Entre asaltos y tranques: así ruedan los 'boteros'
La Habana se está poniendo difícil para su negocio
Miércoles, junio 8, 2016 | Frank Correa
LA HABANA, Cuba.- Luis Proenza es chofer de un taxi particular de los
llamados "almendrones", autos "americanos" de los años cuarenta y
cincuenta que cubren rutas fijas por barrios de La Habana. Se queja por
la cantidad de tranques que están apareciendo últimamente en el tráfico,
algo que le ha bajado la productividad de su trabajo, y por lo peligroso
de su medio de vida.
"Primero fue con la película Rápido y furioso", dice, refiriéndose a la
filmación hollywoodense que paralizó parte de la ciudad. "Nos tuvieron
con casi un mes de tranques. En Calle 23, desde L hasta Malecón, y en la
calle Infanta, se volvió un suplicio transitar. Después, los arreglos al
Paseo del Prado por el desfile de Chanel. Ahora la reparación del túnel
de (la calle) Línea, donde hay que cruzar por el puente de hierro sobre
el río Almendares y el embotellamiento es tremendo. Y, para colmo, la
cumbre de los países caribeños: media hora esperando que pasen las
delegaciones hacia Palacio de las Convenciones".
Proenza es un hombre práctico y cuenta que la ganancia perdida por los
embotellamientos del tráfico la suple con ardides. Pone de ejemplo a los
hospitales, de noche, cuando no hay servicio de taxis. "Ahí siempre
tienes una carrera segura. Igual que de madrugada, cerca de los centros
nocturnos", asegura.
Pero reconoce la peligrosidad que atenta contra los beneficios de
"botear" (hacer de taxista en un almendrón) de madrugada, debido a los
asaltos perpetrados a boteros en los últimos días. El más reciente
contra uno apodado "Jeringuilla", despojado de todo el dinero, las
prendas, el celular y la reproductora de música.
"A 'Jeringuilla' lo conozco de la piquera", dice Proenza. "Es verdad que
hacía buen dinero de madrugada, boteando en Tropicana y en El Delirio
Habanero. Pero una noche una pareja lo alquiló para una carrera hasta el
Reparto Eléctrico y por el camino lo desvalijaron. El hombre lo encañonó
con una pistola y la mujer zafó la reproductora con un destornillador;
le quitó el teléfono, el dinero, la cadena, el reloj y la sortija".
En la piquera del paradero de Playa hablan más choferes. Tony, que
conduce un Chevrolet del año 52, dice que una de las causas de los
embotellamientos se debe a la cantidad de autos nuevos que están
circulando en la ciudad. Cree que "Cuba deberá prepararse para una
situación que es normal en las grandes urbes, los tranques del tránsito".
En cambio Samuel, que maneja un Cadillac del año 54, no está de acuerdo
con Tony. "A La Habana le falta todavía mucho para igualar las grandes
ciudades como Nueva York o México". Samuel asegura que con dos policías
se resuelve cualquier problema de atasco, pero con relación a los
asaltos sí que está preocupado.
"Conozco lo que le pasó a 'Jeringuilla', a los boteros de Santiago de
Las Vegas y el otro caso en Arroyo Naranjo, y he tomado la decisión de
trabajar acompañado de mi hermano. Él se encarga de cobrar el pasaje y a
la vez de cuidarme. Aunque es un asiento menos que recaudo en cada viaje
y tengo que pagarle por su trabajo, gano en tranquilidad. Así puedo
concentrarme en el timón y evitar accidentes o multas. Porque no es
fácil manejar con la preocupación que te van a dar con un palo en la
cabeza y quitarte todo lo que llevas".
Otro botero que escucha la conversación interviene: "Yo por si las
moscas ando con esto". Me muestra un tubo de hierro. "A la primera
sospecha de que me van a asaltar empiezo a repartir tubazos. No me van a
madrugar. ¿Trabajar tanto para que después vengan y me lo quiten de
mansa paloma? ¡No!"
Los almendrones recogen toda clase de gente en su ir y venir. Quien lo
toma entra a una tómbola donde coinciden las más disimiles profesiones,
edades, culturas, caracteres y estados de ánimo.
Emisores de la conciencia popular y la diversidad y excelente sitio para
catar la temperatura social, sus choferes, sean dueños o empleados de
esas reliquias rodantes que "embellecen a la ciudad maravilla", viven
horas amargas este verano. Entre tranques y asaltos dicen estar
perdiendo dinero, en una economía que cada día se vuelve más complicada.
Source: Entre asaltos y tranques: así ruedan los 'boteros' | Cubanet -
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