Iguales, pero diferentes
Jueves, Julio 4, 2013 | Por Leannes Imbert
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org - Hace algunos días, un gran
amigo, Jorge del Río, me comentaba algo sobre el trabajo que realizan
los proyectos LGBT no oficialistas de la isla. A diferencia del CENESEX,
que hace mucha labor de propaganda y sólo habla de Diversidad Sexual
para resaltar los supuestos logros del gobierno cubano, nosotros
trabajamos dentro de la propia sociedad homofóbica y directamente con
aquellos gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros que día a día ven
sus derechos y sueños truncados.
Señalaba mi amigo que Mariela Castro, al frente de CENESEX, dice
trabajar para "garantizar los derechos" de un colectivo LGBT que en
realidad no entiende; al que percibe y, por ende, trata, como una masa
homogénea, y ese es justamente uno de sus mayores errores, pues la
comunidad LGBT no es para nada una masa homogénea. Como tal deben
asumirnos los demás y debemos asumirnos nosotros mismos.
Cuando cayó en mis manos el libro Nosotros que sentimos diferente, de
Carlos y Cristina Motta, me alegró y alentó ver que mucha gente LGBT del
mundo mantiene la misma filosofía a la que ha tratado de ser fiel el
Observatorio Cubano de los Derechos LGBT (OBCUD LGBT): ¨Debemos ser
todos iguales, pero mantenernos siendo diferentes¨.
Karen Pinholt, directora ejecutiva de la Asociación Noruega LGBT, afirma
en este libro que "quien es LGBT, lo puede ser de la manera exacta en
que lo quiere ser. Como persona, cada quien tiene derecho a definir
quién es y a vivir esa vida, y los demás no deben limitarlo. Esto
también significa que, como movimiento LGBT, no puedo decir a los otros
cómo ser gay".
El movimiento, en su intento por encontrar la identidad gay, búsqueda
que es sin dudas muy importante para nosotros, se ha movido tan rápido
que ha perdido a mucha gente. Algunos sienten que estar en la parte de
atrás de un camión en un desfile del orgullo gay, casi desnudos y
bailando música disco, es una forma normal de ser gay. Otros piensan que
casarse y tener dos o tres hijos es también parte de la cultura gay.
Podría objetar la posición de ambos, pero debemos trabajar para hacer
posible que cada gay lo sea del modo en que desea serlo. No hay una
manera correcta o equivocada de ser gay. Sólo hay una incorrecta, y es
vivir la vida que no quieres vivir.
Este es uno de los tantos mensajes que quiero enviar a cada gay,
lesbiana, bisexual y transgénero cubano, a pocos días de haber celebrado
el día del Orgullo Gay: Que sean fieles a ellos mismos y, sobre todo,
que no olviden que seremos más auténticos y felices, mientras más nos
parezcamos a lo que soñamos ser.
Pero el día del Orgullo Gay debería ser también de celebración para las
familias que han logrado, si no entender del todo, al menos aceptar,
respetar y acompañar a sus miembros LGBT en medio de este mundo aun
homofóbico e intolerante.
Siempre recuerdo con sumo placer el momento en que decidí salir del
clóset ante mi hermana, que tendría entonces unos 17 años. Sentía la
aprensión de hablar con ella, tal vez por miedo a decepcionar a la
persona que más amo en el mundo. Pasé casi dos horas tratando de
explicarle todo e intentando responder todas sus preguntas. Al final, mi
hermana se quedó mirándome, y dijo: "Lily, ¿tú estás contenta?,¿ eres
feliz?" Yo le respondí: "Sí, claro". Y ella concluyó: "Entonces, lo
demás no importa". Esa fue la mejor lección para mí. Saber que hasta la
persona más joven de mi familia estaba realmente preocupada por mi
felicidad.
Ahora vivo con gran orgullo mi orientación sexual y disfruto el hecho de
ser diferente. Y ese es otro de mis mensajes a los miembros del
colectivo LGBT cubano: que aprendan a vivir con orgullo su diferencia.
Que no insistan en seguir presentándose ante los heterosexuales como
personas iguales a ellos, porque en realidad no los somos. Yo no sé cómo
son exactamente los heterosexuales. Sólo sé cómo somos las lesbianas.
Las personas LGBT deberíamos tener todo el derecho de manifestarnos en
forma libre, y quienes no lo aceptan así son los que están equivocados.
Son ellos quienes tienen el problema y los que deben revisar sus
creencias y sus valores para adaptarse al mundo.
Los que creen que no pueden contarle a alguien que son LGBT, porque les
harían daño, se están confiriendo una responsabilidad que no es suya. Es
de la otra persona, que si se siente mal por saber que ustedes son
personas LGBT, es ella quien tiene que modificar algo en su vida para
dejar de sentirse mal.
Los gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros no estamos enfermos ni
perturbados, aun cuando sabemos que perturbamos a muchas personas.
Somos, eso sí, seres diferentes, con mucho que aprender, pero también
con mucho que aportar a la sociedad que nos discrimina
Source: "Iguales, pero diferentes | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/iguales-pero-diferentes-2/
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