Opositores desafían el sistema electoral cubano con miras a las próximas
elecciones
NORA GÁMEZ TORRES
ngameztorres@elnuevoherald.com
Sin acceso a los medios de prensa y demonizados dentro de Cuba como
mercenarios y terroristas, varios opositores quieren presentarse como
candidatos a las elecciones municipales este año.
Las oportunidades de que los elijan, incluso a nivel local, son remotas,
y otras voces dentro de la disidencia creen que la decisión es
descabellada, pero el grupo reunido en la plataforma #Otro18 cree que la
oposición necesita opciones creativas para acercarse a la población en
momentos que el país se aboca a la transición más importante en varias
décadas.
"A la democracia se llega mejor a través del ejercicio democrático",
dijo a el Nuevo Herald Manuel Cuesta Morúa, portavoz de #Otro18, en un
correo electrónico.
"Y en las elecciones municipales es donde único existe en Cuba, hasta
ahora, la posibilidad de elegir al menos entre dos visiones distintas de
concebir el poder y la política: la del gobierno-Estado-partido, donde
los delegados representan al poder frente a los ciudadanos, y la que
promovemos nosotros, donde los candidatos y candidatas #Otro18 ya son la
voz de los ciudadanos frente al poder", agregó.
Las próximas elecciones generales, que deben concluir en febrero del
2018, han energizado a los opositores porque podría resultar en un nuevo
presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, uno que no lleve el
apellido Castro. El actual gobernante Raúl Castro ha anunciado en varias
ocasiones que en febrero del próximo año concluiría su mandato, lo que
abre grandes interrogantes sobre el futuro de la isla, pero también
grandes oportunidades.
Las elecciones generales tienen dos fases y en ellas serán electos los
"delegados" a las asambleas municipales y provinciales del Poder
Popular, así como los diputados a la Asamblea Nacional. Los electores
pueden pueden nominar y elegir a los "delegados de circunscripción"
solamente a nivel local, sin que las "comisiones de candidatura"
propongan los candidatos, como sucede en todos los otros niveles, y que
en la práctica deja sin oportunidades a los disidentes para postularse,
por ejemplo, a un escaño en el Parlamento.
Pero pueden comenzar desde abajo.
"El razonamiento para presentarse a las elecciones locales es muy
simple: es el único eslabón en el que en Cuba puedes elegir y se puede
representar a las personas", afirmó Eliécer Ávila, un joven ingeniero
que fundó el movimiento Somos + y es uno de los que aspiran a
postularse. "Como mismo es válido intentar cambiar el gobierno desde
arriba, es válido empezar al menos por la comunidad para mejorar la
situación que existe allí y tener un líder que represente no al gobierno
frente a los electores, sino a los electores frente al gobierno", añadió.
La idea no es nueva. En el 2015, Hildebrando Chaviano, un abogado de 65
años integrante del grupo de abogados independientes "Corriente
Agramontista", y Yuniel López, de 26 años, miembro del Partido Cuba
Independiente y Democrática, lograron ser nominados por sus vecinos.
Ambos perdieron en la votación después que las autoridades hicieron
campaña en su contra y modificaron sus biografías.
En Cuba la ley no permite hacer campañas políticas públicas, pero con
los medios estatales en manos del Partido Comunista y sus militantes
colocados estratégicamente en las comisiones de candidatura, es claro
que los candidatos independientes juegan en un terreno desigual.
"Las desventajas son muchas... al competir con las reglas existentes",
reconoció Ávila, quien agregó que "la gente no conoce a la oposición;
hay mucha desinformación". Sin embargo, cree "que vale la pena
intentarlo para saber cuánta gente votó por una opción distinta".
Aunque el gobierno no permite la presencia de observadores
internacionales, el conteo de los votos es público y Ávila espera estar
ahí para presenciarlo. "Para sabotear la votación [las autoridades]
tendrían que violar la ley", dijo. #Otro18 también está preparando una
red de observadores que seguirá normas internacionales, informó Morúa.
Los disidentes, cuya existencia política el gobierno no reconoce, llevan
años exigiendo la realización de elecciones libres en Cuba. Sin embargo,
ante un nuevo contexto político en el que Estados Unidos y Europa han
mejorado sus relaciones con el gobierno cubano, la presentación de
candidatos intenta, además, poner a prueba el sistema electoral y enviar
un mensaje al mundo.
"Las revoluciones necesitan una máscara y narrativa democráticas, en la
misma medida en que menos lo son", afirma Morúa, quien señala que si el
gobierno respeta la Ley Electoral "al pie de la letra no puede impedir
que lo que hasta ahora ha sido un mero proceso de votación ratificatoria
y plebiscitaria se convierta, por efecto de la propia ley, en una
posibilidad de elegir entre opciones distintas: la opción del poder vs.
la opción de la gente".
Otros opositores opinan que esta estrategia está equivocada.
"Respeto lo que piense cada persona, pero desde el punto de vista
político, me parece risible hablar de elecciones en Cuba. Eso está
totalmente controlado, el propio sistema hace que a partir de cierto
nivel se voten entre ellos. Eso es una burla", dijo Antonio Rodiles en
conversación con el Nuevo Herald durante una visita a Miami en marzo.
Participar en las elecciones le parece una idea "peligrosa, sería darle
la legitimidad que el régimen no tiene", subrayó.
Sin embargo, la oposición cubana debe resolver un viejo problema, "la
conexión con la ciudadanía", insiste Morúa. Involucrado en la fundación
de varias organizaciones independientes —la más reciente la MUAD, un
fallido intento de alianza de varias organizaciones—, cree que vale la
pena intentar que "que las próximas sean las primeras elecciones
municipales competitivas en Cuba".
"Sabemos que no todos los activistas y organizaciones prodemocráticas
cubanas... comparten la visión democratizadora de #Otro18: una visión
gradual de cambio democrático que ve la política como proceso y que no
promete otra cosa que abrir el juego político desde abajo, desde la
ciudadanía", señaló.
Parte de lo que les da esperanzas es la coyuntura actual. "Se respira en
nuestros barrios la necesidad de cambio por las necesidades que se
agudizan", dice Ávila. En este contexto, la presentación de candidatos
forma parte de una estrategia más ambiciosa para "la legitimación
ciudadana de la pluralidad política", señala Morúa. El objetivo último
de #Otro18, al igual que otras iniciativas como Cubadecide —que promueve
una propuesta de plebiscito sobre las elecciones directas—, son
"elecciones libres, democráticas y plurales" para elegir al presidente
por voto directo.
La plataforma #Otro18 ha desplegado a activistas en varias provincias
que tocan las puertas para explicar a los vecinos el alcance de su
propuesta.
Pero el gobierno ya está tomando medidas para asegurar que los esfuerzos
de #Otro18 no lleguen a ninguna parte. Cinco de sus candidatos
independientes, entre ellos Ávila, "han sido incriminados o están en
vías de serlo con el objetivo de privarlos de sus derechos civiles y
políticos para impedirles su postulación en las venideras asambleas de
nominación de candidatos", según un comunicado enviado esta semana por
ese grupo.
"Por este camino y con estos pasos, las autoridades cubanas se colocan
en el umbral de la deslegitimación de las venideras elecciones
municipales en Cuba, y con ello, del edificio mismo del sistema político
cubano", subraya el comunicado.
Quizá uno de los objetivos de #Otro18 ya se está cumpliendo.
Siga a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres
Source: Sin acceso a la prensa y con una campaña en contra, varios
opositores reunidos en la plataforma "Otro18" quieren presentarse como
candidatos a las elecciones municipales este año. | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article151835262.html
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