturbaciones, que murió eyaculando, convertido en todo un mártir de la
revolución inseminadora".
El libro no está exento de alguna pequeña incongruencia: por ejemplo,
habla de la Conferencia del Partido Comunista de Cuba, celebrada en
enero del pasado año, en términos de futuro. Pero eso no es lo más
importante. Fidel y Raúl… es digno de ser leído. Sirve no sólo para
rememorar los muchos esfuerzos baldíos del pasado, sino también para
recordar cómo la obsecuente prensa castrista, lejos de ensayar alguna
modesta crítica, se dedicó siempre a exaltarlos y loarlos.
Source: "Delirios bien publicitados | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/delirios-bien-publicitados/
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