Tuesday, May 24, 2016

Balseros cubanos cuentan su travesía al New York Times

Balseros cubanos cuentan su travesía al New York Times
mayo 23, 2016

"Coronamos", dijeron en un video que publica este lunes el diario junto
a un extenso reportaje sobre el viaje por mar de estos 12 migrantes, que
arribaron a las costas de Florida el pasado 29 de abril.
Con la ayuda de la providencia y escoltados por delfines, 12 balseros
cubanos llegaron a las costas de la Florida el pasado 29 de abril, tras
un arriesgado viaje por mar que muchos no han logrado terminar con éxito.

"Coronamos", dijeron en un video que publica este lunes el New York
Times junto a un extenso reportaje sobre la travesía de estos migrantes
que desde el principio sintieron que estaban "bendecidos".

No son los primeros que documentan el arriesgado viaje hasta tocar
tierra norteamericana en algunos de los cayos del Sur, o más arriba, en
algún enclave del Golfo de México. Los balseros del reportaje del NYT no
son muy diferentes a otros, pero ilustran al detalle el panorama de una
crisis que parece no tener fin.

Tras cinco días de viaje, magullados por el sol, hambrientos y temerosos
de ser sorprendidos por los guardacostas, los 12 hombres desembarcaron
en un muelle de Tavernier, en los Cayos de la Florida. Cuando se
supieron al amparo de la ley, con los "pies secos" que garantizarían su
permanencia en EEUU, marcaron el 911 en uno de los celulares que traían,
y dieron notificación de su llegada a las autoridades.

La prensa miamense publica con frecuencia las notificaciones de la
Guardia Costera informando de la llegada, intercepción en alta mar o
repatriación a la isla de migrantes cubanos. En ocasiones las historias
de balseros hacen titulares,y emergen los rostros de los protagonistas,
como en este caso.

Desde el restablecimiento de relaciones entre EEUU y Cuba, en diciembre
de 2014 los intentos de emigrar por esta vía se han intensificado,
mientras una crisis de mayores dimensiones se desplaza de Norte a Sur,
por Centroamérica.

Las autoridades estadounidenses hablan incluso de un éxodo superior al
de la Crisis de los Balseros, en el verano de 1994, y lo atribuyen al
miedo de que la Ley de Ajuste Cubano pueda ser derogada, y con ella los
beneficios migratorios que favorecen a los cubanos.

Ciertamente los tiempos han cambiado. Aunque viajan en embarcaciones
precarias, construidas de forma artesanal con los recursos que tienen a
mano, los balseros de hoy día cuentan con sus teléfonos para
comunicarse, tomar fotos y video, y orientarse con el GPS mientras
sortean las traicioneras aguas del Estrecho de la Florida.

Si navegan literalmente con suerte, colgarán el video de la travesía en
YouTube al día siguiente de arribar a Miami, pero mucho antes de eso
necesitarán salir de Cuba, en medio del sigilo que una actividad ilegal,
sancionada con multas y hasta la cárcel, implica.

El viaje, de principio a fin

El NYT relata que los 12 balseros mantuvieron ocultos sus planes de
escape hasta de sus familiares. No querían que nada se filtrara más allá
del estrecho círculo de los navegantes. Dos preguntas guiaron a los
primeros en decidirse: quién quiere irse a Estados Unidos, y en quién
podemos confiar.

El pintoresco grupo incluía a varios campesinos, un carpintero, un
tatuador y hasta un DJ que tenía como segundo trabajo distribuir "El
Paquete". Uno de los balseros, Asael Verdoso, de 34 años de edad, había
intentado irse de forma similar 3 años atrás, pero su balsa fue
interceptada tras 8 horas de viaje.

​Yosvanys Chinea, el carpintero, y Edel Sánchez pasaron 20 días
construyendo la embarcación en una casa de secado de tabaco. El bote,
diseñado para transportar a seis personas, terminó cargando con 12.
Todos ayudaron al propósito común: algunos tenían dinero para comprar
vituallas, otros tenían músculos fuertes para remar, o conocimiento de
navegación, para orientarse.

En medio de la noche, camuflado con hojas de palma, transportaron el
bote con la ayuda de un viejo tractor hasta Punta de Judas, en Sancti
Spíritus, de donde zarparon casi amaneciendo, el 17 de abril. Llevaban
lo mínimo para sobrevivir varios días en altamar: 31 galones de agua,
jugos, leche en polvo, galletas y latas de leche condensada. De tres
ramas hicieron seis remos, y sus únicos "instrumentos de navegación"
fueron tres teléfonos celulares. Rolando Quintero había conseguido una
batería de computadora para cargar los teléfonos, la garantía de poder
echar mano al GPS y marcar la ruta derechito a Florida.

Según el reportaje del NYT, los viajeros zarparon con el viento y la
corriente en contra, y rezando por sus vidas a las 11 mil vírgenes.

"Hice promesas a todo el mundo, a Dios, a la Virgen de la Caridad del
Cobre", dijo Quintero.

El viaje fue más largo de lo previsto, pero no se dieron por vencidos ni
cuando comenzó a escasear el agua y la comida. Amontonados en el bote,
dormían como podían, comían sus galletas y bromeaban todo el tiempo.

"Nos reíamos de nuestra propia miseria, que es como se sobrevive en
Cuba", dijo uno de ellos.

Cuando dejaron atrás las costas cubanas hicieron una escala técnica en
Cayo Anguilla, una isla desierta en Las Bahamas, para descansar, pescar
algo y reponer fuerzas, pero pasaron una noche de pesadillas tratando de
ahuyentar a las ratas. Al día siguiente izaron una bandera americana en
el improvisado mástil de la embarcación y se hicieron nuevamente a la mar.

El viento no los ayudaba a avanzar, pero confiaban en que era una buena
señal. Sin encuentros con los guardacostas, ni tormentas, ni
dificultades con el bote, navegaban con suerte. A 18 millas de la
Florida el GPS dio la señal que habían esperado durante 5 largos días.
La tierra estaba cerca, la tierra que esperaban, y había que llegar a
ella "con los pies secos".

Comenzaron a remar en la oscuridad hasta que divisaron un muelle en la
playa de Tavernier, y se dirigieron a él. Una vez en tierra, echaron
mano al teléfono y dieron parte ellos mismos a las autoridades. Cuando
la policía llegó, los balseros se tomaron fotos con los agentes,
enarbolando su bandera americana.

Todo quedó documentado en el video, que narra el viaje de principio a fin.

No todos corren con igual suerte

Si se han hecho comunes las notas de llegadas de balseros, también
abundan las de repatriaciones de cubanos que fueron interceptados cuando
intentaban llegar a EEUU. Según la Guardia Costera, en lo que va de año
fiscal, que comenzó el 1 de octubre, han sido interceptados más de 3.000
cubanos en el Estrecho de Florida. La medida inmediata aplicada en estos
casos es la repatriación.

El caso más reciente, el de los 19 balseros que subieron al faro
American Shoal Light, a 6.5 millas del Cayo Sugaloaf, para evadir a los
guardacostas, todavía aguarda una solución.

Source: Balseros cubanos cuentan su travesía al New York Times -
http://www.martinoticias.com/a/cuba-new-york-times-reportaje-balseros-cubanos/122667.html

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