El regreso del exterminador
MARCELO HERNÁNDEZ, La Habana | Junio 24, 2016
Una fiebre de fumigación extensiva azotó a toda Cuba desde principios de
este año y tras la aparición del primer caso del virus del zika en el
país. Los focos del mosquito Aedes aegypti y sus presumibles criaderos
fueron atacados por un ejército de soldados uniformados, armados de
potentes equipos de fumigación que llenaron de humo cada rincón del país.
La campaña no estuvo exenta de detractores. Especialmente aquellos que
argumentaban que invadía la privacidad de la familia y resultaba un
innecesario gasto de recursos. También crecieron las voces que llamaban
a buscar soluciones más efectivas, como la venta de insecticidas y
repelentes que pudieran ser aplicados por los propios ciudadanos.
Los que peinan canas ‒o que ya no les queda nada que peinar‒ recordaron
la existencia hace décadas de un modesto instrumento compuesto por un
depósito y una bomba cilíndrica que se accionaba manualmente y que
popularmente se llamaba "el aparato de flit". El pequeño exterminador de
bichos fue enarbolado como una posible alternativa a la fumigación masiva.
Flit no solo es la palabra inglesa que alude a la rapidez con que una
cosa, persona o idea aparece o desaparece, sino que además es la
onomatopeya adecuada para reproducir el sonido que hacía aquel artilugio
mientras perseguía a una escurridiza cucaracha o atacaba a una mosca en
pleno vuelo. Flit, flit, flit, y el insecto queda patas arriba.
El aparato ‒que constituía un arma personal empleada en legítima
defensa‒ usaba un insecticida cuya marca comercial era Black Flag y que
dejó de comercializarse en Cuba tras la ruptura de relaciones con
Estados Unidos. Algunos innovadores adaptaron bombas para inflar
neumáticos de bicicletas que sustituían al desaparecido objeto, pero al
perderse el líquido insecticida poco se pudo hacer con solo el ingenio.
Ahora, el exterminador ha regresado. Para sorpresa de muchos, el
artefacto está de vuelta pero esta vez de plástico y de fabricación
china. El precio del nuevo flit asciende a 17 pesos moneda nacional y un
cartel aclara que "se da uno por libreta de abastecimiento" y solo en la
farmacia que le corresponde a cada núcleo familiar, tal y como se hace
con la venta de almohadillas sanitarias para mujeres.
El líquido insecticida, por su parte, solo puede comprarse en los
establecimientos del llamado Mercado Artesanal Industrial (MAI), en
venta liberada y cuando aparece.
El regreso de este exterminador quizás sea una sutil manera de decirnos
que la intensiva campaña de fumigación, respaldada por miles de
efectivos militares y que llenó de humo a la Isla, se ha replegado hacia
soluciones menos rimbombantes pero quizás más efectivas.
Source: El regreso del exterminador -
http://www.14ymedio.com/sociedad/regreso-exterminador_0_2022997690.html
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